el microchip permitió dar con sus dueños en la otra punta de españa
Una perra perdida en Huelva aparece en Mataró dos años más tarde
19.39 h. Dos años después y más de 1.000 kilómetros separaban hasta hace pocos días a Leidy, una yorkshire de 14 años, de sus dueños onubenses, los mismos que la dieron por perdida en 2010 sin saber que el destino iba a devolvérsela sana y salva desde la otra punta de la península.

El animal, según relata La Vanguardia, fue hallado en la localidad barcelonesa de Mataró el pasado 15 de abril y fue recogida por una protectora de animales que se preocupó de devolverla a sus dueños después de comprobar que sus datos constaban en el microchip implantado a la perra. En Huelva, la familia estaba convencida de que Leidy fue robada y hace tiempo que se resignaron a no volver a verla. Hoy son felices al poder acompañar a su mascota en el tiempo que le quede de vida.
José Blandón, el dueño de la perrita, confesó que en el reencuentro “lloró toda la familia” y recordó cómo en 2010 perdieron la pista de su mascota en San Juan del Puerto por un despiste, cómo pegaron carteles por la zona y la buscaron varios meses hasta darlo por imposible, sin sospechar que más de dos años después Leidy daría señales de vida a mil kilómetros de distancia de casa.
Fue el propio José, según el diario catalán, quien recibió la buena noticia de la protectora y decidió sorprender a su mujer Rosa, muy afectada tras la ausencia de Leidy. No le anunció la reaparición de la perrita hasta que ésta llegó a casa el 19 de abril, cuatro días después de su hallazgo. “Leidy se bajó del coche y subió las escaleras hasta el portal”, describe Blandón. Según su relato, el animal recordaba perfectamente que aquélla había sido su casa durante más de diez años. “Llamé al timbré y abrió mi mujer, que no creía lo que veía”, relató Blandón, un auxiliar de enfermería de 55 años.
En estos dos años fuera de su hogar onubense, la perra ha perdido agilidad, según sus dueños, y “está más torpe”. También tienen muy claro que Leidy fue robada, porque no creen posible que un animal acostumbrado a la vida doméstica pudiera recorrer solo los mil kilómetros que separan Huelva de Mataró. Ahora, nada de eso importa, ya que José y su familia tienen de nuevo a Leidy en casa. “Y aquí morirá”, concluyó José emocionado.