Confidencial
El runrún: Puerta grande para la Policía Local
El ser humano es un animal de costumbres y repite año a año los comportamientos que habitualmente le han funcionado ante determinadas circunstancias. Pero pasa que dentro de que los años se parecen unos a otros en determinadas cosas, hay respuestas que no son cíclicas y en algún momento más de uno, y de dos, se queda con el culo aire aire... y empitonado.

Es la sensación que se llevaron muchos onubenses que durante el ciclo taurino de Colombinas se acercaron hasta la plaza de Toros de La Merced el día grande, el 3 de agosto, que es el que suele concitar mayor expectación. Quién conozca lo que pasa este día en los alrededores no le extrañará que un año más en La Merced y sobre todo el anexo barrio de El Molino fuera un territorio sin ley de circulación y que en vistas de las escasas zonas de aparcamientos, las prisas y los agobios, se formaran hileras de coches en las aceras, en mitad de la calzada como separación a dos carriles, entre otras incorrecciones sancionables. Esto, que no está bien, es lo que se ha hecho siempre y las autoridades y los vecinos han hecho la vista gorda o simplemente no han querido mirar más allá de la puerta grande de La Merced, que es por donde salió la Policía Local para gloria pecuniaria del Ayuntamiento de Huelva. Sí, porque a pesar de lo que digan las crónicas taurinas, los triunfadores no fueron ni El Juli ni Morante, Manzanares, Talavante, Perera y compañía, sino los agentes que gastaron libreta y boli multando a base de bien a los incautos que creyeron que este año volvería a haber barra libre en el estacionamiento. A nuestros oídos han llegado que fueron cientos de multas y algunas de importes de 200 euros. Si uno multiplica sale un pico que valen más que los trofeos de orejas y rabos. ¿Habrá aparcado alguno en una fachada en plan Spiderman con un todoterreno de esos que llevan la pegatina de un hierro de ganadería junto a la rueda de repuesto? El balance finalmente han sido pitos y palmas, pues unos se habrán alegrado y otros no. Así es la afición, que nunca coincide y la disparidad de criterios está a la orden del día.

años en la carretera recorre el Paraje Natural Marismas del Odiel, en dirección al Espigón, la noche de los fuegos artificiales. Ese día, como ocurrió el pasado domingo, cientos de

Villar, desasistido. Ángel María Villar fue futbolista y después ha prosperado como presidente de la Federación Española de Fútbol, donde lleva toda una vida y ahora experimenta la racha exitosa de triunfos. Además ocupa otros cargos en organismos internacionales, por lo que viaja más que Willy Fogg. Este lunes ha visitado Riotinto para pasar por varios de los puntos más emblemáticos de la cuna del fútbol español y ha estado totalmente desasistido porque todo el personal de prensa de la Federación está de vacaciones. O al menos eso es lo que le han dicho a los organizadores de esta jornada tan señalada. Quizás han preferido quedarse en Madrid y no disfrutar de las excelencias de la localidad de la Cuenca Minera, pero resulta curioso que allá donde vaya el representante de un organismo nacional y además de tanta trascendencia mediática como el fútbol no haya nadie que medie la relación con los medios de comunicación que se interesan por informar de lo que ocurre en torno a Villar. ¿Será que os recortes también llegan allí? ¿No entrar becarios en verano en la Federación para echar una mano? O quizás ya no lo hacen desde que le echaron la culpa a una que puso una vez: Turienzo Álvarez pitará bajo la atenta mirada de Mourinho, que se considera perjudicado por los arbitrajes de los últimos meses y provocó una indignada respuesta del Real Madrid.