CONFIDENCIAL
El runrún: Adelanta tu cena, te lo piden los bares
Las nuevas restricciones en la movilidad que impone el estado de alarma recientemente decretado, y que por el momento afectan a la franja horaria nocturna –ya saben, de 23.00 a 06.00 horas no se puede andar libremente por la calle-, ha motivado una campaña de la hostelería que nos invitan a modificar hábitos y adelantar el horario habitual de nuestra cena.


No destacamos en nuestro país –y mucho menos en el sur- por cenar temprano, la verdad, sobre todo en comparación con nuestros vecinos europeos. Pero si queremos seguir haciéndolo en los bares, lo cierto es que no nos va a quedar más remedio. Desde el sector hostelero ya nos lanzan una propuesta concreta: hay que hacerlo a las 20.00 horas, para que nos dé tiempo a disfrutar de la cena sin prisas, y el establecimiento en cuestión también pueda después recoger, cerrar y mandar a sus trabajadores a casa sin incumplir la ley. La campaña ya ha sumado adeptos entre los establecimientos onubenses –caso de la Cervecería La Ría, por ejemplo-, que defienden además que, de no contar con la colaboración ciudadana y conseguir este adelanto en los horarios habituales, se destruirán miles de empleos en un sector duramente golpeado por esta crisis sanitaria. Así que ya saben, mejor no merendar –o hacerlo temprano y frugalmente-. Te lo piden los bares. La triste nueva normalidad del Colombino. Jornada de reencuentro la del pasado domingo con la casa de todos los recreativistas, un Colombino que le vino grande al fútbol desplegado por los albiazules ante el cuadro algecireño, que acabó por llevarse a casa los tres puntos. No contribuyó la derrota ni la tarde tan desapacible en lo meteorológico a este esperado regreso, marcado por las restricciones de aforo y las medidas de prevención exigidas para los 800 aficionados que tuvieron la suerte, por llamarlo de alguna manera, de asistir a la primera derrota de la temporada de su equipo. Ya saben, toma de temperatura a la entrada y bueno, lo de la distancia de seguridad fue como el juego del Decano, manifiestamente mejorable. Y es que resulta difícil justificar que esos cientos de espectadores fueran acomodados únicamente en la tribuna baja y media teniendo a disposición toda la grada, facilitando que los aficionados respetaran la distancia social, algo que no ocurrió en este primer partido. Si la excusa para no repartir al público por todo el estadio era el tenerlo resguardado de las inclemencias meteorológicas, ¿por qué no se habilitó también la tribuna alta, con el desahogo que ello hubiera supuesto? Quizá el club tenga una explicación que de momento desconocemos. Volviendo a la crónica del pre-partido, poco antes del inicio, la megafonía amagó con ‘amenizar’ el encuentro con ese horrible ambiente enlatado que emplean en otros estadios y que en este caso hubiera servido únicamente para ahogar los ánimos de la menguada afición local. Pero no, en este caso se impuso el sentido común. Eso sí, igual que los gritos de los futbolistas se oían de forma cristalina en todo el recinto, el árbitro del encuentro también comprobó que ni siquiera en la nueva normalidad iba a dejar de recibir insultos procedentes del público, por escaso que este sea. Un cero para la afición, naturalmente. Para acabar con una nota positiva, cómo no referirnos al remozado exterior que da a la fachada principal del estadio, donde gracias a las obras realizadas por el Puerto de Huelva ha desaparecido el tercermundista aparcamiento de tierra que se transformaba en un barrizal en cuanto caían cuatro gotas, como ayer mismo hubiera ocurrido. Adiós a un compañero de la prensa onubense. Aunque hacía ya bastante tiempo que no desempeñaba su labor profesional en Huelva, este fin de semana ha causado un profundo dolor entre varios periodistas onubenses la noticia del fallecimiento de José María Allas Llorente. Nacido en la localidad segoviana de Abades, desempeñó diversos puestos de responsabilidad en la prensa de Huelva y, durante treinta años, en la RTVA. Era, además, uno de los autores del Libro de Estilo de Canal Sur. En su larga carrera obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo, entre otros. Comenzó su carrera como redactor del desaparecido 'Diario de Castilla', entre los años 1976 y 1978, examinándose aún de las últimas asignaturas de la carrera de Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, en la que se licenció. Estuvo también un tiempo en El Correo de Andalucía y también dirigió La Noticia de Huelva antes de llegar a la radiotelevisión andaluza, donde llegó a ocupar puestos directivos como por ejemplo el de jefe de informativos.
