Lágrimas para renacer
Son días terribles para el recreativismo. Este último mes es la escenificación del dolor que ha supuesto un año terrible en todos los aspectos.
La pésima gestión de los propietarios del club Decano ha desembocado en un 125 aniversario que nadie olvidará Y es que a día de hoy el Recreativo de Huelva es colista y con pie y medio en Segunda B, y su filial ya está descendido a Primera Andaluza y además a falta de una jornada también es el último clasificado. La pésima planificación de unos señores con escasos conocimientos futbolísticos y demasiada soberbia han sido la puntilla en un año que iba a ser la culminación de su proyecto.
El Decano siempre ha sido un club modesto, pero el error fue llegar de forma grandilocuente y utilizar la mentira para ocultar la realidad que les definía en el día a día. La herencia que dejan de momento no puede ser peor, aunque lo más duro llega ahora. Con las puertas de la Segunda B abiertas de par en par, nadie es capaz de dar garantías reales que tranquilicen a los aficionados, en torno al futuro que le espera al Decano. En semejante caos económico y tras costar Dios y ayuda pagar lo que se debía a la plantilla de profesionales del club, el miedo reinante se acrecentará en los próximos meses. El club deberá cumplir con Hacienda y Seguridad Social antes de que las manijas del reloj lleguen a cero. Del famoso Decreto Ley, solo hay polémica, amenaza de huelga, pero de ayudas a descendidos no vienen más datos que sirvan para verificar que el Decano puede verse beneficiado, incluso no estando en la LFP.
Mientras tanto el equipo apura su estancia en la Liga Adelante. La clara derrota contra el Valladolid fue un nuevo golpe de realidad para aquellos que todavía sueñan con el milagro. El enésimo error en la parcela deportiva ha terminado por hundir más si cabe a un equipo que había conseguido creer sus posibilidades, y que ahora no es más que un juguete roto. El cambio de Pavón por José Domínguez ha sido la estocada de un equipo sin rumbo, y que acumula cinco derrotas consecutivas en el momento más determinante de la temporada.
Y mientras tanto, la afición se convierte en el único pilar al que el viejo Decano puede agarrarse. Con tanta mierda que rodea a este bello deporte, son lo único que me hace tener esperanzas para el futuro. El Recre y su gente, aunque sean pocos, un binomio que nadie podrá romper. La vuelta al pozo de la Segunda B será la catarsis necesaria para regenerar todo de arriba a abajo, de un Decano que nadie puede dejar morir.