Emilio Fernández, secretario general de CCOO Huelva
'La industria en Huelva tiene que apostar por las energías renovables y el sector agroalimentario'
Hace escasamente un mes que Emilio Fernández está al frente del sindicato CCOO en Huelva, y aunque ya está bregado en la lucha sindical, su gesto se vuelve serio especialmente cuando tiene que enfrentarse a las cifras del paro en la provincia onubense. Cree necesario un cambio en el modelo productivo como única forma de salir de la crisis, y aboga por un gran pacto provincial por el empleo que no se convierta en papel mojado.

Emilio Fernández no es muy optimista sobre el rumbo que a su juicio está tomando Europa, y cree que nos dirigimos hacia un cambio de modelo social que nos llevará consustancialmente hacia la perdida de derechos laborales, sociales e incluso políticos.Es un firme defensor del sector industrial en Huelva, pero junto a la apuesta por mantener y defender la actual industria química, cree necesario abrir otras perspectivas de futuro que pasarían por dar un fuerte impulso a las energías renovables o al sector agroalimentario. También cree que se plantea una buena oportunidad con la reapertura de la mina de Riotinto de reactivar un comarca deprimida como es la Cuenca Minera, pero pide no caer en la excesiva dependencia de esta actividad.PREGUNTA.- El pasado 25 de noviembre fue elegido nuevo Secretario General de CCOO Huelva frente a la candidatura encabezada por Diego Martín, ¿Cómo afronta esta nueva etapa al frente del sindicato?RESPUESTA.- El mandato lo asumo con ilusión y con mucha responsabilidad. Ilusión porque soy consciente que tengo un mandato extraordinario para cohesionar a la organización en torno a la Unión Provincial y a la figura del secretario general, y responsabilidad por la situación externa, social y económica provocada por la crisis, con la el paro como principal problema del país, con casi cinco millones de parados. En Huelva tenemos 60.000 personas inscritas en las listas del SAE, por lo tanto es una doble responsabilidad la que afronto.P.- Usted se ha mostrado recientemente partidario de reforzar el discurso político del sindicato. ¿Necesitaría CCOO de alguna manera renovar su imagen para acercarse aún más a los trabajadores?R.- CCOO tiene un discurso político muy cohesionado y elaborado y un discurso sindical sólido y estructurado; de hecho, para afrontar la crisis económica y llegar a acuerdos con los distintos gobiernos partimos de la base de que tenemos una estructura muy cohesionada, pero es un reto en el sindicato estar permanentemente actualizando nuestro mensaje para llegar a los trabajadores y trabajadoras, y nuestro objetivo es fortalecer nuestra filiación y nuestra presencia en los centros de trabajo. CCOO es la mayor organización sindical y social que hay en este país, tenemos un millón doscientos mil afiliados, más de cien mil delegados sindicales, y sabemos que conectamos con los trabajadores pero sigue siendo un reto el mejorar nuestra forma de llegar a ellos para que se vinculen con nosotros.P.- Ha calificado los últimos datos del paro de noviembre en la provincia de Huelva de “devastadores”. En este sentido, ¿cree que las políticas de empleo que se han llevado a cabo eran las acertadas? ¿Eran, en este caso, las que Huelva necesitaría?R.- A los datos nos remitimos, y llegar a la cifra de cinco millones de parados significa que las políticas económicas que se han llevado a cabo han sido un fracaso. En este país hemos vivido en un modelo especulativo basado en el ladrillo y en el sector servicios y creando una burbuja que terminado por estallar, arrastando consigo el empleo; por lo tanto, las políticas laborales, económicas, sociales y fiscales han sido un total fracaso. Ahora bien, las políticas que se están abordando para salir de la crisis también apuntan a otro fracaso. Así, la reforma laboral impulsada por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que provocó una huelga general, lo único que ha traído ha sido un millón más de parados, y habrá que analizar si las políticas que apunta el Partido Popular son las más correctas. Nuestra opinión es que son políticas contrarias a lo que debe ser generar empleo y crear tejido empresarial y productivo y empleo de calidad.P.- ¿Sería partidario, en este aspecto, de una gran acuerdo o un gran pacto provincial por el empleo entre todos los agentes implicados?R.- CCOO apuesta por el diálogo con los agentes sociales, con las administraciones y los partidos políticos como un elemento fundamental para llegar a acuerdos sobre el empleo en la provincia de Huelva. Pero eso al final se sustenta en políticas concretas y si las distintas administraciones y el empresariado no asumen esas políticas y no la llevan a cabo pues es papel mojado. Nosotros apostamos por un pacto por el empleo a nivel provincial y a nivel estatal, siempre y cuando las partes que lo firmemos aceptemos que es un documento de trabajo y no una carta a los Reyes Magos.P.