CONFIDENCIAL
El runrún: Voluntarios para recorrer el mundo
Cuántas veces nos lo hemos planteado o se lo hemos escuchado a alguien cercano con una afirmación del tipo: “Lo dejo todo y me voy a dar la vuelta al mundo”. Pues para quienes de verdad tienen el valor de darle un giro radical a su vida tenemos una propuesta.


Si se piensa en los inconvenientes seguro que hay muchos, pero en la balanza romper con la rutina, los horarios y ritos cotidianos establecidos seguro que pesa mucho y tiene su punto a valorar. No tener que aguantar a jefes ni a cuñados ni vecinos cotillas es algo por lo que más de uno pagaría. Pero basta de hablar sólo de boquilla y pasar a la acción. Quien tenga espíritu aventurero que dé un paso al frente y abra las orejas. Porque la Fundación Nao Victoria quiere tripulantes voluntarios para navegar por varios países. Como señala El Correo, esta institución privada sin ánimo de lucro ha abierto un plazo de inscripción para reclutar voluntarios para las tripulaciones de su Nao Victoria, el Galeón Andalucía y la Nao Santa María, embarcaciones que recorren el mundo para compartir la cultura marítima española de los siglos XV-XVII. Se creó hace más de diez años con el principal objeto de divulgar la gesta de la primera circunnavegación a la Tierra y si alguien quiere sumarse lo tiene muy fácil, porque no hace falta experiencia previa navegando, puesto que a bordo los voluntarios están siempre guiados por profesionales que les enseñan todo lo que necesario para compartir la vivencia. Eso sí, se valora positivamente saber idiomas, porque claro, se va a navegar fuera de España. Y para los que quieran quitarse de enmedio sólo un fin de semana que tomen nota también, pues el periodo mínimo es de tres meses para las giras europeas y de seis meses para América. Esta previsto que la Nao Victoria recorra varios puertos del Sur de Francia, Italia y España. El Galeón Andalucía se encuentra visitará una decena de puertos de Francia, Holanda y España, y la Nao Santa María tiene una gira por más de una veintena de puertos por los Grandes Lagos de Canadá y varios de Estados Unidos. Si aún sigues queriendo vivir una experiencia seguro que irrepetible, pues a escribir al correo electrónico voluntariado@fundacionnaovictoria.org yo a llamar al número de teléfono 954 09 09 56. Seguro que los que se atrevan a emular a Cristóbal Colón, los Hermanos Pinzón y compañía regresan con otra perspectiva de la vida. Terrorismo animal en Punta. Ayer sin ir más lejos, en esta misma sección, contábamos cómo los bomberos del Consorcio Provincial habían rescatado de un incendio a dos polluelos de cernícalo y cómo los habían mimado hasta que fueron devueltos sanos y salvos a su hábitat natural, Doñana. Lamentablemente, el amor por los animales que sienten las personas decentes tiene un reverso tenebroso, el de aquellas que son capaces de infligirles dolor y sufrimiento consciente y deliberadamente. A esta siniestra categoría pertenecen quienes se han dedicado a colocar en Punta Umbría trampas como las que denuncia la propia Policía Local del municipio en Facebook.La imagen es lo suficientemente explícita: una rodaja de embutido ensartada por un anzuelo de pesca dispuesto para que cualquier animal que se lo trague tenga una muerte lenta y dolorosa. Una salvajada que, como bien recuerda la policía puntaumbrieña, tiene importantes consecuencias legales –al margen de las morales, obviamente–: multas llegan a los 30.000 euros y penas de prisión superiores a un año. Ojalá no tengamos que volver a ver algo así, aunque si se repite esperamos que caiga sobre el culpable todo el peso de la Ley, que sigue siendo aún hoy demasiado condescendiente con el maltrato animal. Detectives 'anticacas'. Y no dejamos el tema animal, aunque desde un punto de vista bastante más amable. Porque si todos estamos de acuerdo en que uno de los aspectos principales a la hora de valorar la calidad de vida de las ciudades, y probablemente el que es percibido más claramente por sus vecinos, es el de la limpieza de los espacios públicos, si hablamos de lo que más suele enfadar a la