CONFIDENCIAL

El runrún: El obispo no se moja

En este arranque de diciembre, todas las miradas se dirigen a la manifestación que este jueves recorre, desde la Plaza de la Merced, algunas calles de la ciudad para expresión de rechazo al plan que tiene la empresa Fertiberia para enterrar las balsas de fosfoyesos.

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El runrún: El obispo no se moja

Con el reciclaje, no te cortes. Desde que se inventaron a comienzos del siglo XX para sustituir a las tradicionales navajas de barbero en las manos menos expertas, las cuchillas de afeitar desechables son una solución alternativa, aunque menos ecológica y económica, a aquellas navajas o a las maquinillas eléctricas que llegaron unas décadas después. El problema de las desechables es, en primer lugar, el número de unidades que se desechan al año en todo el mundo, unos 2.000 millones. Por otro, el contar con elementos que impiden su reciclaje con el resto de elementos destinados al contenedor amarillo. Para empezar, se fabrican con materiales bien distintos: acero inoxidable para las cuchillas y el plástico para el mango. Por ello, debe llevarse a un punto limpio y nunca debemos depositarlas en el contenedor amarillo. Lo mismo ocurre con las cápsulas de café, que además de mezclar plástico y aluminio, contienen desechos orgánicos que hacen más difícil su reciclado. Para ser parte de la solución, el Instituto Provincial de Educación Permanente (IPEP) se ha inscrito como punto de recogida de un programa de reciclaje impulsado por la marca BIC –especialista en bolígrafos, encendedores y maquinillas desechables– y TerraCycle, compañía especializada en el tratamiento de residuos difíciles de reciclar. Con este programa, los alumnos y profesores del instituto, así como los vecinos de Huelva que así lo deseen, pueden reciclar allí sus maquinillas usadas, sea cual sea la marca y evitar que acaben en el vertedero. Además, con su participación contribuyen además a recaudar fondos para la asociación Traperos de Emaús, entidad dedicada al reciclaje y la ayuda a personas en riesgo de exclusión. A partir de dos kilos recolectados, el programa les recompensa con puntos que equivalen a euros que recibirá esta asociación. Una feliz idea que beneficia a todas las partes y que debería servir de ejemplo para otros centros educativos.

El runrún: El obispo no se moja
El runrún: El obispo no se moja

Un paisaje de montañas de residuos industriales blancos que dan la bienvenida a Huelva frente a la barriada de Pérez Cubillas y que los conservacionistas sitúan como uno de los mayores vertederos de toda Europa. La convocatoria va a servir – entre otras cosas- para medir la unidad, el tirón y  el respaldo ciudadano que concentra el movimiento antifosfoyesos después de años de recorrido y también  - no olvidemos- de pelea judicial en la Audiencia Nacional. Por cierto, que el silencio sobre la evolución en los últimos meses del asunto en los tribunales es más que llamativo. Y de silencio precisamente vamos a hablar en este runrún, el de la Diócesis de Huelva, con el obispo Santiago Gómez Sierra al frente. Aclaremos, de principio, que al obispo le ha coincidido la convocatoria de la movilización contra el proyecto Fertiberia con una jornada de retiro en el Seminario Diocesano. Sin embargo, esta cita y su retiro no resultan incompatibles con haber podido realizar un posicionamiento oficial público en un tema en el que la sociedad onubense está tan sensibilizado y pendiente y en cuyo debate ha participado de lleno el Obispado: “la gran cicatriz” de Huelva, como la denominó su predecesor, José Vilaplana. Hace justo seis años y con motivo de una manifestación que llegó a oídos de Fertiberia por la respuesta ciudadana que tuvo, el mismo Obispado (distinto titular) lanzó un comunicado llamando a “sanar la herida de una Tierra que, en Huelva, cuenta con una gran cicatriz: las balsas de fosfoyesos”. En fechas como las de hoy, las ausencias dicen tanto como las presencias.   Con el reciclaje, no te cortes. Desde que se inventaron a comienzos del siglo XX para sustituir a las tradicionales navajas de barbero en las manos menos expertas, las cuchillas de afeitar desechables son una solución alternativa, aunque menos ecológica y económica, a aquellas navajas o a las maquinillas eléctricas que llegaron unas décadas después. El problema de las desechables es, en primer lugar, el número de unidades que se desechan al año en todo el mundo, unos 2.000 millones. Por otro, el contar con elementos que impiden su reciclaje con el resto de elementos destinados al contenedor amarillo. Para empezar, se fabrican con materiales bien distintos: acero inoxidable para las cuchillas y el plástico para el mango. Por ello, debe llevarse a un punto limpio y nunca debemos depositarlas en el contenedor amarillo. Lo mismo ocurre con las cápsulas de café, que además de mezclar plástico y aluminio, contienen desechos orgánicos que hacen más difícil su reciclado. Para ser parte de la solución, el Instituto Provincial de Educación Permanente (IPEP) se ha inscrito como punto de recogida de un programa de reciclaje impulsado por la marca BIC –especialista en bolígrafos, encendedores y maquinillas desechables– y TerraCycle, compañía especializada en el tratamiento de residuos difíciles de reciclar. Con este programa, los alumnos y profesores del instituto, así como los vecinos de Huelva que así lo deseen, pueden reciclar allí sus maquinillas usadas, sea cual sea la marca y evitar que acaben en el vertedero. Además, con su participación contribuyen además a recaudar fondos para la asociación Traperos de Emaús, entidad dedicada al reciclaje y la ayuda a personas en riesgo de exclusión. A partir de dos kilos recolectados, el programa les recompensa con puntos que equivalen a euros que recibirá esta asociación. Una feliz idea que beneficia a todas las partes y que debería servir de ejemplo para otros centros educativos. La Manada Canina necesita ayuda. El grupo de voluntarios de la Manada Canina está pidiendo colaboración ciudadana para recaudar los más de 5.000 euros de deuda que tiene con un veterinario. La entidad ha compartido un mensaje en sus redes sociales (@manadacaninachoquiperruna) pidiendo ayuda para saldar este pago que le ha ido generando la atención a algunos de los perros que recogen de la calle. Tal y como detalla el post, el grupo lleva un tiempo sin poder recoger animales dada la falta de fondos. Así, desde el grupo explican que, al no tratarse de una protectora, sino de una asociación sin ánimo de lucro, no cuentan con subvenciones y el dinero que aportan proviene de “nuestros bolsillos y vuestras aportaciones”. “Hasta que no paguemos, no podemos coger a más perros”, lamentan. Por ello, para hacer frente a esta obligación económica que alcanza los 5.302,81 euros, la Manada Canina ha puesto en marcha una serie de acciones para estas Navidades. El grupo envuelve regalos en la tienda ToysrUs de Holea y vende Lotería de Navidad y forros polares con el logo del grupo, así como recoge alimentos para perros o donaciones en el propio centro comercial, entre otras iniciativas. Asimismo, la Manada Canina ha puesto a disposición de la ciudadanía el número de cuenta ES88 2100 7217 5502 0013 0277 (La Caixa) y un enlace para colaborar por 1 euro al mes en la plataforma Teaming. “Nos llegan muchos casos de perros en Huelva y provincia y no estamos respondiendo porque no podemos, por favor ayudadnos”, concluye el grupo canino. 

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