COACHING, EMOGESTIÓN Y CRECIMIENTO PERSONAL

No esperes que nadie te salve. Hazlo tú

La esencia de la vida es ir hacia delante. Es avanzar; continuar la marcha a tu ritmo. No importa la rapidez de tus pasos, tan sólo que sean siempre para progresar.

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No esperes que nadie te salve. Hazlo tú

La vida es una aventura -no un viaje organizado- que te dará sorpresas y te pondrá a prueba, te provocará desconciertos, confusiones y te retará continuamente. Sonreirás y llorarás. Nada está guionizado. Tú podrás ir escribiendo tu historia; a veces, con personajes y tramas que llegarán a ti, y otras con aquello que tú mismo vas protagonizado cuando tomas el control.

La vida no se trata de encontrarse a uno mismo, sino de crearse a sí mismo. Ser proactivos, adoptar una actitud valiente, tomar decisiones; eso marcará la diferencia. Solemos esperar a que algo ocurra; pensamos que en cualquier momento algo sucederá. Soñamos con conocer a alguien que nos cambie la vida en un encontronazo a la vuelta de la esquina. Esperamos una llamada que nos pueda llevar lejos.

Solemos poner nuestra felicidad en bolsillos de otras personas; vinculamos lo que alguien nos diga o lo que alguien haga a nuestra felicidad. Creemos que nos sacará del agujero un heroico rescatador. Ansiamos que hoy sea un gran día pero no hacemos nada para conseguirlo. Le damos a los demás el poder de hacernos sentir desdichados o felices. 

Es cierto que el reconocimiento, el cariño, el aprecio, la ayuda, el consejo amigo, son importantes fuentes de energía y de fuerza que todos necesitamos y que nos dan el impulso que a veces nos falta. Pero no podemos depender de eso para garantizar nuestro bienestar. Eso son ayudas, pero el papel fundamental lo tenemos nosotros.

No esperes que nadie te salve. Hazlo tú

Sabemos dónde estamos, quiénes somos, pero no dónde podemos llegar y qué podemos llegar a ser. Elimina el freno del temor. Haz las cosas con miedo, pero hazlas. Supérate. Busca aquello que te haga feliz, ponte en marcha. La vida es el arte de dibujar sin borrar.

Para salvarnos de esa vida que no nos ilusiona, para impulsarnos hacia la construcción de un yomejor, seguiremos lo que podemos llamar la teoría de las cinco puntas.

Quiérete. Conócete para aceptarte. Potencia lo mejor que hay en ti. Redescubre tu interior. Mira sin miedo lo que no te guste y trabaja frente a él. Quítate las máscaras y desecha las actitudes impostadas. Déjate fluir; deja aflorar a esa persona única y especial que eres, sin compararte, sin imitaciones. Siente orgullo de cómo eres y saca tu potencial; no lo disfraces ni intentes parecerte a nadie. Tu mejor ejemplo eres tú. Solamente hacen falta tres palabras para que algo funcione: confío en mí.

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Modifica tu actitud y tu forma de ver el mundo. El poder de reconvertir el mundo lo tenemos en nuestras manos. Y aquello que no podamos cambiar lo aceptamos. Las cosas se aceptan, se cambian o se dejan, pero no pueden lastrarte. A veces no es el mundo el que cambia sino la perspectiva de quien lo mira. A veces, tan sólo hace falta modificar nuestra forma de entender el mundo, simplificándolo. La vida es más sencilla pero tendemos a hacerla complicada. Valora lo que tienes, supera lo que te duele  y lucha por lo que quieres. 

Planifica tus sueños. Para lograr nuestras metas tenemos que “poder tocar” nuestros sueños. Debemos verlos plasmados de alguna manera para sentir que somos capaces de conseguirlos. Un sueño lo desglosamos en fases, las fases en metas y las metas en pequeños objetivos. Si conseguimos hacerlos tangibles seremos capaces de lograrlos.  

Ponte en práctica. La teoría nos sirve de motivación, de conocimiento, pero lo que nos lleva al cambio y a la superación es la acción. No solo nos vale “saberlo” o “entenderlo”, lo más difícil es llevarlo a la práctica. Con ganas se sueña, con valentía se logra.

No esperes que nadie te salve. Hazlo tú

La muralla del pasado. Nuestro pasado ha influido en lo que somos hoy en día pero no tiene que definir quién vamos a ser mañana. La comprensión de todo aquello que nos ha pasado, de las vivencias y experiencias nos va a permitir soltar un lastre que nos impide vislumbrar nuevas perspectivas. Enfréntate a tu pasado, sana tus heridas, aprende de ellas y suelta… Deshazte de los anclajes, de los prejuicios, de las creencias limitantes. Recuerda que gran parte de lo que no nos atrevemos a hacer es una proyección de algo que no hemos superado. 

La muralla emocional. Todos hemos pasado por un momento de colapso emocional fruto de nuestras auto exigencias. Nos imponemos ser fuertes; creemos que tenemos que evitar el daño ajeno aun sin importarnos si eso nos daña a nosotros. Dejamos que crezcan malestares y aguantamos situaciones para no crear problemas o para evitar que se tambalee nuestro mundo. Eso nos lleva a la autodestrucción… Dejamos de ser quiénes somos, perdemos lo mejor que tenemos: nuestra forma de ser. Las emociones hay que gestionarlas, entenderlas, y no someterse a ellas.

La muralla de la dependencia. En esta sociedad en la que vivimos somos excesivamente dependientes de lo que opinen los demás, de lo que crean, de lo que hagan o del concepto que tengan de ti. Todos nos hemos preocupado por lo que piensen las personas que nos rodean. Incluso aquellos que aseguran no importarles, en el fondo suelen justificar sus comportamientos y explicarse continuamente para que el resto los entienda. Es humano. Es la necesidad de aceptación e integración. Pero no olvidemos que la aceptación empieza en uno mismo y que lo más importante es lo que tú pienses de ti y que tus pasos los guíen tus valores. Tú eres responsable de lo que dices y de lo que haces, no de lo que los demás interpreten. Una dependencia y un control desmedido para encajar, para no molestar, para agradar, coartan nuestra libertad y nos arrebata nuestra manera de ser. El egoísmo, la envidia, la rivalidad desmedida, también nos deshumanizan. Estamos en continua “lucha” con los demás; pero en el fondo se trata de una lucha interna con nosotros mismos. Si estamos en calma, en equilibrio interior, todo a nuestro alrededor lo estará. Cuando tú no tengas alas pero te alegres del vuelo de los demás, habrás entendido el verdadero sentido de la vida.

La muralla del miedo.  Solemos ponernos excusas para no hacer algo cuando en el fondo lo que nos mueve es el miedo. Los mediocres, los cobardes, siempre dicen que es mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer. El temor a no actuar correctamente, a lo que pueda pasar, a la incertidumbre del cambio, a tener que volver a empezar, a la soledad o la desprotección… Date permiso para equivocarte. Nadie logró el éxito sin un error anterior. El error te hace más fuerte porque te hace aprender, te enseña el camino. Los problemas son oportunidades para ser mejor. Las dificultades suelen preparar a gente común para un destino extraordinario.

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