gente, la suciedad relacionada con las cacas de perro estaría en las primeras posiciones. En determinados barrios de la capital y de muchas localidades de la provincia es un fenómeno que no solo degrada estéticamente nuestras calles y plazas, sino que ha pasado a convertirse en un problema de salubridad e incluso de convivencia vecinal. Los ayuntamientos han intentado con mayor o menor empeño acabar con este sucio asunto mediante campañas de concienciación, conscientes de que no hay un servicio de limpieza que pueda con un vecindario incívico ni es posible colocar un empleado municipal detrás de cada propietario de perro que no recoge los excrementos de su mascota. Por desgracia, no ha servido de mucho, ya que los malos vecinos no suelen ser fácilmente reinsertables. Al menos por las buenas. A esa conclusión parecen haber llegado en un pueblo de Salamanca, Carbajosa, donde el Ayuntamiento, harto de esta situación, ha recurrido al servicio de investigadores privados para erradicar este comportamiento de algunos propietarios. Los detectives se encargarán de recabar las pruebas necesarias para trasladárselas a la Policía Local y poder sancionar como se merece a los dueños de perros más guarros. Se trata de una medida que ya ha sido adoptada con éxito en otros municipios, como Colmenar Viejo (Madrid) o Tarragona, por lo que tampoco sería mala idea que alguno de nuestros ediles tomara nota. Qué mejor momento que este, con la legislatura a punto de iniciarse, cuando aún no se gobierna pensando en las urnas.
Terrorismo animal en Punta. Ayer sin ir más lejos, en esta misma sección, contábamos cómo los bomberos del Consorcio Provincial habían rescatado de un incendio a dos polluelos de cernícalo y cómo los habían mimado hasta que fueron devueltos sanos y salvos a su hábitat natural, Doñana. Lamentablemente, el amor por los animales que sienten las personas decentes tiene un reverso tenebroso, el de aquellas que son capaces de infligirles dolor y sufrimiento consciente y deliberadamente. A esta siniestra categoría pertenecen quienes se han dedicado a colocar en Punta Umbría trampas como las que denuncia la propia Policía Local del municipio en Facebook.

Detectives 'anticacas'. Y no dejamos el tema animal, aunque desde un punto de vista bastante más amable. Porque si todos estamos de acuerdo en que uno de los aspectos principales a la hora de valorar la calidad de vida de las ciudades, y probablemente el que es percibido más claramente por sus vecinos, es el de la limpieza de los espacios públicos, si hablamos de lo que más suele enfadar a la gente, la suciedad relacionada con las cacas de perro estaría en las primeras posiciones. En determinados barrios de la capital y de muchas localidades de la provincia es un fenómeno que no solo degrada estéticamente nuestras calles y plazas, sino que ha pasado a convertirse en un problema de salubridad e incluso de convivencia vecinal. Los ayuntamientos han intentado con mayor o menor empeño acabar con este sucio asunto mediante campañas de concienciación, conscientes de que no hay un servicio de limpieza que pueda con un vecindario incívico ni es posible colocar un empleado municipal detrás de cada propietario de perro que no recoge los excrementos de su mascota. Por desgracia, no ha servido de mucho, ya que los malos vecinos no suelen ser fácilmente reinsertables. Al menos por las buenas. A esa conclusión parecen haber llegado en un pueblo de Salamanca, Carbajosa, donde el Ayuntamiento, harto de esta situación, ha recurrido al servicio de investigadores privados para erradicar este comportamiento de algunos propietarios. Los detectives se encargarán de recabar las pruebas necesarias para trasladárselas a la Policía Local y poder sancionar como se merece a los dueños de perros más guarros. Se trata de una medida que ya ha sido adoptada con éxito en otros municipios, como Colmenar Viejo (Madrid) o Tarragona, por lo que tampoco sería mala idea que alguno de nuestros ediles tomara nota. Qué mejor momento que este, con la legislatura a punto de iniciarse, cuando aún no se gobierna pensando en las urnas.
