El runrún: Los 'súper’ anti palma pliegan velas

Como explicábamos ayer, todo empezó con la cadena de supermercados Supersano, especializada en productos ecológicos, que anunció que eliminaría de sus estanterías aquellos productos elaborados con grasa de palma. Pese a tener una presencia minoritaria, este inteligente movimiento –incluso desde el punto de vista publicitario– debió de poner en guardia a gigantes como Alcampo, Eroski o Mercadona, que no dudaron en subirse al carro declarando que no descartaban tomar esta misma medida. El ‘órdago’ de estas empresas, y aquí está la novedad con respecto a lo que les contábamos ayer, es que no van a desterrar este aceite insano de sus tiendas, sino en el mejor de los casos de sus marcas propias. Estas cadenas, junto a DIA o Lidl, han confirmado que mantienen conversaciones con sus proveedores para eliminar este ingrediente siempre que sea posible. Conviene no hacerse ilusiones, así que no nos extrañaría que finalmente todo quedará en el compromiso de usar solo aquella grasa de palma que cuente con un sello de sostenibilidad (lo cual solo aseguraría en teoría su bondad ecológica, pero nunca su condición de producto saludable). De este modo imaginamos que pretenden capear el temporal, al menos mientras el aceite de marras se encuentre en el ojo del huracán para los consumidores. Ya lo ha dejado claro la propia industria: la utilización de esta grasa no solo incumbe al coste final del alimento en cuestión, sino a algo tan consustancial al producto como su propio aspecto, a su textura; en definitiva, a su identidad como artículo comercial, y nos engañaríamos si pensáramos que las grandes marcas aceptarán desvirtuar las joyas de su corona por una corriente ‘anti palma’ que confían sea pasajera.