CONFIDENCIAL
El runrún: Las aguas que no se calman en Mesa de la Ría
De proyecto ilusionante, 100% local y bastante aceptado entre la ciudadanía, a otra ‘casa’ más en la que se andan tirando los tiestos entre las distintas facciones. Es triste pero en eso parece que se ha convertido -o quieren convertir- Mesa de la Ría.


El del lepero del bastón. De entre todos los aspectos de nuestra vida cotidiana que se prestan de forma especial a la picaresca, la búsqueda de aparcamiento para nuestros coches ocuparía un lugar bastante destacado. Queremos decir que lo de pasarse de listo está a la orden del día, sobre todo cuando pensamos que los demás, por qué no decirlo, son tontos. Eso debieron pensar los agentes de la Policía Local de Lepe cuando vieron estacionado en una zona reservada para personas con movilidad reducida el vehículo que puede verse junto a estas líneas. Dos cosas llaman la atención: la primera, que carezca de la tarjeta que certifica a efectos circulatorios los problemas físicos de su conductor; la segunda, y aquí viene lo mejor, el bastón que su propietario dejó sobre el salpicadero, a modo de exvoto, pensando que no habría mejor manera que esa de demostrarle a la policía que allí había aparcado un discapacitado con todas las de la ley. Obviamente no coló, como ellos mismos explicaron en su página de Facebook: “Aunque no somos adivinos, sí podemos llegar a ponernos en tu situación, pero lo que no es... no es. No vale que pongas un bastón en el salpicadero, eso, sintiéndolo mucho, no te habilita”. Quizá no cojeaba solo el conductor, sino su propio plan para aparcar por la cara, porque, ¿es que la discapacidad desaparecía en el momento en que abandonaba el vehículo, pues evidentemente fuera de él no necesitaba el bastón? Eso no está del todo claro, al menos no tanto como que aquí hay material para algún que otro chiste.


En la formación lejos de calmarse las aguas revueltas de los últimos meses, parece que lo que llega es la ruptura final. Al menos eso es lo que han anunciado quienes dicen ser –aunque hay otras personas que lo cuestionan- la Asociación Mesa de la Ría, que ha enviado un comunicado informando de que su nueva Junta Directiva se desvincula de los concejales –recordemos, Rafael Gavilán y Paco Romero, tras conseguir aumentar su representación en las últimas elecciones- al considerar que “no respetan las decisiones de sus bases”. El conflicto, en este caso, reside realmente en a quién consideramos bases de la organización, teniendo en cuenta la guerra abierta en su seno. Esta nueva Junta Directiva, por su parte, asegura que está “decidida a regenerar la Mesa de la Ría, corregir comportamientos y actitudes ajenos al espíritu de la Organización, centrándose en los verdaderos objetivos que fueron la base de este movimiento ciudadano”. Y que con Gavilán y Romero, por lo que parece, no quieren nada de nada. La cuestión es que hay otra asociación Mesa de la Ría –no se líen, es la misma, es que ahora ha habido una especie de división en dos- que sí que apoya a los concejales. ¿Quién se llevará el gato al agua –a la de la ría en este caso-? ¿Quién podrá reivindicar ese nombre para sí? Porque por lo que parece es eso, el nombre, lo único que ya les queda en común… El del lepero del bastón. De entre todos los aspectos de nuestra vida cotidiana que se prestan de forma especial a la picaresca, la búsqueda de aparcamiento para nuestros coches ocuparía un lugar bastante destacado. Queremos decir que lo de pasarse de listo está a la orden del día, sobre todo cuando pensamos que los demás, por qué no decirlo, son tontos. Eso debieron pensar los agentes de la Policía Local de Lepe cuando vieron estacionado en una zona reservada para personas con movilidad reducida el vehículo que puede verse junto a estas líneas. Dos cosas llaman la atención: la primera, que carezca de la tarjeta que certifica a efectos circulatorios los problemas físicos de su conductor; la segunda, y aquí viene lo mejor, el bastón que su propietario dejó sobre el salpicadero, a modo de exvoto, pensando que no habría mejor manera que esa de demostrarle a la policía que allí había aparcado un discapacitado con todas las de la ley. Obviamente no coló, como ellos mismos explicaron en su página de Facebook: “Aunque no somos adivinos, sí podemos llegar a ponernos en tu situación, pero lo que no es... no es. No vale que pongas un bastón en el salpicadero, eso, sintiéndolo mucho, no te habilita”. Quizá no cojeaba solo el conductor, sino su propio plan para aparcar por la cara, porque, ¿es que la discapacidad desaparecía en el momento en que abandonaba el vehículo, pues evidentemente fuera de él no necesitaba el bastón? Eso no está del todo claro, al menos no tanto como que aquí hay material para algún que otro chiste. El colega onubense de Kobe Bryant llora su muerte. Fue la noticia de mayor repercusión mundial este domingo. Una leyenda del baloncesto como Kobe Bryant moría a los 41 años víctima de un accidente de helicóptero en compañía de su hija y otras personas. El mundo del deporte llora su irreparable pérdida y entre ellos un colega onubense. Colega, decimos, porque fue un deportista olímpico como él. Se trata de Kelvin De la Nieve, boxeador olímpico en Pekín 2008, que recordó a Kobe en Instagram con una foto juntos. Reconoció a huelva24.com estar “bastante conmocionado” con la muerte de Bryant, al que un día, en la fila del comedor en la villa olímpica, paró para hacerse una foto con él. “Estaba delante mía y me dijo que sí nos podíamos hacer la foto. Me preguntó qué deporte practicaba y me deseó suerte, lo mismo que yo a él. se fue rápidamente porque sabía que iba a venir más gente a hacer lo mismo y al final no le dejarían comer”. Cuatro años más tarde, en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, De la Nieve bajó al vestuario de España y saludó a Pau Gasol y Kobe Bryant, que charlaban juntos. “No me atreví a pedirles más fotos porque ya tenía con ambos y no quería molestar”, señaló el onubense, gran aficionado al baloncesto, que recordó que “era espectacular ver jugar a Kobe en directo y no se me olvidará en la vida dos o tres movimientos que hizo en la final olímpica ante España. Era alucinante verlo tan cerca”. También aludió a que “era muy amigo de Pau, que es un tío muy correcto por lo que yo le he tratado, y eso se veía, así que él también era un buen tío”.