Agroalimentaria Virgen del Rocío
Raigal, en defensa del cultivo tradicional que da vida a Doñana
La cooperativa almonteña, perteneciente a la marca Aceite de Huelva y regida por un concienzudo compromiso medioambiental, elabora un singular virgen extra que contiene toda la esencia del espacio natural en el color, sabor y aroma que transmiten cuatro variedades de aceituna combinadas. En consonancia con su espíritu de conservación y sostenibilidad también produce varios vinos, entre los que se encuentra el afamado Brut Nature, medalla de plata en el Cinves. Estudios demuestran que ambos cultivos participan de una especial simbiosis con la naturaleza favoreciendo la pervivencia de Doñana.


Es un edén mitológico en la tierra que provee a los sentidos de múltiples riquezas. Doñana está considerada como la mayor reserva ecológica de Europa, un espacio que además de ser un paraíso de marismas, dunas, aves y pinares ejerce como eje económico y social de las poblaciones que lo circundan. Destaca entre ellas Almonte, donde el cultivo ancestral de la vid y el olivo es inseperable del paisaje y su esencia, con el que da a la madre naturaleza y recibe de ella dentro de un equilibrio que se ha demostrado fundamental para la pervivencia de un entorno único.

Es un edén mitológico en la tierra que provee a los sentidos de múltiples riquezas. Doñana está considerada como la mayor reserva ecológica de Europa, un espacio que además de ser un paraíso de marismas, dunas, aves y pinares ejerce como eje económico y social de las poblaciones que lo circundan. Destaca entre ellas Almonte, donde el cultivo ancestral de la vid y el olivo es inseperable del paisaje y su esencia, con el que da a la madre naturaleza y recibe de ella dentro de un equilibrio que se ha demostrado fundamental para la pervivencia de un entorno único. En él se encuentra la Sociedad Cooperativa Andaluza Agroalimentaria Virgen del Rocío ‘Blanca Paloma’, impulsora de la marca Raigal e integrada en Aceite de Huelva, que produce aceite y vino de gran calidad como resultado de un proceso de riguroso respeto al medioambiente y con todos los stándares de certificación y seguridad, conjugando tradición y últimos avances. No obstante, se encuentra amenazado en su lucha por ser sostenible y tiene al consumidor como gran aliado para añadir años al engranaje de su reloj biológico. Esta cooperativa es miembro asesor del proyecto de la Unión Europea denominado OpenNESS, que analiza las posiblidades del marco de los servicios de los ecosistemas, para mejorar la gestión ambiental, la planificación territorial y el uso de los recursos naturales. Los expertos han demostrado sobre el terreno que el mosaico que salpica Doñana de cultivos tradicionales como los de la vid y el olivo, que no precisan agua, fijan los suelos, evitan la erosión y frenan la colmatación de los arroyos, además de contribuir a la regulación climática y la aportación de hábitats para las especies. Luis Bermúdez, gerente de la cooperativa, hace hincapié a huelva24.com en que el “compromiso social y medioambiental es máximo” por parte los pequeños agricultores, que buscan que “no les cueste dinero” esta actividad, que además de modo de vida, es tradición y cultura, que científicamente se ha demostrado que “es vital” para Doñana. “Es importante que esta agricultura no se pierda en el tiempo y la única vía para que sea sostenible para la naturaleza y los agricultores es que se venda vino”, afirma. Sobre una superficie de unas dos hectáreas se extienden por el casco urbano almonteño las instalaciones de la cooperativa, que cuenta, muy próximas entre sí, con una almazara y una bodega, donde aceitunas y uvas inician el viaje que les lleva a ser un preciado líquido elemento embotellado. El proceso que atrapa su valiosa esencia es natural, sin añadidura química de ningún tipo, en condiciones de máxima higiene y calidad certificada por normas ISO (9.000 y 14.000). La cooperativa de aceite lleva en funcionamiento desde 1957, cuenta con 2.000 hectáreas de olivar donde trabajan entre 400 y 500 socios. 34 años lleva viculado a ella el enólogo Juan Manuel Peláez, un guía ideal para conocer gran parte de sus secretos. Asegura que la media de los cuatro o cinco últimos años ha sido de unos 100.000 kilos de aceite, que en un 96% es virgen extra. “En calidad la campaña ha sido muy buena, pero con poca cantidad”, detalla Peláez, que resalta que “conseguir un virgen extra esta zona es una apuesta como consecuencia del medio ambiente”. El tesoro que contiene las botellas de ‘Blanca Paloma’ es un coupage, una selección “en sintonía” de las variedades de manzanilla, verdial, picual y arbequina, que “complementan sus cualidades organolépticas”. De las dos primeras también se recoge para el mercado de aceituna de mesa en una cantidad considerable. El enólogo califica su aceite como “muy singular”, que posee “un color verde bastante intenso, con un matiz