- En cuanto a los puestos de trabajo que se han destruido en Huelva, ¿es el empleo de calidad el más difícil de recuperar o estaba más ligado a la estacionalidad o a contratos temporales?R.- Se está destruyendo empleo de poca cualificación, gran parte del mismo ligado a la construcción que era trabajo de baja cualificación y de baja estabilidad. Ese empleo se ha destruido tan fácilmente como se creó, pero también se ha destruido empleo de calidad fundamentalmente en el sector industrial. Hay que tener en cuenta que desde 2008 en Huelva han existido industrias como Ercros, Foret, la antigua Nilefos o Tioxide que han cerrado y hablamos de empleos de calidad y cualificados en el sector industrial que también se han destruido. En el sector servicios, el empleo en el turismo está mucho más ligado a la estacionalidad y ahora mismo estamos en un periodo valle donde se genera mucha menos contratación, pero especialmente se está destruyendo el empleo menos cualificado con menor agarre en el tejido empresarial.P.- ¿Cuáles serían según CCOO las bases sobre las que se debe asentar la nueva reforma laboral que se avecina?R.- Para nosotros la reforma laboral necesaria sería la pactada con los sindicatos y con la patronal, eso en cuanto al formato. En cuanto al contenido, sería una reforma que pasaría por fortalecer la negociación colectiva, en línea contraria a lo que se ha hecho en la última etapa del gobierno de Zapatero y como parece que también va a hacer el de Rajoy, en el sentido de debilitar la negociación colectiva; estamos a favor de adaptarla al ámbito de la empresa pero siempre y cuando sea para fortalecer la posición del trabajador. Esa reforma pasaría por poner en marchas políticas concretas de generación de empleo estable y de calidad, también en línea contraria a lo que se ha estado haciendo hasta ahora. Apostamos por cambiar el modelo productivo para basarlo en los nuevos modelos industriales que se abren paso en el mundo, en la innovación, desarrollo e investigación. Es importante la lucha contra el fraude fiscal y contra la economía sumergida, de eso es de lo que hablamos cuando se habla de reforma laboral, no es solo cambiar el marco normativo.P.- Pero desde la patronal el mensaje es que hay que hay que ganar competitividad y producir más con menor coste, y eso acabaría implicando rebajas salariales y, en definitiva, peores condiciones laborales.R.- No podemos aceptar que vayamos a un modelo de relaciones laborales aún más precario que el que tenemos, con salarios tercermundistas, porque ya cinco millones de parados es una manera de abaratar el coste de la mano de obra. Si vamos hacia un modelo laboral que pasa por abaratar los salarios sería profundizar en las políticas que nos han llevado a esta situación. Los países europeos más potentes tienen costes laborales superiores a los españoles y tienen una economía más competitiva que la nuestra, porque tienen un modelo productivo distinto basado en la investigación, la innovación y en la aplicación de las nuevas tecnologías o en las energías renovables y eso es lo que tenemos que conseguir y por donde deben ir nuestros pasos. En España siempre que se habla de reforma laboral se habla de quitar la negociación colectiva debilitando la posición del trabajador, de abaratar el despido y flexibilizar condiciones. Pero en España la media del paro está en un 20%, y en Andalucía en un 30%, pero en el País Vaso y Navarra está en un 10% con el mismo marco normativo. Por lo tanto, el problema no está en las leyes, está en el modelo productivo que les permite también al País Vaso y Navarra o a Cataluña tener salarios por encima de la media de Andalucía, por ejemplo.P.- ¿Y qué opina de los 'miniempleos'?R.- Parece ser que la patronal lo que pretende es que las personas trabajen por un bocadillo, ya no sé que quieren. Han logrado que el gobierno en la última etapa sacase un contrato de formación para jóvenes hasta con más de 30 años; es decir, puedes tener 34 años y estar con ese contrato de formación. Aplicar ese tipo de contratos es rozar unas políticas en las que el trabajador se llega a convertir casi en un esclavo del empresario. Se persigue una mano de obra muy barata para así competir con salarios de miseria, pero CCOO no puede permitir un modelo de contrato que implica un retroceso importantísimo. Hace un año los empresarios plantearon un tipo de contrato en condiciones muy precarias y sin derecho a desempleo para jóvenes y mujeres, justamente los colectivos más vulnerables, cuando tendría que ser al revés; fortalecer a esos sectores para que se reinserten en el mercado laboral, tengan perspectivas de futuro, consuman e inviertan, y ellos plantean todo lo contrario.P.