CONFIDENCIAL
El runrún: ¿Mano dura del Recre con la Grada de Animación?
Pues la verdad es que está por ver, pero por algo se empieza. El pasado 8 de diciembre varios aficionados ultras del Recre destrozaron un bar y varios vehículos en las inmediaciones del estadio Arcángel de Córdoba.


Doñana está sedienta. Llevamos mirando al cielo semanas, meses...y el agua se resiste a llegar. Al límite ya de la situación, con los embalses bajo mínimos y los campos hechos un secarral, la Agencia Española de Meteorología (Aemet) nos da una alegría de cara a los próximos días: en menos de 24 horas empezará a llover y quizá (crucemos los dedos) la lluvia se mantenga algunas jornadas. De sur a norte, toda España está sufriendo una sequía severa ya que los niveles de precipitación registrados en este invierno 2021-2022 están un 35% por debajo de la media histórica. Un verdadero problema para el consumo humano, para la agricultura y para la biodiversidad del planeta. Sirva de muestra las imágenes de satélite que publica la web Copernicus.eu, en las que vemos una comparativa de la situación del Parque Nacional de Doñana desde de marzo de 2021 (la imagen de la izquierda) y la que el espacio protegido presenta un año después, a comienzos de este marzo de 2022 (a la derecha). No hay que ser ningún experto para observar como en la primera se observa un verde que llena el espacio como, a las puertas de la primavera, la vegetación de la zona está en pleno crecimiento. El contraste es brutal al mirar a la segunda imagen por la falta de agua y vegetación. La situación es de tal gravedad que en el muestreo que anualmente lleva a cabo la Estación Biológica de Doñana (EBD) constata los efectos en la biodiversidad: se ha encendido la luz roja al haberse reducido en 20 veces el número de anfibios en el espacio protegido. Solo nos queda bailar la danza

¡Pajarraco a la vista! Están las cosas como para desperdiciar un solo watio procedente de energías gratuitas. Que se lo digan si no al propietario de esta instalación solar que no dudó en usar un espantapájaros para conservar impoluta la superficie de los paneles, ya que las aves estarían usándolas de posadero y claro, con tanta cagada su eficiencia empezaba a resentirse. Y como vemos, no se conformó con los típicos ‘cedés’ que vemos en los balcones, esos que al girar lanzan destellos que ahuyentan a estos animales. En este caso el método es más expeditivo: una cometa con forma de ave rapaz atada en el extremo de un mástil hace que palomas, gorriones, vencejos o cualquier pájaro que ronde sus inmediaciones se sienta intimidado por la presencia de un depredador y por lo tanto no se acercará a la zona. Eso sí, hay vecinos que, como el que nos puso sobre aviso a través de Twitter, creen que quizá el despliegue era un tanto excesivo.
