TERCERA NOCHE DE COLOMBINAS
Ana Guerra-Nil Moliner, un ‘combo revitalizante’ perfecto
El público más joven de las Colombinas vibró con las actuaciones de la canaria Ana Guerra, que puso emoción con su dulce voz y también fuerza en su repertorio, mientras que el catalán Nil Moliner derrochó alegría y buen rollo.


La tercera noche de Colombinas tuvo en el plano musical un espacio especialmente dedicado al público más joven con los conciertos de Ana Guerra y Nil Moliner, que se repartieron el escenario principal para vestir con sus canciones el ambiente. Juntos, o más bien por turnos, formaron un ‘combo revitalizante’ perfecto. Sus jóvenes voces, aunque ya con recorrido en la carretera, amenizaron a los presentes con una mezcla de emoción, dulzura, alegría y buen rollo, ideal para seguir la incursión en estos días festivos. En común tenían las ganas por seguir haciendo camino en la música llevados por su pasión, manifestada en cada caso con un perfil.

Abrió el escenario, con una imagen de su disco presidiendo constantemente el fondo de las tablas, Ana Guerra, que reconoció que ella misma se maquilló para la ocasión. Con su belleza y simpatía natural en acción intercaló canciones íntimas, alguna con heridas “aún por cerrar”, confesó, con otros temas más movidos y coreografías. Compartió confidencias y exprimió con sentimiento y emoción su voz. Lo mismo se sentó sola al piano y se sumaba su banda para un final por todo lo alto, que ésta le daba el respaldo constante y necesario para que se luciera aún más.
No faltaron los temas más conocidos de la artista canaria en este tiempo de carrera desde que salió de la Academia de Operación Triunfo como tercera clasificada de la edición de 2017. ‘ De este modo, cantó ‘Lo malo’, su primer gran éxito’, ‘Bajito’, Ni la hora’,’Desde que te vi’ y ‘Ya no recuerdo’, en otras muchas.

El tiempo pasó volando para jóvenes y no tan jóvenes ante el recital de Ana Guerra, que recogió una bandera arcoiris que le lanzaron, para apoyar así la causa del colectivo LGTBIQ+.
Y tras unos minutos de silencio, regresó la música de la mano de Nil Moliner, con su inconfundible gorra y el buen rollo como atuendo, con una banda que bailaba al ritmo sincronizadamente con él. El catalán mostró su alegría por estar Huelva, su energía y sus ganas de dejar un buen sabor de boca. En esta ocasión con una pantalla más dinámica, con dibujos y las letras desplegándose, las ganas de bailar por los presentes fue en aumento.
Moliner exhibió su particular estilo con convicción, reforzado por sus movimientos y sus dosis de ‘locura’, que da nombre a su gira. Su mensaje vitalista fue trasversal en su letras, que deslizó con intensidad. ‘El despertar’, ‘Un secreto al que gritar’, ‘Soldadito de hierro’, ‘Mejor así’, ‘Hijos de la tierra’, ‘Sin tu piel’, ‘Esperando’ o ‘Sale el sol’, fueron algunos de los temas con los que hizo vibrar a sus incondicionales.
De este modo, tanto Ana como Nil, tanto Nil como Ana, conquistaron un pedacito de Huelva.
