acompañada por Diego Lopa

Laura Frost presenta este viernes en la Biblioteca Provincial la segunda edición de 'Microhistorias para libélulas'

10.29 h. Este viernes a las 20.00 horas en la Biblioteca Provincial de Huelva la escritora Laura Frost, acompañada por Diego Lopa, presentará la segunda edición de 'Microhistorias para libélulas', un libro en el que materializa sus fantasías de una manera desenfadada y cercana, sin que estén exentas de un cierto erotismo, envolviendo el aroma de sus pequeñas historias de cada día.

Laura Frost presenta este viernes en la Biblioteca Provincial la segunda edición de 'Microhistorias para libélulas'

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Laura Frost, nacida en Riotinto, es pedagoga de profesión y escritora por vocación. Mujer muy comprometida con el mundo de la solidaridad y las ONGs, educadora en Centro de Protección de Menores y fundadora de la Asociación Acercando Realidades, busca con estas microhistorias materializar sus fantasías de una manera desenfadada y cercana, sin que estén exentas de un cierto erotismo, envolviendo el aroma de sus pequeñas historias de cada día.

Laura queda resumida en estas palabras publicadas sobre sus escritos: “para Laura, lo real adquiere en el microcosmos de sus cuentos diminutos una extensión en la que siempre confluye la compasión por la fragilidad de todos sus personajes y una apuesta decidida por no abandonarlos a cualquier suerte. Tras sus grandes ojos está toda su similitud con ese insecto que tanto admira y que, con su mirada abarca, cuanto le rodea para darle su calor y color.

Escritora de vocación tardía ha encontrado en este campo la salida de sus más intimistas ensoñaciones. El libro, de una lectura fácil y amena, está dividido en cinco partes: 'Atravesando el espejo'; 'La educación sentimental de una niña grande'; 'Cuando el gato de Cheshire ríe'; 'Jugando al criquet con los pelícanos' y 'Bébeme'.

Como muestra, este microrrelato finalista del concurso 'Sensaciones y sentidos' titulado 'Un lugar cálido'. Yo desconocía que Fernando se había divorciado cuando aquella noche opté por unos zapatos de tacón. Más tarde, durante la cena, tampoco adiviné que mis piernas se le antojaban de vértigo y que mi olor se le había pegado al paladar. Para cuando supe descifrar que aquel hombre había perdido el norte por la pena, solo pude hacerle saber que en mí existía un sur donde quizás deseara descansar. Un lugar cálido, como mis besos.

Tanto la autora como su presentador darán lectura a algunas de las microhistorias y mantendrán un coloquio con los asistentes.

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