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El runrún: Un gimnasio menos en la capital

En tiempos en los que la práctica deportiva está en auge y proliferan muchos 'runners', 'crossfiteros' y fieles a las clases dirigidas, parece que en Huelva no hay negocio en materia de gimnasios para todos y hay uno de la capital que ha echado el cierre.

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El runrún: Un gimnasio menos en la capital

Desde hace unos días ha dejado de funcionar el gminasio 'Anytime Huelva', que lanzó el novedoso formato de las 24 horas para que ya no hubiera excusa con los horarios para no ir a ponerse en forma. Ahora mismo ha pasado de estar abierto todo el día a echar el cierre, cosa que lamentamos y seguro que también sus más habituales usuarios. Sin saber a ciencia cierta si los motivos de la clausura del centro deportivo es cuestión de rentabilidad económica o de otra índole, lo cierto es que quien se acerque por sus instalaciones, ubicadas en la calle Fernándo El Católico, puede comprobar que no están abiertas. En la puerta figura un cartel anunciando cerrado, disculpen las molestias, sin más información ni explicaciones al respecto. 

Rescatada de las inundaciones. Las lluvias torrenciales que dejaron al pueblo de Lepe con el agua al cuello provocaron destrozos que aún se evalúan y se llevaron por delante los recuerdos de miles de vecinos. Eli Grao fue una de ellos. El agua entró en su casa de forma descomunal y el barro fue conquistando habitaciones desde la misma puerta hasta dejar inservibles mobiliario y prendas personales. En las horas (y días) siguientes, los damnificados se empeñaron en limpiar sus hogares de lodo y, resignados, en deshacerse de lo que ya no iba a servir. Fueron tantas manos en tantas casas que Eli no tuvo ocasión ni de hacer recuento de lo que la tormenta se había llevado. Aquí empieza la historia que tiene una coprotagonista. (en realidad son tres, ahora lo sabrán). La segunda es Manoli González, vecina de la zona, que cuando regresaba a casa en la noche del aguacero, se encontró en una calle una muñeca en mal estado, empapada, con las ropas ajadas y una bufanda verde rodeándole el cuello. Manoli tuvo un pálpito...y se llevó la muñeca a su casa. La lavó hasta dejarla sin una huella de barro, le cosió las heridas y la colocó junto a su colección de muñecas. Dio con la casa que la echaba en falta y días después, tocó a la puerta de su dueña para devolvérsela, ya recuperada. La muñeca de la suerte, así la llama la mujer que la rescató, ha vuelto a su casa pese a las intenciones de la tormenta. Eli le ha dado la bienvenida con lágrimas de alegría, colocándole la bufanda tejida por su abuela. La tormenta no pudo con ella, con ellas.

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En recuerdo a William Martin. Hay capítulos de la historia que no se cierran. Algunos permanecen imborrables en la memoria de sus protagonistas. Otros comprenden misterios sin resolver que los mantienen más cerca del presente que del pasado al que pertenecen. Este es el caso de William Martin. Durante la Segunda Guerra Mundial (abril de 1943), apareció en la playa puntaumbrieña de La Bota el cadáver del supuesto oficial británico William Martin. Una acción que formaba parte de la operación ‘Carne Picada’ (Mincemeat), orquestada por el Servicio de Inteligencia Británico, con el fin de hacer creer a los alemanes que el desembarco de Normandía se haría en Grecia en lugar de en Sicilia. La documentación falsa que portaba el cadáver invitó a los alemanes a pensar que se trataba de un comandante británico desaparecido. 78 años más tarde, la identidad del cuerpo encontrado en la costa onubense permanece siendo una incógnita. Más allá de resolverla, sino por “recordar y ensalzar su figura”, surge la asociación Major William Martin. Así lo explican su socio de honor, Enrique Nielsen, y su presidente, Leopoldo Ignacio Sánchez, que acudieron al acto de su constitución este miércoles en la Casa Colón. Entre sus propuestas: el nombramiento de calles, monolitos, rincones en bibliotecas, jornadas inglesas, una ruta, regata y carrera popular, divulgación en centros docentes o actividades culturales. Todo ello bajo una única premisa, la de difundir la historia de William Martin, un nombre cuya identidad, aún en el limbo, sigue suscitando el interés de todo el que se arrima a su historia. 

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