después de no haberse parado en un control de tráfico
Condenan a un ciudadano que denunció de manera falsa que dos guardias civiles le habían roto la nariz y dado varias patadas
9.02 h. La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) de Huelva consiguió que finalmente el denunciante, en el Juzgado de Instrucción número 5 de Ayamonte, fuera condenado por cometer un ilícito penal de acusación y denuncia falsa, instruyéndose el procedimiento por el que ahora ha sido condenado a la pena de multa.
La sentencia considera probado, según declaró el denunciante, que en las diligencias previas del Juzgado de Instrucción número 5 de Ayamonte, abiertas a raíz de la recepción de un parte de lesiones del acusado y ahora condenado, llamado a declarar manifestó como perjudicado, ante el Juez Instructor y bajo la fe del Secretario Judicial, que las lesiones que se recogían en el parte médico habían sido causadas por agentes de la Guardia Civil, a raíz de una detención de su vehículo por parte de dos agentes del Puesto de Gibraleon, ya que ambos agentes estaban enfadados a causa de que el acusado no se había detenido en un control de tráfico establecido unos kilómetros antes.
En el parte de lesiones se recogía que las mismas consistían en inflamación labial y nasal y dolor en el costado derecho, no precisando para su sanidad más que una primera asistencia facultativa. En la declaración judicial prestada manifestó que habían sido dos agentes en concreto quienes le habían agredido, que le rompieron la nariz, que le golpearon dándole patadas y que dichos agentes eran denunciados.
Las anteriores manifestaciones las realizó el acusado con total desprecio hacia la verdad y con la intención de ejercer presión sobre los agentes ante la incoación de un procedimiento contra el acusado como autor de un delito de resistencia o atentado en el que los agentes actuarían como testigos.
Con el asesoramiento de los servicios jurídicos de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) de Huelva, y su Letrado Juan Rodríguez, los Guardias Civiles, instaron a que se dedujera testimonio, por si el ahora condenado hubiera cometido un ilícito penal, de acusación y denuncia falsa, instruyéndose el procedimiento por el que ahora ha sido condenado, a la pena de multa.
La reclamación de daños a los guardias civiles y la acusación particular no estaba recogida en la legislación de los Guardias Civiles, por lo que los mismos se veían indefensos a la hora de poder actuar contra estas denuncias falsas y pedir las indemnizaciones contra las personas que los denunciaban falsamente, y ahí entró en juego la AUGC.