Alfred Hitchcock Presents...

El planteamiento es sencillo: Luis vuelve a casa después de estar internado en un sanatorio durante seis meses, tras una extraña y repentina crisis psicótica. Su mujer, Beatriz, desconfía aún de que éste no vuelva a atravesar otro episodio y le haga daño. A partir de aquí, Sorín, quien también firma el guión, nos va dibujando una serie de situaciones y detalles que nos hacen bascular entre las dos versiones, haciéndonos dudar entre la posible psicosis de Luis o la paranoia de ella. La clave de la historia parece ser que el gato, Donatello, que sorprendentemente, ataca a su dueño cuando éste regresa a casa y, ese mismo día, desaparece.La perfecta ambientación de la casa donde se suceden los hechos, el uso de la luz y, sobre todo, del sonido, junto con la música de Nicolás Sorín; consiguen trabar una madeja sencilla, pero consistente, que nos envuelve de incertidumbre. Elementos clásicos bien fijados en nuestra retina cinéfila: un gato negro, un cuchillo de hoja ancha, una escalera, un teléfono que suena de madrugada y nadie habla al otro lado, alguien hacheando una puerta, un congelador… hacen el resto.Cabe añadir el buen hacer de la pareja protagonista. El trabajo de Luis Luque y Beatriz Spelzini resulta serio y convincente. En su voz y su rostro se reflejan, en la dosis exacta, lo que sus mentes extremadas están pensando. Decir más sería desvelar la solución del suspense.Una cinta bastante correcta, sin grandes pretensiones, pero muy efectiva. Bien llevada de origen y desarrollada con trazo firme.