Força Decano, mete un gol
El pitido final se acerca y perdemos por goleada; el árbitro no concederá ningún tiempo añadido al reglamentario y no habrá prórroga en caso de empate, solo nos vale la victoria, y tiene que ser ahora. Jugamos en casa y con el aliento de nuestro público; hay que lograr una remontada que marque un punto de inflexión en la historia del fútbol.
El Abuelo ha conseguido reclutar a un conjunto muy batallador, pero con algunas demarcaciones prácticamente desiertas. Esto se traduce en un desequilibrio que nos ha llevado a afrontar los últimos minutos de la gran final con una desventaja considerable.
Nuestros laterales, capaces de cubrir los límites de la provincia con celeridad, hacen un recorrido de ida y vuelta tratando de habilitar nuevos espacios; los pivotes se posicionan en la medular de Huelva como catalizadores del juego, encargados de recibir la aportación de los líberos, que se suman con decisión al ataque desde la retaguardia con la intención de asistir a la punta de lanza.
La plantilla está plagada de talentosos efectivos que regatean con maestría a las adversidades, sin florituras ni grandes alardes, lo suficiente para que prospere la opción ofensiva. Son los encargados de allanar el camino, de lidiar con quienes obstaculizan o se oponen a permitir que ingresen en el área, y tratan de que el delantero reciba en una posición franca de disparo para aumentar las posibilidades de anotar. Este perfil es el que más se repite en el equipo, el de esos jugadores que realizan una labor oscura, poco vistosa y carente de reconocimiento, que permanece fuera de los focos; aquellos que sacrifican su lucimiento de cara a la galería para que otros aparezcan en la foto como héroes. Son los verdaderos Capitanes de este plantel, los que sostienen al conjunto en el terreno de juego y los mantienen aún en la pelea.
También hay un brillante cuerpo técnico, los ideólogos de esta táctica experimental que modifican el esquema de juego en función del rendimiento y de las necesidades del equipo. Dedican horas a estudiar al rival y a buscar una estrategia que potencie las virtudes de los suyos y minimice las carencias.
¿Qué falta? Los delanteros. Los encargados de construir el juego no pueden asumir la faceta goleadora porque carecen de esas características, y quienes gozan de ellas permanecen en el banquillo o no han entrado en la convocatoria por voluntad propia. Necesitamos a los pichichis de Huelva o a un flamante fichaje foráneo, da igual, pero que aporte ese elemento diferencial para reducir la distancia en el marcador hasta neutralizarla del todo. Algún ariete local ha hecho el amago de incorporarse al ataque, pero ha dado una patada al aire cuando trataba de hacer una chilena y se ha terminado marchando cabizbajo al túnel de vestuarios.
Aquel ostentoso falso ‘9’, oportunista pero errático, está a tiempo de enmendar su lamentable actuación empujando a puerta vacía una asistencia que Huelva lleva poniendo desde hace varias semanas. Urge el gol. No precisamos un delantero que baje a recibir, que pugne con los rivales, que se desfonde, que ayude en labores de presión y recuperación, solo que remate ese trabajo que ha realizado el resto del equipo.
Quedan apenas unos días para el 30 de junio, decenas de personas siguen generando ocasiones para que alguna de las grandes empresas de esta ciudad (o de fuera), exjugadores del Recre, instituciones… hagan su decisiva aportación para que el Abuelo consiga la victoria más importante de su historia.
@ManuelGGarrido