FESTIVAL DE NIEBLA > 'EL LINDO DON DIEGO'
Brillante y rompedor montaje de Morboria Teatro
Podemos leer en el programa de mano del Festival de Niebla –por cierto, ¿de quién ha sido la idea de imprimir en blanco sobre fondo amarillo la página de 'El lindo Don Diego'? Con las condiciones de luz habituales en un patio de butacas es prácticamente imposible leer el texto, so pena de dejarte los ojos en el intento. Y ni por esas–. Decía, volviendo al principio, que Eva del Palacio, directora y autora de esta versión del clásico de Agustín Moreto comenta en el programa de mano que el autor se sirvió de esta obra en el siglo XVII para pintar un retrato lleno de ironía sobre la vanidad y el narcisismo ya imperantes en la sociedad de entonces. Pues bien, han pasado casi cuatro siglos desde el estreno de este 'Lindo' y parece que hemos ido a más en todo aquello que criticaba Moreto en 1662.
No hay más que entrar en muchos de los programas de nuestras teles –y no sólo de las teles o las revistas del cuore- para ver desfilar ante nuestros ojos a una interminable caterva de 'Lindos' y 'Lindas' cuya única preocupación es mostrar unos pectorales, unas nalgas o unos abdominales que producen grima o unos pechos hipertrofiados o unos rostros sin expresión a base de silicona y cirugía. Y es que, como alguien comentaba al respecto, anda suelto Frankenstein y sigue haciendo de las suyas. Hemos caído en el vacío, en la tiranía de la imagen, en la pura apariencia, en el postureo, y así nos va.
Dicho esto, sí que parece oportuno revisitar esta obra y mucho más hacerlo con esta versión tan libre como inteligente que nos propone Eva del Palacio trasladando la belleza y poética de los versos del siglo XVII a la modernidad de los “locos años 20”, una época de entreguerras que viene a ser como un paradigma del desenfreno y la diversión, a un hotel de Madrid y al célebre Marboria Club, un lugar en el que todo es posible, incluso que caigan las máscaras que impone la sociedad más estricta y que cada quien sea cada cual y se muestre como es y sin complejos: homosexuales, mujeres y hombres, lesbianas, transformistas, banqueros, artistas, cantantes… viviendo su sexualidad con plenitud y sin miedo. Con lo que, de paso, nos permite homenajear a la fascinante, rompedora y enigmática Tórtola Valencia, nacida en Sevilla y educada en Londres, que hablaba cinco idiomas, fue pionera de la liberación femenina al estilo de Isadora Duncan, Sarah Bernhardt o Virginia Woolf, que actuó en toda América, en Europa, en la India y que cultivó un estilo ecléctico y muy oriental. Se la consideró la mujer más bella de Europa o “la bailarina de los pies desnudos”, como la bautizó Rubén Darío en unos versos y que debió traer de cabeza a intelectuales como Baroja, Marañón, Pérez de Ayala, Valle-Inclán, Benavente, D´Anunzio, Granados, Zuloaga, a media realeza europea de entonces incluído el rey de España y que ha quedado casi olvidada a pesar de su talento y su lucha por liberar a la mujer –también del corsé, al que calificó como cárcel de los encantos femeninos– e insertarla en la nueva sociedad con un papel mucho más activo y autónomo. Virginia Sánchez es la encargada de dar vida en el escenario a la bailarina en varias interpretaciones brillantes que arrancaron los aplausos del público a pesar de que en algún momento lastran en parte el ritmo de la obra.
Brillantes los actores, con un Fernando Aguado que da vida muy acertadamente a un Don Diego vanidoso, fatuo, petulante, presumido, narcisista y engreído hasta la ridiculez. Igualmente brillante Eva del Palacio en una Mosquita que es prácticamente el hilo conductor del espectáculo, dominando la escena con una interpretación convincente a la vez que ligera y festiva como conviene a una obra de estas características. Impagable Eduardo Tovar en su papel de Codorniz travestido en Condesa, excesivo en su interpretación tanto como en su tamaño, que hace gala de una vis cómica en la que no se sabe qué admirar más, si la composición del personaje, la expresión corporal o la vida que consigue dar a su rol de condesa travestida. Muy bien el resto de la Compañía, unos mejor que otros, pero manteniendo todos un nivel más que aceptable.
La música está dirigida por Miguel Barón, que interpreta en directo piezas al piano durante toda la obra y que funciona muy bien para que el ritmo del espectáculo se mantenga en todo momento, sobre todo en las transiciones. Y muy bien los actores en su faceta de bailarines.
En resumen un brillante montaje este que nos ha traído a Niebla Morboria Teatro, espectáculo que había sido seleccionado por los socios del Festival. Quizá le sobran minutos y alguna secuencia como el primer soneto cantado de Lope, ajustar mejor los textos siempre complicados del teatro en verso e integrar mejor dentro de la obra el último y precioso baile de la estrella Tórtola Valencia. Pero es una gran versión del clásico de Agustín Moreto esta que ha preparado y dirigido Eva del Palacio. El numeroso público asistente así lo apreció con el aplauso cerrado y prolongado que sirvió de despedida a la Compañía.
'EL LINDO DON DIEGO'
Autor: Agustín MoretoProducción: Morboria TeatroDirección escénica y adaptación: Eva del Palacio.
Dirección musical: Carlos Pérez Mántaras. Espacio escénico: Miguel Brayda y Eva del Palacio. Vestuario: Eva del Palacio, Fernando Aguadó y Ana del Palacio. Iluminación: Guillermo Erice. Intérpretes: Félix Casales, Harold Zúñiga, Eva del Palacio, Ingrid López, Pedro Olivera, Malena Gutiérrez, Fernando Aguado, Diego Morales. Intérprete piano: Carlos Pérez Mántaras. Intérprete contrabajo: Javier Botella.
Reportaje fotográfico: Morboria Teatro.
