Nueva obra en el antiguo mercado
Man o Matic da vida a ‘La pescadilla de Dios’
22.45 h. El artista onubense Adrián Pérez Vázquez, conocido como Man o Matic, ha añadido una obra más al museo al aire libre que ha ido formando en la zona del antiguo mercado del Carmen. Se trata de una composición, nuevamente cargada de simbología, que bien podría llamarse ‘La pescadilla de Dios’. Como siempre se trata un trabajo con una ejecución técnica sublime y una composición de los elementos genial e imaginativa, que da pie a muchas interpretaciones y mensajes. ¿Qué habrá querido decir?

La obra es la intersección de un círculo y un triángulo a través de dos imágenes con parte de simbología religiosa, una pescadilla que se muerde la cola y el triangulo con un ojo en su interior de Dios. La pescadilla que se muerde la cola hace referencia en lo gastronómico al modo en que se dispone este pez para cocinarlo frito o al horno. También apunta a una estructura circular que referencia lo cíclico y repetitivo, a la conocida expresión que gráficamente concreta un problema que no tiene solución, un laberinto simple del que no se sale por muchas vueltas que se dé. Los misterios de la religión quizás. El componente religioso viene también por asociación, puesto que Cristo, ahora protagonista con la Semana Santa, se representa con un pez, el ichthys, una silueta simple que recuerda el milagro de los panes y los peces y también su crucifixión.
Interceptando el pez y su sombra, como si se tratase de los aros brillantes que los magos hacen eslabones al unirse y luego separarse, se despliegan los tres lados de un triángulo con colores que van del azul más intenso al más pastel y agua por un lado y por otro teniendo al amarillo más intenso en otro vértice. En el centro el ojo que completa la imagen icónica con la que se representa a Dios, que también es un símbolo masónico y que se ve en los billetes de dólar de Estados Unidos. Pero lejos de ser americano es muy español este icono, pues el ojo no es uno cualquiera, pues recuerda mucho al ojo cinematográfico que acaba cortado en la escena más representativa de ‘El Perro Andaluz’, del maestro del surrealismo Luis Buñuel.
¿Qué mensaje habrá querido lanzar con todo esto? Ahí está el juego en el que nos invita a entrar.