- ¿Y que puntos de encuentro hay ahora mismo en la negociación con los empresarios?R.- Básicamente apostamos, ya como he dicho, porque el acuerdo sea pactado. El sindicalismo es negociación y diálogo. Esperamos que las áreas de acuerdo que hay sobre negociación colectiva, moderación salarial o modelo productivo se cierren y deseamos que el acuerdo sea positivo y que el Gobierno lo sancione, pero prefiero no ser más explícito sobre puntos concretos ya que el acuerdo todavía no está cerrado. Apuesto por el consenso porque si no lo hay el Gobierno de Rajoy tirará por la calle de enmedio, tomará las medidas que tenga que tomar y si el sindicato no las comparte pues tendremos que movilizarnos en contra.P.- En cuanto a la economía sumergida, que conforma un importante porcentaje del PIB y que está más presente si cabe en estos tiempos de crisis, ¿cómo se plantea desde el sindicato combatirla y que habría que hacer para sacar a la luz todo ese empleo oculto?R.- La economía sumergida es una situación casi estructural de la economía española y que realmente ningún gobierno ha querido combatir de forma radical ni ir a las causas del problema. Nosotros partimos de la idea de que, en primer lugar, hay que combatir el fraude fiscal, que en España, según los propios técnicos de Hacienda, ronda los 50.000 millones de euros anuales. Además, ningún gobierno se ha tomado en serio la lucha contra el fraude fiscal. Es fundamental aplicar un política económica y laboral totalmente distinta a lo que se ha hecho hasta ahora, impulsando un nuevo modelo productivo basado en el empleo de calidad y estable, porque siempre que existan cinco millones de parados la cultura de la 'chapuza' va a existir; esa cultura está instalada porque el mismo sistema lo crea, y mientras no se cambie la política económica de forma radical será difícil de erradicar.P.- Hablaba antes de redefinir los modelos industriales en Huelva. ¿Por dónde debería ir ese cambio? ¿Qué impulso necesita la industria onubense?R.- Nosotros tenemos un modelo basado en la industria química y básica que ha sufrido distintos avatares a lo largo de los años y distintos procesos de adaptación, pero ha llegado el momento en que la misma situación de crisis ha hecho que esa industria se resitúe; tenemos ejemplos como Ercros, que aparentemente iba bien y en un mes cerró, o Tioxide, que después de decir que se marchaban la presión y movilización de los trabajadores hizo que finalmente se quedaran y hoy tiene un importante volumen de empleo; o la antigua Nilefós que también cerró de forma sorpresiva y ahora se ha transformado en Fertinagro y tenemos ahora a una empresa que va a producir productos agropecuarios donde antes era química básica. Esa es la industria tradicional que hay en Huelva, pero tenemos que preguntarnos qué hacemos de cara al futuro porque hoy en día una industria que no esté basada en la innovación, el desarrollo o la investigación y que no sea sostenible ambientalmente tiene muy difícil salida, y si no apostamos por las energías renovables como un sector de crecimiento y de futuro estamos perdiendo una oportunidad. ¿Porqué Huelva no puede ser un motor de las energías renovables si tenemos condiciones para ello o porqué no se impulsa con más fuerza el parque científico y tecnológico de Aljaraque? En este último, se hizo una apuesta importante por parte de la administración como un sector de futuro y sin embargo está ahí languideciendo y está esperando nuevas industrias. Ese es el reto, aprovechar la tradición industrial de Huelva para atraer nuevas industrias. ¿O porqué en Huelva con una agricultura tan potente basada en la fresa y en los cítricos, o con todo lo derivado del cerdo ibérico o la pesca, no somos capaces de crear una industria agroalimentaria? No existe. Se hizo una apuesta por el Polígono Agroalimentario que luego se llamó Huelva Empresarial y sin embargo no ha funcionado, y se ideó y se financió para eso y ahora también languidece. No debemos resignarnos a no tener esa industria agroalimentaria, y necesitamos que tanto la administración lidere los proyectos como que haya iniciativa empresarial para instalar una industria de transformación agraria, de exportación, de comercialización de productos. Debemos mantener y defender la industria tradicional pero también necesitamos abrir nuevas perspectivas de futuro y apostar por lo que tenemos, que son las energías renovables o la industria agroalimentaria.P.