confidencial
El runrún: Dímelo en la calle
Así tituló Sabina uno de sus discos y algo así es también la expresión que cualquier chulo de barrio suelta a la mínima en un bar deseando meterse en pelea. El emplazar al exterior al oponente para dirimir diferencias cara a cara y a menos distancia es todo un clásico que se espeta en voz alta para intimidar a la persona con la que surge el encontronazo y el tono empleado en la frase es la que pone la escala. ¿Adivinan quién se puso así?

Se puede ser más o menos brusco aunque nunca sutil a la hora de lanzar un mensaje tan claro como “Eso no me lo dices en la calle” o “Te espero fuera”, que desde luego no son citas que acaban en beso. No es un mensaje conciliador desde luego y uno de estos mandó un envalentonado alcalde de Huelva en la noche del pasado jueves ante un auditorio repleto de personas, una multitud de anónimos sin rostros desde su lugar en el escenario, a las que contestó en un tono que cada uno verá si fue más o menos chulesco pero que desde luego se evidenció cargado de indignación . Fue en mitad del programa ‘El Partido de las Doce’, de la cadena Cope, y que se emitía en directo desde la Casa Colón para toda España, cuando Pedro Rodríguez sacó su lado más desafiante. Antes se había estado riendo con las bromas del otro Rajoy sobre que es una joven promesa del partido, que igual afrontaba su primera legislatura, pero cuando se metió en faena y gozó de su oportunidad de contar cómo fue la historia a su juicio y terminó se le cambió el rictus. Se sintió entre pitos cuestionado tras relatar su historial de salvaciones pasadas protagonizadas para mantener vivo al Recreativo de Huelva y su promesa de hacerlo siempre, criticando de paso la gestión de Pablo Comas y Víctor Hugo Mesa, los actuales dueños del club. Cuando acabó su intervención fue recriminado por una mayoría, que parecía harta de escuchar siempre el mismo rollo, que no le daba credibilidad a nuevas promesas o que simplemente quería disfrutar del programa y no ser adoctrinado. Los menos aplaudieron, para contrarrestar la otra corriente. “Me gustaría que el que no esté de acuerdo, ahí fuera que me explique lo que debemos hacer y si lo que estamos haciendo no está bien para el Recreativo” (mejor escucharlo en el reproductor de arriba). Los comentarios fueron inevitables. Desde los que vieron con buenos ojos este alarde de coraje a los que les pareció una salida de tono bastante inoportuna en ese contexto. Hasta hubo quien quiso reflejar que se le había pegado al primer edil algo de la chulería exhibida otras veces por el máximo mandatario albiazul. La pregunta es ¿hubo cita después a la intemperie las dos de la mañana y chispeando? Lo más probable es que nadie recogiera el guante y todos se fueran a casa.

Citaciones para largo. Es una queja constante del ámbito jurídico, especialmente de la judicatura: el ratio de jueces en Huelva es muy bajo, lo que provoca que los casos se acumulen y las resoluciones se retrasen. Lo cierto es que todos, en un momento dado, nos hemos quejado de los tiempos de la justicia. Unas quejas que se quedan cortas frente a la realidad actual, con notificaciones para dentro de -¡agárrense!- dos años. Se trata de un caso real: una notificación para una vista en el juzgado de lo Contencioso número 3 de Huelva para el día 20 de marzo de ¡2017! La abogada de una de las partes ironizaba hace unos días con la necesidad de hacerse con una agenda del año en cuestión, pero desde luego que la situación, más que para reír, es para llorar y, desde luego, para no tener prisa ninguna.
El semáforo rebelde. Hace algunas semanas huelva24.com publicó una denuncia relacionada con la avería de un semáforo situado en la Palmera que constituía un auténtico peligro, ya que no solo no se encendía la luz que prohibe a los peatones cruzar mientras que el resto si funcionaba -incluida la que permite el paso a los vehículos-, sino que debido a la vegetación, es imposible que quien quiera cruzar vea los coches que se acercan. Esta circunstancia se alargó durante varios días, aunque el arreglo fue cuestión de horas desde que se publicó la denuncia en este periódico. Hoy retomamos de nuevo este asunto ya que ha vuelto a reproducirse la dichosa avería y con los mismos síntomas: la luz roja que impide cruzar a los viandantes está permanentemente apagada. ¿Serán esta vez los servicios municipales tan diligentes como en la anterior ocasión?
