Magna Mariana: Huelva estalla de júbilo y amor a la Virgen María en una jornada para la historia
Desde las primeras horas de la tarde hasta bien entrada la noche, la capital se ha desbordado para acompañar a las imágenes procedentes de toda la provincia para conmemorar el Año de la Esperanza
Magna Mariana de Huelva, en directo: última hora de la procesión y paso por el recorrido oficial
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Huelva tenía ganas de disfrutar de este día único. Las fotos en blanco y negro de la magna del 54 de las que las actuales generaciones siempre han hablado con añoranza han cobrado vida y color. Toda la Diócesis de Huelva ha celebrado el Año Jubilar de la Esperanza como mejor sabe hacer esta tierra, proclamando su amor a María y acompañando en sus 24 advocaciones a la Madre de Dios por las calles de la capital de la provincia.
La noche fue de nervios, de vigilia, de cantes a las puertas de los templos, de colocar las últimas flores y de labores de priostía a última hora. Poco se durmió en una ciudad que se sentía expectante, deseosa de que amaneciera el día. Últimas visitas a los templos por la mañana y sensación de calma antes de la tormenta, una tormenta de devoción a la Virgen.
A las tres de la tarde las primeras puertas se abrían. Era el barrio de La Orden, como si de un Lunes Santo se tratara, el primero en echarse a la calle para recorrer el largo camino que le quedaba para llegar al centro. Los sones del himno nacional recibían a la Virgen de los Dolores, que estrenaba en la calle el bordado completo de su techo de palio así como los candelabro de cola y la nueva saya. Unos sones atípicos, quizás, pues la Agrupación de la Santa Cruz tan vinculada a la cofradía era la encargada de acompañar a la Virgen en estas primeras horas de la tarde. Día de estrenos para que todo el orbe cofrade disfrutara de la dolorosa del Perdón. Minutos después se abrían otras dos puertas en sitios distantes. Paz y Rosario salían de sus templos, otras dos dolorosas de hermandades sacramentales, y por los barrios de San Sebastián y el Polvorín la bulla ya se hacía intensa.
El numeroso público fue la nota dominante de la jornada. Desde primeras horas de la tarde la provincia cofrade y los miles de visitantes atraídos por el llamado turismo religioso quisieron disfrutar de cada uno de los instantes que nos ha regalado esta procesión magna. Seguía a la Virgen del Rosario la Virgen de la Victoria y el Polvorín ya fue una fiesta. La dolorosa que arrastra pasiones salía a los sones de la Banda de Mairena, primera de las formaciones que la acompañaría en esta tarde pues el regreso lo haría con la Paz de Málaga. Pronto dejaban atrás el barrio, dejando para el regreso el discurrir bajo los numerosos adornos que primorosamente decoran sus calles.



Por el centro daba comienzo la Magna en el entorno de la Merced y San Pedro. La Virgen de los Doloresde los Judíos reforzaba su clásica impronta revestida por una ráfaga de ocho bajo su paso de palio. Esencia clásica de la dolorosa servita que causó admiración en quienes llenaban la plaza de la Merced, por donde pasaría también minutos más tarde la Virgen de la Estrella de Chucena, primera imagen de la provincia en salir. A esa misma hora la última del Polvorín salía a la calle. Tras el apoteósico traslado del pasado miércoles, la Virgen de Montemayor procesionaba esta vez en su paso portado por costaleros arropada por su hermandad filial onubense. Se despedía de la iglesia de la Misericordia la imagen de María Auxiliadora, la última en ser coronada, pues su recogida sería horas más tarde en la Santa Iglesia Catedral.
Protagonismo para San Pedro
Tres horas después de que el primer paso de palio iniciase esta Magna Mariana, el barrio alto de San Pedro tomaba el protagonismo convirtiéndose en una especia de segundo recorrido oficial. La multitud que se apiñaba en la plaza que antecede a la parroquia mayor de la villa pudo presenciar casi escalonadamente en unas pocos metros las salidas desde el templo de Refugio, Remedios de Villarrasa, Valle de La Palma, Ángeles de Alájar o la patrona onubense, la Virgen de la Cinta. Por allí pasaron también la Virgen de la Victoria y la del Rosario y desde la cercana ermita de la Soledad hacían su salida Angustias y Soledad de Ayamonte y la Virgen de la Salud. Una de las imágenes de la jornada, los hermanos de Pérez Cubillas veían por vez primera en las calles de Huelva a su dolorosa procesionando bajo palio. Lágrimas de emoción y alegría, de recuerdos por quienes no han podido contemplar a la Madre de la Salud entre sus hijos onubenses y de ilusión brotaban de los ojos de todos los hermanos y vecinos de un barrio que hoy se hizo centro.
Inicio del Recorrido oficial
Si bien la jornada empezó con cierto adelanto, la tarde fue acumulando minutos de retraso que las hermandades se afanaron en recuperar. Con los horarios más o menos cumpliéndose, la Virgen de la Paz era la encargada de inaugurar el recorrido oficial. Tras la angosta entrada por la plaza de las Monjas, los 9.000 usuarios de las sillas aguardaban el discurrir de la dolorosa a la que seguirían el resto de hermandades sacramentales.



A esa misma hora, comenzaban a salir las imágenes más próximas al recorrido, cuyas sedes se concentraban en la zona centro. Socorro de Rociana, Milagros de Palos, la Peña de Puebla de Guzmán y las dos dolorosas onubenses, Amargura y Dolores de Oración, abandonaban la Parroquia de la Purísima Concepción. De la Esperanza salían Mayor Dolor de Aracena y la propia Virgen de la Esperanza onubense y desde la Merced hacía lo propio la Estrella de Chucena. La magna mariana ya era plena en la calle, regalándonos momentos para la historia, encuentros inesperados en la calles entre patronas, sentidos vivas y emotivos cantes y petalás. Toda la provincia puso lo mejor de sí para demostrar al mundo que Huelva, más allá de títulos oficiales, es una ciudad mariana de corazón.