DÉCIMA JORNADA DEL JUICIO

La madre de Bretón dijo al comisario Piedrabuena entre lágrimas que se temía 'lo peor'

18.09 h. Todos los policías que han prestado testimonio ante el tribunal confirman que no se rompió la cadena de custodia de los restos óseos “en ningún momento”.

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La madre de Bretón,Antonia Gómez, con la que se entrevistó el comisario Manuel Piedrabuena, mientras éste estuvo al frente de lainvestigación al inicio de la misma, leconfesó, entre lágrimas, que, respecto a lo que hubiera podido ocurrir consus nietos, se temía lo peor.Así lo ha referido, durante el juicio seguido contra Bretón por el supuestoasesinato de sus hijos en la AudienciaProvincial de Córdoba, el que fuera responsable de la investigación delcaso de Marta del Castillo en Sevilla, quien ha recordado que se le encomendóhacerse cargo de la investigación de la desaparición en la capital cordobesa deRuth (seis años) y José (dos años), como responsablede la Policía Judicial, y que llegó a Córdoba el día 10 de octubre de 2011y estuvo en la ciudad hasta el día 13 de ese mismo año, cuando se produjo surelevo de este caso.

Antes de ello, Pidrabuena, quien el mismo día 10 de octubre se entrevistó con la abuela materna de losmenores y con su propia madre, Ruth Ortiz, al día siguiente se reunió conla madre de Bretón, a quien, al insistirle que pensaba ella que podía haberpasado con los niños, se echó a llorar y dijo: yo me temo que haya podidopasar lo peor.

Eso ocurrió después de que, en su primer día de su estanciaen Córdoba, Piedrabuena fuera a la finca de los padres de Bretón, dondepresuntamente éste quemó a sus hijos en una hoguera que, en el momento dellegar el comisario al lugar, precisamenteestaba siendo sometida a una inspección ocular por la perito Josefina Llamas,quien determinó posteriormente en su informe, del que más adelante se retractó,que los restos óseos presentes entre las cenizas de la hoguera eran de animalesy no de humanos.

La perito Josefina Llamas, según el relato del comisario,estaba entonces acompañada porfuncionarios de la Policía Científica y Judicial y, aunque Pidrabuena nollegó a hablar con ella, sí que la oyó comentar que lo que estaba encontrandohasta ese momento eran restos óseos de origen animal. Además, el comisario novio, ni tuvo conocimiento de que a la perito se la presionara en ningúnmomento, al contrario, el ambientefue relajado en todo momento.

Por su parte, el comisarioJesús Pacheco, quien sustituyó temporalmente al comisario Serafín Castro alfrente de la investigación en agosto de 2012, ha precisado que el día 14 deese mes recibió al doctor FranciscoEtxeberría, si bien no estuvo presente durante la apertura de la caja conlos restos óseos que luego éste examinó, determinado que eran humanos ypertenecientes a menores de entre dos y seis años. Precisamente, Pacheco hadetallado al tribunal que sí que llegó cuando Etxeberría ya procedía a realizarel análisis de los restos y que con él llegó también la doctora Josefina Lamas,a la que Etxeberría le dijo, según el relato de Pacheco, que podía quedarse,pero ella le respondió que emitiera su informe, que ella mantenía el suyo y quesi había contradicción entre ambos, habría un tercero que lo resolviera.

En cuanto al informe o notas de trabajo que elaboróEtxeberría simplemente tras ver las fotografías de los restos óseos, Pacheco haprecisado que éste determinó ya entoncesque eran restos óseos humanos.

Por su parte y en relación con ello, el comisario jefe de laBrigada Central de Delitos contra Personas, Vicente Benéitez, que intervino en la investigación desde el 13 deoctubre de 2011, ha explicado este lunes durante el juicio que fue la Policíala que remitió a Etxebarría una fotografía de los restos óseos, con conocimiento del juez y apetición de la abogada de la acusación particular, asegurando Benéitez que la caja que contenía los restos habíaestado custodiada convenientemente.

De hecho, según lo que han declarado este lunes, en calidad de testigos, hasta nuevepolicías nacionales, además de los citados comisarios, la cadena de custodia delos restos óseos no se ha roto en ningún momento en Córdoba, ni tampoco enlos diferentes traslados a los que fueron sometidos entre distintasdependencias a Sevilla y Madrid, si bien, el comisario Antonio del Amo hareconocido que, como consecuencia del proceso de análisis al que fueronsometidas las muestras, de cenizas y de restos óseos obtenidas de la hoguera,algunas se fragmentaban y llegaban a reducirse a polvo, siendo agrupadas en unasola caja, tras su análisis, frente a las tres cajas originales.

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