Dolor, rabia e impotencia
Hace 25 años, cuando me iniciaba en esto de la radiodifusión deportiva, los domingos se convertían para mí en días en los que había que currar a destajo en la redacción antes del programa.
Si no viajaba con mi amiga y compañera Manoli Chico, mi padre en este mundo, el maestro, D. Manuel Guerra de Ercilla, me trasladaba hasta San Juan del Puerto, mi pueblo, para acabar analizando el partido del Decano en los inicios de lo que hoy es el Mesón la Brasa, en la salida del municipio.
Manolo Guerra degustaba un sabroso rioja y me daba las oportunas instrucciones para la mañana siguiente, en la que si el equipo ganaba le gustaba lucirse con varios quites taurinos. Si el equipo, por el contrario, perdía su partido, desmenuzaba hasta la misma espina la situación para darnos los porqués de la derrota de nuestro club decano.
Eran días donde jugábamos ante equipos como el Cacereño, Motril, Estepona, UD San Pedro, Marbella, etc...
Gracias a Pablo Comas, Iturbe y a todos los que habéis hecho posible que vuelvan los aficionados del Recre a tener esa sensación todos los domingos.
Aún en la distancia, y por los años que me distes profesionalmente hablando, te quiero, te quise y te querré, mi Decano. Llegarán tiempos mejores seguro y volveremos a sonreír.
PD: He querido escribir estas líneas con una mezcla de dolor, impotencia, rabia y todo aquello que se pueda sufrir cuando ves que el equipo que te dio la vida agoniza de esta manera sobre los campos de Segunda, a modo de despedida de la categoría.
