CONFIDENCIAL

El runrún: Huelva confinada, día 2

Si alguien dudaba de la voluntad de la inmensa mayoría de los onubenses para cumplir con disciplina asiática el confinamiento derivado del estado de alarma decretado por el gobierno, hoy traemos una imagen lo suficientemente ilustrativa.

El runrún: Huelva confinada, día 2

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Plaza de las Monjas, 18.30 horas. Cualquier lunes, a media tarde, este foro onubense es una auténtico hervidero de vida con decenas de niños jugando, cafeterías llenas, gente paseando,... Hoy, ya lo ven, impresionaba no ver absolutamente a nadie. La plaza, completamente vacía. Cierto es que durante la mañana, al menos este lunes, el ir y venir de trabajadores daba a la ciudad un  aspecto más cercano a la normalidad, esa que ya echamos de menos pese a no llevar ni tres días recluidos. ¿Y los comercios? Por regla general cumpliendo la ley, ya que solo se podían ver abiertos aquellos establecimientos expresamente concernidos por el decreto que entró en vigor el domingo. ¿Todos? Pues no, ya que aún podían verse algunos abiertos al público que, sin autorización expresa, se arriesgan a ser sancionados. Algún taller mecánico –aún hoy se debate si deberían estar incluidos entre las excepciones–, alguna herboristería –la ley solo ampara a los especializados en productos farmacéuticos– o alguna ferretería, que aunque no se nombran, quizá intentan agarrarse al epígrafe ‘comercio al por menor de otros artículos de uso doméstico’. Es el primer día y suponemos que las autoridades se encargarán de echar el cierre y multar si corresponde a quien intente pasarse de listo. Mientras tanto, como decíamos, casi todos hemos entendido que cuando más en serio nos tomemos esta situación tan excepcional, antes conseguiremos recuperar nuestras vidas.

Plaza de las Monjas, 18.30 horas. Cualquier lunes, a media tarde, este foro onubense es una auténtico hervidero de vida con decenas de niños jugando, cafeterías llenas, gente paseando,... Hoy, ya lo ven, impresionaba no ver absolutamente a nadie. La plaza, completamente vacía. Cierto es que durante la mañana, al menos este lunes, el ir y venir de trabajadores daba a la ciudad un  aspecto más cercano a la normalidad, esa que ya echamos de menos pese a no llevar ni tres días recluidos. ¿Y los comercios? Por regla general cumpliendo la ley, ya que solo se podían ver abiertos aquellos establecimientos expresamente concernidos por el decreto que entró en vigor el domingo. ¿Todos? Pues no, ya que aún podían verse algunos abiertos al público que, sin autorización expresa, se arriesgan a ser sancionados. Algún taller mecánico –aún hoy se debate si deberían estar incluidos entre las excepciones–, alguna herboristería –la ley solo ampara a los especializados en productos farmacéuticos– o alguna ferretería, que aunque no se nombran, quizá intentan agarrarse al epígrafe ‘comercio al por menor de otros artículos de uso doméstico’. Es el primer día y suponemos que las autoridades se encargarán de echar el cierre y multar si corresponde a quien intente pasarse de listo. Mientras tanto, como decíamos, casi todos hemos entendido que cuando más en serio nos tomemos esta situación tan excepcional, antes conseguiremos recuperar nuestras vidas. Solidaridad farmacéutica. Precisamente ahora que lo que llamamos normalidad es tan incompatible con el estado de alarma para frenar la propagación del coronavirus, ahora que existen restricciones por el bien de todos, es cuando los gestos solidarios cobran un valor especial. Porque aunque el confinamiento nos invita a realizar la acción individual de aislarnos de todo, también hay quien piensa un poco más allá y aprovecha su posición para ofrecer una valiosa ayuda. Es el caso de Leyre Serrano, delegada del campo del Sporting Club de Huelva, que también es técnico de Farmacia y se ha ofrecido a llevar medicamentos a quien los necesite de manera desinteresada. Seguro que hay personas mayores, discapacitados o personas de riesgo que no tendrán a nadie que pueda hacer esta labor. señala el Facebook la onubense, que insistió en que está a la entera disposición de quién realmente lo necesite, sin ánimo de lucro y con la mejor intención de ayudar. También quiso recordar que están siendo días de mucho trabajo en el que intentamos abastecer a todo el que se acerca hasta la farmacia y aconsejó que ea una sola persona de la unidad familiar la que se acerque a recoger los medicamentos disponibles.    Charles Chaplin, inspiración para José Vilaplana. El coronavirus ha alterado todos los órdenes de la sociedad, siendo uno de ellos el religioso, y es que el estado de alarma que se ha decretado prácticamente ha coincidido con el inicio de la Semana Santa. Por lo tanto, a las cofradías y hermandades de todo el país no les ha quedado más remedio que suspender los desfiles procesionales. El obispo de Huelva, José Vilaplana, ha llamado a vivir con sentido este complicado momento que se ha producido por la pandemia global y ha instado a afrontarlo de forma positiva y esperanzada. Además, ha agradecido los signos de solidaridad que se están produciendo estos días y ha apelado a preguntarnos qué podemos hacer, siempre con las adecuadas medidas preventivas, por las personas que lo necesiten o las que viven solas. En esa línea, en un vídeo difundido por la diócesis onubense este lunes, Vilaplana ha puesto varios ejemplos cinematográficos para ayudar a vivir la fe en lo cotidiano estos días, como la película 'Diario de Carmelitas', y ha recordado que Charles Chaplin contó cómo le ayudó de niño un Viernes Santo que estaba enfermo escuchar a su madre leyéndole la Pasión de Cristo.

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