Ayudar a los demás

Y es que ayudar a los demás estimula zonas de nuestro cerebro que están asociadas al placer. Además, parece que la vida se prolonga entres cinco y ocho años cuando si nos mantenemos activos, tanto física como mentalmente, y si mantenemos una actitud positiva que incluye la ayuda a los otros. Por lo tanto, sentirse útil y hacer cosas por los demás trae consigo múltiples beneficios para la salud.

A veces nos resulta muy difícil pedir ayuda a los demás porque hace que mostremos nuestra debilidad y porque nos exponemos a una posible negativa de la otra persona. Sin embargo, las investigaciones demuestran que la mayoría de las personas estamos dispuestas a prestar ayuda cuando nos la piden.

Ayudando a los demás nos ayudamos a nosotros mismos. Esta frase no es ningún tópico, sino una realidad. Podemos enumerar varios de estos beneficios, incluso aunque algunos de ellos sean motivaciones a nivel inconsciente:

Lo que se viene observando desde hace siglos es que los seres humanos parecemos tener una habilidad innata para ayudarnos entre nosotros. Esto podría ser un mecanismo que tenemos para promover la supervivencia de la especie. Históricamente, si nos remontamos a nuestros orígenes, cuidando del grupo cada persona estaba en realidad cuidando de sí misma.

Existe cierto sentido compasivo de la existencia que nos conduce a estar ahí para otros, incluso para gente desconocida. Y se ha visto que la mejor forma de salir del duelo, o del dolor, es ayudar a otras personas a sanar el suyo porque, tal vez haciéndolo, encontraremos el reflejo de la esperanza para nosotros mismos.

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