El runrún: Gloria al ‘rey de los pijamas’

Hemos visto cómo se restablecía el pulso vital de ese ecosistema que conforman las hermandades, organismos que contribuyen a vertebrar socialmente la ciudad y que anualmente se muestra en todo su esplendor al término de la Cuaresma. Como decimos, ha sido una Semana de Pasión con todos sus perejiles, donde no han faltado ni la incertidumbre meteorológica ni las expectativas frustradas en las hermandades que no pudieron salir a causa de la lluvia ni el disgusto de quienes se la jugaron –y perdieron–camino de la carrera oficial. Por recuperar, hasta hemos recuperado los piques entre cofrades, esos que defienden a sus Titulares como los aficionados de un club de fútbol defienden a la estrella del equipo al tiempo que hacen de menos al contrario. O lo ridiculizan, incluso. Y se hace públicamente, por ejemplo, en esa barra de bar en que se convierten a veces las redes sociales para sonrojo de propios y extraños. Como muestra de lo que decimos extraemos un rifirrafe tuitero coprotagonizado por @QuelomatelLitri, una cuenta bien conocida por tratar con un mijita de guasa asuntos relacionados con las tradiciones onubenses más arraigadas.

El caso es que a estas horas aún se estará arrepintiendo de preguntar con cierto cachondeo eso de “¿Sabéis si se ha recogido ya Pasión?”, porque alguien acabó dándose por aludido, la conversación se puso seria y derivó en un cruce de puyazos entre un defensor del conocido como Señor del Barrio Alto, Jesús de la Pasión, y el Nazareno –“el rey de los pijamas”, como lo llamó @bahiyero–. Luego, túnicas “remendadas”, mantos “de juguete”, palios “con ruedas” y lindezas por el estilo para escarnecer la cofradía del adversario. Efectivamente, hermandad en estado puro. ¡Al coqui coqui!