- Otro posible yacimiento de empleo se abre ahora con la reapertura de la mina de Riotinto. ¿Cuales serían las exigencias de CCOO para reanudar la actividad minera?R.- Vemos positivo que la actividad en la Cuenca Minera se reactive. Los únicos matices que ponemos son que no sea un proyecto especulativo y sí un proyecto industrial, económico y laboral serio y ambientalmente sostenible, y que una vez que la actividad se reanude que no se vaya a caer en lo que se hizo en el pasado; es decir, que sea un monocultivo minero, porque ya ocurrió que debido a los procesos propios de los mercados la mina cerró y la comarca se deprimió económicamente. Nosotros decimos que se abra la mina, que se genere empleo de calidad y que no se caiga en la dependencia del monocultivo minero. Las administraciones deben preocuparse de generar un tejido económico alternativo y sólido para no caer otra vez en los errores del pasado.P.- Antes hablaba de apostar por las energías renovables. Aunque no sería el caso, ¿apoyaría CCOO el proyecto de la refinería Balboa, a pesar del rechazo que ha levantado en algunos sectores?R.- Es verdad que el proyecto ha generado cierta contestación social, especialmente en sectores ecologistas y en algunos partidos políticos. CCOO tanto de Andalucía como de Extremadura lo entienden como un proyecto positivo, siempre y cuando sea serio y ambientalmente sostenible. En Huelva ha levantado toda esa contestación social porque podría afectar a un espacio protegido e incluso al turismo, pero en principio CCOO lo ve positivo siempre y cuando sea, e insisto, un proyecto ambientalmente sostenible.P.- Y en cuanto a la situación de los convenios colectivos en Huelva, este año se ha firmado el de la Construcción y el de la Hostelería, pero queda pendiente aún el del Campo. ¿Cómo van las negociaciones respecto a esos convenios que quedan pendientes?R.- Efectivamente se han cerrado esos dos convenios, que estaban abiertos desde hace mucho tiempo y hubo que hacer un gran esfuerzo intensificando las negociaciones. El de la Construcción era necesario cerrarlo por el momento que atraviesan los trabajadores, y el de Hostelería que también llevaba abierto desde hace tres años. Es un sector muy importante en Huelva, por lo que era necesario que lo cerráramos y de forma satisfactoria en principio para ambas partes. Queda el del Campo, que para la provincia de Huelva es fundamental porque llegan a trabajar decenas de miles de personas. No se ha cerrado aún, se está trabajando y se están intensificando las negociaciones con los empresarios y CCOO lo firmará si finalmente se incluyen mejoras para los trabajadores.P.- Por último, ¿se avecinan tiempos aún más difíciles para los trabajadores?R.- Pues sí. Estamos metidos en una enorme tormenta financiera y especulativa y vamos hacia un tsunami social y político. Aquí no hay un problema de recortes, el problema es que hay un cambio de modelo social. En Europa el modelo social y político que se ha construido en los últimos cincuenta años está desapareciendo; los trabajadores nunca hemos sufrido en tan poco tiempo una agresión tan fuerte y tan intensa como la que estamos sufriendo ahora, y tan sin complejos, porque ya ni siquiera maquillan lo que están haciendo. Ahí está el ejemplo de Cataluña, donde un gobierno de derechas está desmantelando el servicio público sanitario que era de calidad; y tenemos Madrid, donde Esperanza Aguirre está desmantelando el sistema público educativo, por no hablar de Castilla- La Mancha. Por lo tanto, lo que se nos avecina a los trabajadores es un cambio de modelo social donde sobran los derechos laborales, los derechos sociales e incluso los derechos políticos, y quiero llamar la atención en este sentido porque tanto en Italia como en Grecia dos gobiernos que eran democráticos, elegidos por el pueblo, eso que se llaman los mercados que no es otra cosa que el viejo capitalismo especulativo de toda la vida, se han cargado esos gobiernos democráticos en un mes. En España se ha cambiado la Constitución en una semana y hay economías intervenidas como la de Grecia, Portugal e Irlanda y también Italia, y ajustes constantes del déficit. Por lo tanto, estamos ante un cambio social y político tremendo, donde los recortes son ya casi lo de menos, vamos hacia una Europa totalmente desconocida para nosotros. Y me gustaría lanzar, para terminar, un mensaje de optimismo y es que las organizaciones sindicales en general, pero CCOO en particular, la mayor organización sindical de este país, somos la primera trinchera en la lucha contra el neoliberalismo y la crisis, somos el muro más fuerte para plantar cara a esta situación que se avecina porque lo que nos espera a los trabajadores son más agresiones y dejarnos en una situación social cada vez más débil.