dorado de la manzanilla y aroma frutal de la verdial, que es la más consistente en aroma y sabor, mientras que la manzanilla y la arbequina son más neutrales. La verdial sola sería agresiva y se suaviza con la arbequina y la manzanilla”. Añade que se trata de un aceite “aterciopelado al paladar, muy consistente por la verdial y picual, que soporta fritos con un nivel de deterioro bajísimo. Es un aceite muy preservado de la oxidación”, expone Peláez. Indica que el proceso de elaboración es “muy respetuoso con el medio ambiente” y que mira por la calidad ya en el campo y más aún con una “selección escrupulosa de las aceitunas por su estado sanitario” al llegar a la almazara, donde se realiza “la molienda al día y en frío”. “El control de la trazabilidad es fundamental y seguimos todo tipo de controles”, que también se realizan a sus tratamientos fisiosanitarios. Además, con las primeras muestras que llegan al laboratorio “ya tenemos conciencia de cómo será el aceite que vamos a producir”. “Es un proceso de extracción en frío por centrifugación, con un sistema de temperatura controlada. El tiempo de batido se reduce para que no haya otros sabores y se reduce la materia verde y leñosa. En hora y media ya tenemos el aceite”, explica el experto, que valora que “no emitimos residuos, ya que del hueso de la aceituna sacamos la biomasa para la calefacción de las instalaciones, granjas y colegios. Tiene un gran poder calorífico y no emite humo y apenas ceniza”. Asegura que siguen “un proceso físico de decantación por gravedad en depósitos y centrifugación” en un sistema automatizado “a un 90%” y que la producción se vende toda envasada en cristal, pep y latón en formato de un cuarto de litro, medio, tres cuartos, un litro, dos, tres y cinco litros. “Se agota en el año” y se vende la mayoría en la provincia y también en el resto de Andalucía, aunque “la demanda on line crece”. Sinergia con el vinoEn el año 2000 la cooperativa olivarera se fusiona con la vinícola. Es precisamente en la bodega de vino donde se envasa y almacena el aceite. Aceite y vino se elaboran con similitudes. “Son dos cultivos tradicionales que comparten un gran respeto hacia la zona y no es necesario el agua, por lo que no se agotan los recursos. Son prácticas culturales de toda la vida y hay una apuesta para que no se pierda. La materia vegetal da mucho soporte, evita la erosión y tengo hecha tesis de su aportación al corredor verde”. La bodega, “de última generación”, también cuenta con todos los certificados. En ella se elabora vinos blancos con la variedad zalema, un tinto ecológico con la variedad tempranillo merlot y un tinto tradicional con tempranillo. En los blancos destaca el afrutado seco y el Brut Nature, un vino espumoso que ganó la medalla de plata Cinves (Concurso Internacional de Vinos y Espirituosos), “Nos ha llegado tarde porque venimos haciendo un gran trabajo desde el 92, en el que logramos el primer vino espumoso de Andalucía”, resalta el enólogo de la cooperativa, que recuerda la revolución que hubo en los 80 en el Condado, cuando dejaron de producir para Jerez para iniciar un camino propio en el mercado con vinos jovenes y afrutados, que fueron teniendo una graduación más baja y una recolección más temprana. Como ocurre con las aceitunas, en la zona de recepción, “se diferencian las uvas por grados y estado sanitario y por unas conducciones de acero inoxidable van a parar a una presa neumática, lo más novedoso en mecánica de extracción del mosto. Es un sistema con una suavidad tremenda, se extrae un mosto con calidad y sin impurezas”. Asi mismo cuentan con un equipo refrigerador, pues “hacemos mucho hincapié en el control de fermetación a baja temperatura, 18-20 grados, para conservar los aromas”. En el caso del Brut Nature, “un vino equilibrado y de prestigio”, el secreto está en “la segunda fermentación en botella, el método champenoise”. El mosto se deja en reposo 24 horas en un proceso que se llama “desfangado”, tránsito de decantación en el que se separa la parte limpia de la que tiene más turbidez, tras el que se elabora la fermentación. En las bodegas también hay un nivel inferior, dnde están las cavas, donde las botellas en posición invertida están un mínimo de 9 meses, aunque normalmente están unos dos años. Es importante que se mantengan las condiciones de humedad, temperatura constante e insonorización. Un plan ideal en AlmonteDesde la cooperativa recomiendan a los visitantes que se quieran acercar a comprar aceite o vino en la tienda de su complejo, en la Avenida de los Cabezudos, 1. (959 406146), que también se acerquen al Museo del Vino, que abre también los fines de semana y que tiene a la venta sus productos y un restaurante. También se puede pasear por el agradable centro histórico de la localidad o disfrutar de los paisajes cercanos de la aldea del El Rocío y la playa de Matalascañas o adentrarse con una visita guiada en Doñana.
