La hora de Andalucía
Creo que a nadie le extrañará que la hora de Andalucía sea ahora, ni antes ni después; sencillamente ahora. Los resultados electorales de las elecciones andaluzas y los municipales después, han dejado un panorama desolador para cualquier representación nacional andaluza.
El sonrojo que me produce ver como la Sra. Díaz, para discutir sobre su investidura llama a Albert Rivera, un catalán ultraespañolista, en vez de a Juan Marín, candidato a la presidencia de la Junta por Ciudadanos, es casi patológico. O cuando escucho al mismo Rivera hablar públicamente de las condiciones de su partido para dejar gobernar a la candidata socialista. Andalucía, gobernada y manejada por partidos españoles y españolistas, recibe peor trato por parte de la Admon. Central que Gibraltar del Reino Unido.
Si miramos con lucidez el panorama del bienestar en el Estado, no daremos cuenta que aquellos territorios en los que los ciudadanos tienen mejor renta per cápita, disfrutan de un mejor sistema educativo y gozan de mayor margen de autogobierno, son aquellos gobernados por partidos nacionalistas, excepción hecha quizás de Madrid. Andalucía precisa, no me cansaré de repetirlo, de uno o más partidos de obediencia exclusivamente andaluza y que postulen un nacionalismo sano, pero claro y no el regionalismo un poco timorato del único partido andalucista que hasta aquí se ha ido presentando, desde hace 50 años, a los diferentes procesos electorales.
Los resultados del PA son cada vez peores y han perdido toda virtualidad nacionalista por cuanto los andaluces no han querido perdonarle sus errores mientras sí lo han hech9oo con el resto de partidos políticos. Siendo así, creo que el futuro del nacionalismo andaluz pasa por la desaparición del PA y la aparición de un fuerte movimiento nacional andaluz que comience a realizar el trabajo desde la base y que cuente con posibilidades dentro de cuatro años. Habrá que esperar al análisis de los resultados electorales que los andalucistas hagan próximamente y creo que, bien el próximo fin de semana o a principios de semana, tenderemos noticias.
El PA (PSA en aquel momento), prestó grandes servicios a la autonomía en Andalucía y a la recuperaci8ón de los símbolos y la conciencia de pueblo. Acontecimientos posteriores han forzado la marcha atrás de esa conciencia, desde la apropiación de dichos símbolos por otros de partidos y la identificación del ser andaluz con el PSOE. Es hora de comenzar el trabajo para que el auténtico nacionalismo, sin complejos ni ambages, proponga a la ciudadanía andaluza un proyecto emancipador y moderno, no excluyente y comprometido con el desarrollo andaluz, la cultura andaluza y la enseñanza adecuada en nuestras escuelas. A pesar de las dificultades y de la idea por parte de algunos de que estoy hablando de una ficción, creo que en cuatro años, si existe el compromiso inicial de unos cuantos en cada provincia para comenzar a andar, el proyecto estará listo para competir en sus primeras elecciones autonómicas en 2019 y los nacionalistas andaluces estarán presentes, de forma decisoria en el Parlamento andaluz.