se utilizará una excavadora y un georradar
Tres anomalías detectadas por Ruth Ortiz centran el segundo día de búsqueda en Las Quemadillas
10.20 h. Las labores de búsqueda de pistas sobre el paradero de Ruth y José se han reanudado por segundo día consecutivo entorno a la finca de Las Quemadillas. Los trabajos se centran en zonas aledañas a la finca y en la propia finca, para lo que se prevé el uso de una máquina excavadora y un georradar. Además, tal y como ha adelantado la prensa provincial, en esta jornada también estará presente Bretón, después de que su mujer, Ruth Ortiz, advirtiera al juez sobre tres anomalías en la parcela, donde se encuentra una casa de dos plantas construida por el propio padre de los niños.
Las labores de esta nueva búsqueda en la finca paterna comenzaron ayer sobre las 17.00 horas y concluyeron a las 21.00 horas. En ella estuvo la madre de los pequeños, el hermano de Ruth Ortiz, Estanislao, que vivió en la parcela durante un tiempo, así como los abuelos paternos de los niños y el padre, único procesado en este caso, acompañado de su abogado, José María Sánchez de Puerta.
En este nuevo rastreo, aparte de los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), participan miembros del Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas de Policía, especializado en detectar zulos, entre otras materias; una máquina excavadora; técnicos de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y de Montes de la Universidad de Córdoba y operarios del Ayuntamiento de Córdoba, que han entrado en la finca con varios camiones.
A todo este dispositivo se ha une en las afueras de la finca, un amplio despliegue con unidades policiales, además de numerosos periodistas y algunas personas con pancartas con las fotos de Ruth y José.
Cabe destacar que, según recoge el auto de procesamiento, el progenitor llegó a las 13.46 a la finca acompañado por sus dos hijos y no salió hasta las 17.30 horas. Durante ese espacio de tiempo, a juicio del juez, Bretón aprovechó para realizar el plan que supuestamente ideó desde hacía casi un mes, después de que su mujer decidiera finalizar la relación matrimonial.
Mientras, en el último auto, el juez relata que si lo que pretendía el encartado era causar el mayor mal posible a su esposa en despecho por la que consideraba humillante ruptura de la relación matrimonial, es evidente que la solución que menos problemas podría acarrearle era la de matar a sus dos hijos y hacerlos desaparecer; contando como contaba de un amplio margen de tiempo para organizar un pequeño habitáculo para dar cabida a lo que no eran sino dos pequeños bultos con un peso no muy superior a los 30 kilos en total.
No obstante, en dicha parcela ya se ha rastreado otras veces en numerosas ocasiones, en algunas de ellas se llegaron a tirar tabiques del interior, e igualmente se ha buscado en los alrededores de la finca. Aún así, la opción de la parcela y el habitáculo se impone al escaso margen de tiempo del que gozó Bretón en su traslado a Las Quemadillas a mediodía del 8 de octubre o en su posterior desplazamiento de allí al Parque Cruz Conde, según razona el togado en su escrito.