Esta cooperativa es miembro asesor del proyecto de la Unión Europea denominado OpenNESS, que analiza las posiblidades del marco de los servicios de los ecosistemas, para mejorar la gestión ambiental, la planificación territorial y el uso de los recursos naturales. Los expertos han demostrado sobre el terreno que el mosaico que salpica Doñana de cultivos tradicionales como los de la vid y el olivo, que no precisan agua, fijan los suelos, evitan la erosión y frenan la colmatación de los arroyos, además de contribuir a la regulación climática y la aportación de hábitats para las especies.
Luis Bermúdez, gerente de la cooperativa, hace hincapié a huelva24.com en que el “compromiso social y medioambiental es máximo” por parte los pequeños agricultores, que buscan que “no les cueste dinero” esta actividad, que además de modo de vida, es tradición y cultura, que científicamente se ha demostrado que “es vital” para Doñana. “Es importante que esta agricultura no se pierda en el tiempo y la única vía para que sea sostenible para la naturaleza y los agricultores es que se venda vino”, afirma.
Sobre una superficie de unas dos hectáreas se extienden por el casco urbano almonteño las instalaciones de la cooperativa, que cuenta, muy próximas entre sí, con una almazara y una bodega, donde aceitunas y uvas inician el viaje que les lleva a ser un preciado líquido elemento embotellado. El proceso que atrapa su valiosa esencia es natural, sin añadidura química de ningún tipo, en condiciones de máxima higiene y calidad certificada por normas ISO (9.000 y 14.000).

La cooperativa de aceite lleva en funcionamiento desde 1957, cuenta con 2.000 hectáreas de olivar donde trabajan entre 400 y 500 socios. 34 años lleva viculado a ella el enólogo Juan Manuel Peláez, un guía ideal para conocer gran parte de sus secretos. Asegura que la media de los cuatro o cinco últimos años ha sido de unos 100.000 kilos de aceite, que en un 96% es virgen extra. “En calidad la campaña ha sido muy buena, pero con poca cantidad”, detalla Peláez, que resalta que “conseguir un virgen extra esta zona es una apuesta como consecuencia del medio ambiente”.
El tesoro que contiene las botellas de ‘Blanca Paloma’ es un coupage, una selección “en sintonía” de las variedades de manzanilla, verdial, picual y arbequina, que “complementan sus cualidades organolépticas”. De las dos primeras también se recoge para el mercado de aceituna de mesa en una cantidad considerable. El enólogo califica su aceite como “muy singular”, que posee “un color verde bastante intenso, con un matiz dorado de la manzanilla y aroma frutal de la verdial, que es la más consistente en aroma y sabor, mientras que la manzanilla y la arbequina son más neutrales. La verdial sola sería agresiva y se suaviza con la arbequina y la manzanilla”. Añade que se trata de un aceite “aterciopelado al paladar, muy consistente por la verdial y picual, que soporta fritos con un nivel de deterioro bajísimo. Es un aceite muy preservado de la oxidación”, expone Peláez.
