¿Por qué la Virgen de la Bella de Lepe llevó billetes en su manto en la Magna Mariana de Huelva? Estas son las razones históricas
La hermandad lepera defiende que aunque algunos lo vean como «algo fuera de contexto, chabacano y tosco», tiene su explicación «precisa y hasta sorprendente»
Curiosidades de la Magna Mariana de Huelva: La Virgen de la Bella procesionó con billetes sobre su manto
La Virgen de la Bella regresa a Lepe tras participar en la Magna Mariana de Huelva
La Hermandad de Nuesta Señora de la Bella de Lepe ha emitido un comunicado para explicar las razones históricas que respaldan la tradición de que la Virgen de la Bella luzca prendidos en su manto billetes de curso legal, como ocurrió el pasado sábado en la Magna Mariana de Huelva o cada 15 de agosto. Como ya informó Huelva24 se trata de una costumbre con razones históricas, que, no obstante, sorprendió a muchos en la procesión jubilar por ser una imagen nada habitual.
Se trata de una tradición, señalan, «tan enraizadas en el tiempo», que «han desdibujado su primitivo significado y aún cuando sigamos repitiendo los ritos como un día fueron, hay casos en los que hemos olvidado su auténtica razón de ser y tienden a verse, por el gran público, como algo fuera de contexto, chabacano y tosco», cuando en realidad se trata con ello de rememorar «una tradición secular con un significado preciso y, a veces, hasta sorprendente».
«Detrás de esa conducta tan peculiar nuestra se esconde toda una remembranza de tiempos pasados que, haciéndose hoy de otra manera, busca la misma finalidad que ayer: aportar un donativo a la Señora en compensación por una gracia alcanzada o demandando alcanzarla», explicó la hermandad, que recuerda que no se fundó hasta 1954 y que hasta entonces los gastos de cada acto eran sufragados «exclusivamente por sus fieles y devotos».
Donaciones en especie
En 1835, con la desamortización de Mendizábal, el sacerdote se echaba a la calle con un burrito a pedir por las calles del pueblo. «No se buscaba sólo dinero, sino además una pequeña parte de la cosecha. Así, cada lepero entregaba lo que podía: unos almudes de almendras, unos cuantos más de cebada, trigo, avena, melones, etc. Junto a esa aportación en especie, las gentes tenían melones, etc. Esos frutos, más tarde, eran vendidos y convertidos en metálico».
Entonces también había costumbre de tirar monedas a la mesa del paso en el recorrido procesional, concretamente duros de plata. Vecinos menos favorecidos ahorraban céntimo a céntimo durante el año para cambiarlo por una sola pieza antes del 15 de agosto y entonces entregarla a la Bella, dando así gracias «por lo bueno que les hubiese pasado o pedir alguna intercesión».
Desaparecen las monedas con el Franquismo
Con la instauración del Franquismo la costumbre se cambió, ya que el régimen retiró prácticamente la totalidad de las monedas de curso legal, por la «acuciante exigencia de minerales surgidas por la guerra». Quedaron en circulación sólo monedas de escaso valor y hasta las pesetas se acuñaron en papel. Entonces cuando la donación a la Virgen era de cierta cantidad sólo se podía realizar en billetes, que «obviamente no se podían tirar al paso desde lejos», por lo que se instauró la costumbre actual de «sujetarlos con alfileres al manto».
Con el paso del tiempo la hermandad quiso «erradicar esta costumbre» para evitar que se ensartara su manto de terciopelo actual, que sustituía a uno de tisú. Por ello se instó a que algunos hermanos pasaran con bandejas a recoger los donativos. «El resultado no fue el esperado y la mayoría de las personas es negaron a utilizar ese medio, prefiriendo seguir pinchando sus donativos como dictaba la tradición», indica la hermandad.
Se consolidó así la vieja costumbre, «eso sí, reeditada y más visible por mor de la autarquía impuesta tras la guerra y, remozada con la llegada del euro, en un «sobremanto» con el cuño y colores de una moneda de curso legal vigente en más de veinte países de economía globalizada», termina diciendo el comunicado.
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