COACHING, EMOGESTIÓN Y CRECIMIENTO PERSONAL
Si crees que puedes, podrás hacerlo
Abraham Lincoln dijo que la mejor forma de predecir tu futuro es crearlo. No esperar a que las cosas pasen sino crear las circunstancias para que sucedan. Muchas personas se sientan a esperar o quieren recoger frutos de árboles que nunca plantaron.

Poner toda nuestra vida en manos del azar o la suerte sin intervenir en ella nos deja poco margen para decidir y mucho espacio para que aflore el miedo. Cuanto dejamos de tomar las riendas de nuestro mundo, más desasosiegosentiremos por lo que nos pueda pasar. Esa incertidumbre que, ante cualquier adversidad, desata el miedo y con él la incapacidad de valorar y ponderar con nitidez aquello que nos pasa. La tensión aflora, nuestras emociones cabalgan sin control y dejan paso a nuestra peor versión abriendo la puerta a esos okupas mentales empeñados en automachacarnos y en poner el foco en lo más negativo.

Si crees que puedes, podrás hacerlo. La autoconfianza y la autoestima nos proporcionan seguridad; debemos valorarnos y conocernos lo suficiente; querernos y saber cuáles son nuestras mejores cualidades. A veces, los okupas mentales son responsables de la percepción selectiva que hacemos de la realidad. Esa percepción es siempre subjetiva pues cada uno de nosotros procesamos el entorno de manera diferente según nuestros valores, experiencias, emociones y creencias. Pero activar continuamente el modo selectivo hace que nos perdamos muchos matices que nos pueden ayudar. En vez de ver para creer, vamos a creer para ver.

No importa qué te digan; lo real es que eres tú quien tiene que creer en ti mismo. Y en ese camino, no puedes dedicarte a tirarles piedras a todos los perros que ladran. Parafraseando a El Quijote “ladran, luego cabalgamos”. Y recuerda siempre que quien critica se confiesa. Las piedras te irán haciendo más fuerte; el dolor crea valor y al final el resultado dependerá, en gran medida, del empeño que pongas en conseguir tu objetivo. La mayoría de los grandes investigadores y científicos de la historia, alcanzaron su meta después de muchos intentos, fallos, errores… La clave del cambio está en la persistencia y el esfuerzo, pues ese camino también nos irá regalando enseñanzas de vida. Cuando estés en la rama de un árbol y te caigas desde la altura, aprovecha para recoger las manzanas del suelo.

Sigue tu método: realiza el diagnóstico de situación; controla tus emociones; busca tu motivación, crea tu compromiso (es el que te va a mantener en la lucha cuando las emociones que te inspiraron vayan asentándose) y ten siempre presente tu objetivo visualizándolo para acercarlo más a la realidad. No importa los intentos que realices; en cada intento aprendes y es precisamente tu actitud ante las derrotas lo que definirá tus victorias.
Cuando un jarrón se rompe y pegas todas sus piezas para recomponerlo, mantenlo sin ocultar sus grietas, dejando ver las piezas que se quebraron.De esta forma tiene más valor… porque ahora tiene una historia. Cuando sientas que te rompes, recomponte. El éxito muchas veces depende de cómo arregles lo que se quiebra; del empeño que pongas en reconstruir. Tu valor es tu historia y tu éxito es la historia de tus errores.

Tú eres capaz porque te conoces y sabes en qué eres bueno. Tú eres capaz porque crees que puedes. Tú eres capaz porque confías en tus capacidades. Tú eres capaz porque tienes capacidad de esfuerzo. Lo que determina el cambio, lo que establece la diferencia es la actitud. Ante el derrotismo, el conformismo y las normas preestablecidas tú decides afrontar la vida con entusiasmo, con enfoque positivo, con capacidad de superación, gestionando los errores y las dificultades para convertirlos en una oportunidad de crecimiento. Tú decides ir más allá, quitarte el corsé de lo socialmente aceptado y de aquello que te hace infeliz. Tú creas tus normas, tus creencias y tus ilusiones. Tú eres dueño de tu presente y de futuro. Tú decides si la vida la llenas de minutos y días o, si por el contrario, llenas de vida tus minutos y tus días.