Indica que el proceso de elaboración es “muy respetuoso con el medio ambiente” y que mira por la calidad ya en el campo y más aún con una “selección escrupulosa de las aceitunas por su estado sanitario” al llegar a la almazara, donde se realiza “la molienda al día y en frío”. “El control de la trazabilidad es fundamental y seguimos todo tipo de controles”, que también se realizan a sus tratamientos fisiosanitarios. Además, con las primeras muestras que llegan al laboratorio “ya tenemos conciencia de cómo será el aceite que vamos a producir”.

“Es un proceso de extracción en frío por centrifugación, con un sistema de temperatura controlada. El tiempo de batido se reduce para que no haya otros sabores y se reduce la materia verde y leñosa. En hora y media ya tenemos el aceite”, explica el experto, que valora que “no emitimos residuos, ya que del hueso de la aceituna sacamos la biomasa para la calefacción de las instalaciones, granjas y colegios. Tiene un gran poder calorífico y no emite humo y apenas ceniza”.
Asegura que siguen “un proceso físico de decantación por gravedad en depósitos y centrifugación” en un sistema automatizado “a un 90%” y que la producción se vende toda envasada en cristal, pep y latón en formato de un cuarto de litro, medio, tres cuartos, un litro, dos, tres y cinco litros. “Se agota en el año” y se vende la mayoría en la provincia y también en el resto de Andalucía, aunque “la demanda on line crece”.
Sinergia con el vinoEn el año 2000 la cooperativa olivarera se fusiona con la vinícola. Es precisamente en la bodega de vino donde se envasa y almacena el aceite. Aceite y vino se elaboran con similitudes. “Son dos cultivos tradicionales que comparten un gran respeto hacia la zona y no es necesario el agua, por lo que no se agotan los recursos. Son prácticas culturales de toda la vida y hay una apuesta para que no se pierda. La materia vegetal da mucho soporte, evita la erosión y tengo hecha tesis de su aportación al corredor verde”.

La bodega, “de última generación”, también cuenta con todos los certificados. En ella se elabora vinos blancos con la variedad zalema, un tinto ecológico con la variedad tempranillo merlot y un tinto tradicional con tempranillo. En los blancos destaca el afrutado seco y el Brut Nature, un vino espumoso que ganó la medalla de plata Cinves (Concurso Internacional de Vinos y Espirituosos), “Nos ha llegado tarde porque venimos haciendo un gran trabajo desde el 92, en el que logramos el primer vino espumoso de Andalucía”, resalta el enólogo de la cooperativa, que recuerda la revolución que hubo en los 80 en el Condado, cuando dejaron de producir para Jerez para iniciar un camino propio en el mercado con vinos jovenes y afrutados, que fueron teniendo una graduación más baja y una recolección más temprana.
Como ocurre con las aceitunas, en la zona de recepción, “se diferencian las uvas por grados y estado sanitario y por unas conducciones de acero inoxidable van a parar a una presa neumática, lo más novedoso en mecánica de extracción del mosto. Es un sistema con una suavidad tremenda, se extrae un mosto con calidad y sin impurezas”. Asi mismo cuentan con un equipo refrigerador, pues “hacemos mucho hincapié en el control de fermetación a baja temperatura, 18-20 grados, para conservar los aromas”. En el caso del Brut Nature, “un vino equilibrado y de prestigio”, el secreto está en “la segunda fermentación en botella, el método champenoise”.

El mosto se deja en reposo 24 horas en un proceso que se llama “desfangado”, tránsito de decantación en el que se separa la parte limpia de la que tiene más turbidez, tras el que se elabora la fermentación. En las bodegas también hay un nivel inferior, dnde están las cavas, donde las botellas en posición invertida están un mínimo de 9 meses, aunque normalmente están unos dos años. Es importante que se mantengan las condiciones de humedad, temperatura constante e insonorización.
Un plan ideal en AlmonteDesde la cooperativa recomiendan a los visitantes que se quieran acercar a comprar aceite o vino en la tienda de su complejo, en la Avenida de los Cabezudos, 1. (959 406146), que también se acerquen al Museo del Vino, que abre también los fines de semana y que tiene a la venta sus productos y un restaurante. También se puede pasear por el agradable centro histórico de la localidad o disfrutar de los paisajes cercanos de la aldea del El Rocío y la playa de Matalascañas o adentrarse con una visita guiada en Doñana.
