sexología
Tropezar dos veces con la misma piedra
Es frecuente que las relaciones que tenemos a lo largo de nuestra vida tengan cosas en común, como el físico de la persona (nos gusta más o menos el mismo perfil), las conductas (nos llama la atención comportamientos similares) o la forma de relacionarnos (cosas que compartimos), entre otros aspectos.

Cuando las relaciones han sido sanas, es bueno dado que nos empuja a volver a disfrutar de ellas, pero esto también puede ocurrir cuando las relaciones no han sido buenas y han generado malestar en una de las personas de esta relación o en ambas. ¿Nos gusta pasarlo mal? Evidentemente la respuesta a la pregunta es rotundamente no.
Entonces, ¿por qué nos puede ocurrir esto? Es frecuente que cuando salimos de una relación de pareja, estemos más centrados en el dolor que nos ha ocasionado o el malestar al que nos enfrentamos tras la ruptura que en aprender de lo bueno y menos bueno que nos haya reportado, con objeto de aprender de lo bueno y repetirlo en relaciones posteriores y analizar lo que nos ha generado malestar para que no vuelva a ocurrir en nuestras relaciones.
Afrontar el dolor por la pérdida de la relación es un proceso normal y algo a lo que todos tras la ruptura debemos enfrentarnos, pero no debemos quedarnos ahí. Una vez elaborada la pérdida debemos ir un paso más allá y aprender de la relación pasada.
¿Cómo podemos aprender a mejorar la calidad de nuestras relaciones?
Es muy importante darnos un tiempo antes de iniciar una nueva relación. No debemos gestionar el dolor por la pérdida de la persona que hemos querido sustituyéndola por otra, dado que cuando ocurre esto difícilmente podemos valorar los pros y contras de la relación y es fácil volver a caer en los mismos errores.
Es recomendable no quedarnos en casa lamentándonos por la pérdida, salir con amigos, hacer deporte y actividades de ocio que nos permitan distraernos y disfrutar. Para nada es positivo hablar continuamente de la persona anterior o de lo que hacíamos o no.
Una vez comencemos a estabilizarnos anímicamente, debemos pensar en las conductas de nuestro 'ex' que nos han generado malestar, en los comportamientos nuestros que pueden haber generado tensión entre ambos y en las propuestas de cambio que éste nos hacía, entre otras cosas. Después es necesario valorar los pros y los contras de todo ello, reflexionar sobre ello y plantearnos los beneficios de continuar reproduciendo estos comportamientos o permitiendo que estén presentes en nuestras relaciones, o por el contrario cambiarlos.
Para que podamos vivir una relación de pareja sana y por ende poder disfrutar de ella, es importante aprender a ser felices solos y a disfrutar de cada instante, y que cuando encontremos una persona con la que compartir nuestros días venga a traernos más felicidad de la que ya tenemos, y nunca a restárnosla.
Y recuerda: quiérete, tú eres tu mejor 'regalo'.
Carmen Canterla
Psicóloga Sexóloga
Co-Directora del I.S. Vidacer Huelva.
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