Dulce y musical 28-F en la prisión

Con el saludo del nuevo director del Centro Penitenciario de Huelva, Raúl Barba, que con su presencia quiso reconocer la gran importancia de la educación en el proceso de reinserción de los internos, dio comienzo el evento en el Polideportivo del Centro de Adultos de la prisión.

A continuación, el director del Miguel Hernández Gilabert –la autentica denominación del centro de educación permenente– dio las gracias a todos los que han colaborado para hacer realidad la celebración del 28-F: A Carmela, monitora, y a todos los internos que desarrollan su labor en ese área; a Miguel Ángel, un magnífico músico cubano gracias al cual quien también acudieron sus colegas músicos, Julio Cesar y los hermanos Lorena y Luis Ternero; a Raúl, monitor de guitarra, siempre dispuesto a colaborar –lo hace gratis– incluso en los días en que no le toca trabajar, por el único placer de servir a los demás y colaborar en un fin social. A José Javier, el monitor de panadería y repostería, creador de la gigantesca tarta con los colores de la bandera de Andalucía que encantó a los internos. Y por último, a los funcionarios que participan y colaboran en todo lo que se les solicita por parte del centro educativo.

A continuación los músicos invitados interpretaron el Himno de Andalucía junto a la fantástica voz de Lorena, que sobrecogió a los presentes. El saxo de Miguel Ángel asombró a todos, demostrando que sigue siendo un genio de la improvisación pese a que hacía más de seis años que no practicaba. Miguel Ángel ha tocado en las mejores orquestas cubanas, ha tenido orquesta propia y estamos seguros de que una vez que consiga su libertad llegará a ser nuevamente un grande de la música.

Una vez interpretado el himno, se hizo entrega de los premios de poesía a los ganadores del concurso organizado al efecto entre todos los alumnos, mientras la magnífica orquesta siguió con sus temas llegando al corazón de todos los asistentes.

Con el descanso de los músicos dio comienzo el desayuno andaluz, compuesto por pan, aceite de oliva y salmorejo, acompañado de la suculenta tarta-bandera, que discurrió en un ambiente tranquilo y festivo. Como colofón al acto y de nuevo con la orquesta tocando, algunos internos también hicieron sus pinitos al cante y otros los hicieron bailando, para sorpresa y satisfacción de sus compañeros.

En definitiva, un magnifico día de Andalucía que ha permitido a los internos olvidar por unas horas su reclusión y sentirse, nuevamente, miembros de la sociedad con una sencilla y al mismo tiempo profunda celebración del Día de Andalucía, que estamos seguros dejará honda huella en todos los que allí estuvimos.