Crítica > Sección Oficial Concurso Largometrajes Iberoamericano
'Nos vemos, papá'
A veces una tragedia tan cotidiana como inesperada hace que la vida de una persona gire de forma irreversible. Este es el punto de partida de la mexicana Lucía Carreras, directora debutante, en su película presentada ayer a concurso en el Festival.

En efecto, la muerte repentina de su padre (con el que vivía), hace que Pilar (Cecilia Suárez), se sumerja en un estado de paulatino deterioro que comienza con la melancolía y el vacío, sigue con la frustración y el desasosiego, y avanza hasta la pérdida de la cordura y un peligroso alejamiento de la realidad.Lucía Carreras, reputada guionista (Cámara de Oro del Festival de Cine de Cannes en 2010 por el libreto de “Año bisiesto”) firma aquí también esta historia de deterioro personal y mental de una mujer aferrada al recuerdo de un padre que al que adora hasta el punto en que no debemos decir por no desvelar la trama de la película.Presenta la cinta el problema de discurrir con excesiva lentitud al principio, abusando de la capacidad gestual de la protagonista; si bien a mitad del metraje consigue acoplarse a un ritmo más adecuado e ir desgajando con más precisión los distintos niveles de avance de la morbidez de Pili y cómo ello afecta a su entorno más cercano: la complicidad de su sobrina, el miedo de su cuñada… y su hermano mayor Pepe (interpretado por un muy correcto Arturo Barba) quien encaja y se sobrepone, a duras penas, con el hecho de que su hermana ya no es la persona que conocía, tratando de llevar el timón de un barco que zozobra.Especial mención merece, sin duda, el trabajo de la protagonista, Cecilia Suárez, que sostiene con firmeza una historia que recae netamente sobre sus hombros. Su tránsito de la racionalidad hasta la enfermedad, explorando los muchos matices que ella implica, su carácter progresivo pero sincopado, los vaivenes y las derivadas. Absorbe perfectamente las gotitas de malicia, de perversión, de inocencia… que se añaden a la composición de su personaje, sin histrionismos y con madurez.Un final bastante original y con guiño existencial refuerza esta propuesta donde el control del tempo merma un poco de credibilidad al resultado global de la misma. Con todo, bastante loable.
