Más de cien mentiras

Cantaba Joaquín Sabina que podía haber más de cien mentiras que valían la pena. En el Recre de los cinco últimos años, y con la hemeroteca como inmejorable testigo de la cruda realidad, ya nos estamos acercando a las cien mentiras. Lo que pasa es que en este caso no están valiendo la pena. Y quizás lo peor de todo es que ya apenas se hace ruido cuando aparece una más porque nos han acostumbrado a que esa sea la tónica habitual y a que ya no nos creamos absolutamente nada.

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Anda últimamente Pablo Comas entre dos aguas. Por un lado, preocupado por defender a su 'jefe' Ángel María Villar. Entre los dos la han liado, y bien gorda, y ahora está por ver lo que les sucede en el futuro, ya que Villar podría ser inhabilitado después de haber sido el todopoderoso amo del fútbol nacional durante demasiados años. Nadie le tosía en su cortijo. Siempre se ha rodeado de una buena pléyade de pelotas. Lógicamente Comas es uno de ellos. Está más que demostrado. Ahí sigue con un cargo en la Real Federación Española de Fútbol pese a entrampar al Decano, pese a que el club está en Segunda B y pese a que él ya ni siquiere es su presidente. Es curioso. Debe sentirse raro en ese rol de llevarle los cafés a Villar, ya que al menos en Huelva, analizando a una buena parte de los trabajadores del Recre y de la prensa estaba acostumbrado a todo lo contrario, es decir, a que le hicieran hasta reverencias al saludarle. Cómo ha cambiado el cuento.

Ha costado, pero ahora ya sí que es el enemigo número uno del recreativismo. Al llegar mandó al carajo todo aquello que le sonara a onubense o a vieja gloria del Decano. Después se fue cepillando a los que trabajaban codo con codo con él pero ya no le reían tanto las gracias. Y ahora es posible que ya no le quede a nadie más que a José Luis Martín a su lado. Ya los empleados del club albiazul le han denunciado en masa. Ya Antonio Martín pasa de atender a los medios de comunicación para no llevarse los palos que debería llevarse el madrileño, que sólo atendía a la prensa si era para hablar del Bien de Interés Cultural. Ya se le están rebelando hasta los que parecían más inofensivos (véase a José Luis Peña llorando sus penas y cambiándose totalmente de chaqueta en el almuerzo de los empleados del Recre con los miembros del Trust). Ya hasta el medio de comunicación más influyente de la ciudad se atreve a cuestionar de vez en cuando la gestión de Comas al mando del Recre, aunque lógicamente no va a entrar a trapo y a degüello a cargárselo hasta que su otra pata de la mesa, el Ayuntamiento de Huelva, le dé la orden de que hay que hacerle ya la guillotina.

Ahora mismo no sólo hay inanición. Mucha tristeza, solidaridad y vergüenza ajena con episodios como los de las duchas con agua fría o los corte de suministro eléctrico en la Ciudad Deportiva. ambién incertidumbre y desconocimiento. Pero no una buena noticia. Nada que nos haga pensar en una solución. El Recre le importa a afición, jugadores, entrenadores y empleados, pero no a su dueño o dueños. ¿Alguien sabe si es verdad que Pablo Comas quiere vender? ¿Alguien sabe si de verdad hay gente interesada o todo responde a la rumorología? ¿Alguien sabe cuánto ha pedido por el Recre? ¿Alguien sabe si no prefiere dejar que esto se muera para que después aparezca algún tapado o el propio Ayuntamiento para sacarle las castañas del fuego 'in extremis'? ¿Por qué no acepta un millón de euros (y mucho sería) y desaparece? ¿De verdad que tiene ética y la caradura de querer sacarle a esto dinero con la que ha formado en la entidad albiazul en este lustro?

El caso es que nadie de la zona noble habla. Pensarán que así no engordan todavía más su excelso currículum de mentiras. En teoría el día 21 de marzo se iban a saber las cuentas del club, se conocería quien iba a ser el nuevo presidente e iba a saberse si al margen de Pablo Comas y de Álvaro Roncal iba a haber nuevos miembros en el Consejo de Administración. Pero ya está aquí la nueva mentira: no va a haber Junta General de Accionistas. En fin, que esto es desesperante. Un caos. El abismo cada vez más cerca. La deuda que engorda y la RFEF, la LFP, la Agencia Tributaria, la Seguridad Social y el resto de acreedores que no saben si darle ya el golpe de gracia al Decano o concederle la última y enésima oportunidad al hombre de los principios de acuerdo, de los comunicados, de las denuncias, de las fechas erróneas y de reírse de todo y de todos porque simplemente se la trae al pairo. Se acerca el verano. Se acerca el fin.

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