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'Joven y alocada'

La cinta chilena, que viene de participar en varios festivales independientes (premio al mejor guión en Sandance), aterriza en Huelva intentando poner el contrapunto provocador a este Festival en que se han tratado temas de bastante hondura, desde la muerte hasta la locura, pasando por la violencia.

'Joven y alocada'

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Daniela (Alicia Rodríguez, quien sale bien parada de un papel, sin duda, difícil) es una joven que ha crecido en el seno de una familia aburguesada y de férrea disciplina basada en la fe evangélica. Ante esta situación opresiva representada en la figura de su madre (Aline Kuppenheim) la joven se rebela desatando aquello que se opone frontalmente con la educación recibida: la sexualidad.‘Joven y alocada’ es el nick que usa Daniela en el chat y en un blog donde se explaya contando sus obsesiones, deseos y experiencias relativas al sexo, el único tema por el que se siente verdaderamente interesada en su surrealista existencia. El problema aparece cuando es expulsada del instituto por practicarlo con un compañero en los servicios y su madre, como castigo, la obliga a trabajar en una emisora de TV de carácter religioso (hecho que aprovecha la película para hacer una crítica a este tipo de medios y a los tan extendidos telepredicadores).Para contar esta historia basada en hechos reales, la directora Marialy Rivas, que viene de la escuela de la publicidad, utiliza la cámara de manera ágil y empleando muchos primeros planos sobre la protagonista, enfatizando el carácter impulsivo y personal de la historia. Se entremezcla la acción con cortes de películas mudas y sesiones de chat sobreimpresas en pantalla, a gran velocidad, que resultan los momentos más frescos del metraje y la voz en off de Alicia Rodríguez, que casi todo el tiempo, está narrando los pensamientos que le van surgiendo de la manera más espontánea, con un lenguaje procaz y juvenil, es de lo más acertado de la película.El problema es que ésta abandona al final el tono desenfadado y mordaz para ponerse seria. Ya demasiado tarde y de manera poco creíble. Con lo cual pierde chispa y originalidad. Sucede que la joven comienza a trabajar en la emisora y allí forma equipo con la sensual Antonia (María Gracia Omegna, de La vida de los Peces) y el convencido evangelista practicante Tomás (Felipe Pinto), en su afán de explorar y derribar barreras, inicia una relación paralela con ambos, primero de carácter sexual y que se va complicando progresivamente, en el terreno sentimental, pero sin llegar a bascular hacia el dramatismo, con lo que la cosa se queda un poco en tierra de nadie.Resulta una película muy bien rodada (genial el uso de la cámara y el montaje) desde una óptica muy ajustada a la sexualidad femenina sin tabúes, con una buena producción (muy bien ambientada, desde el tono y la música ochentera, hasta los títulos de crédito) y una historia que rezuma cierta impostura al virar innecesariamente hacia la pretendida madurez que el personaje no necesita, abandonado el tono de casi toda el metraje: la crítica mordaz a la doble moral y la búsqueda de una sexualidad desbordante desde una posición adolescente, de ensayo y error, y ensayo…y ensayo. Perfecto hasta ahí el tono de comedia transgresora (que no alocada) e inteligente contado con un lenguaje verbal y cinematográfico muy fresco.

'Joven y alocada'

@jpgalan

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