EN UN ESCRITO
La familia de las víctimas del doble crimen de Almonte vuelve a pedir que se deje de intentar 'manipular' los hechos
En un escrito remitido a los medios y colgado en sus perfiles de redes sociales, el hermano de Miguel Ángel Domínguez y tío de la pequeña María, hace un llamamiento a acabar con las 'insinuaciones tendenciosas' y pide que nadie tenga la 'osadía de arrogarse el respaldo de todo un pueblo'.
El escrito remitido por el hermano de Miguel Ángel Domínguez Espinosa es el siguiente:
Vivimos en un Estado de derecho que implica que todo el mundo debe estar sometido al imperio de la ley y que todas las personas puedan gozar del amparo judicial sea cual sea el delito cometido y la gravedad del mismo. Hasta ahí todo correcto. Lo que no es de recibo es querer practicar el ejercicio de la defensa jurídica sobre la base constante de la tergiversación y del enredo para querer convertir lo blanco en negro y lo negro en blanco con un manifiesto ánimo de procurar la adhesión social a una causa que requiere desde el minuto uno el esclarecimiento de la verdad absoluta.
Los líos, las confusiones, las insinuaciones tendenciosas con el único ánimo de hacer creer que la noche del 27 de abril aquí aterrizó un alienígena acompañado de un destacamento siberiano dice mucho de quien permanentemente huye de afrontar el problema y querer quitarse de encima todos y cada uno de los indicios que lo apuntan, que ni son invenciones ni estratagemas, sino realidades tan patentes e irrefutables como la copa de un pino.
Lo más indignante es que ya no se utilice solo la tergiversación, sino la injuria para el mismo fin: convertir lo blanco en negro o lo negro blanco. Hacer mención “al estado alcohólico” de dos testigos de la causa sin tener la más mínima prueba de lo que está diciendo dice bastante de quien quiere buscar su verdad, que no la verdad, de este triste caso que nunca nos debió ocurrir. Caer en ese despropósito habla de los ínfimos, por no decir nulos, escrúpulos y valores de quien muestra, al mismo tiempo, la osadía de arrogarse el respaldo de todo un pueblo.
Almonte posee 23.000 habitantes y nadie es quien, ni siquiera nosotros mismos como verdaderas víctimas de la tragedia, para hablar en nombre de Almonte. El pueblo es soberano, pero al pueblo en esta cuestión hay que dejarlo aparte, porque quien tiene que dirimir y decidir una sentencia es un tribunal, al que hay que dejar actuar sobre las pruebas existentes, no mediante la búsqueda del interés particular. La justicia será la que tenga que ser, no la que diga yo o cualquier otro ciudadano particular.
La imagen que aquí dejo, harto ya de querer hacer confundir, es un botón de muestra de cómo se quiere enredar y manipular sin tener ni un mínimo de escrúpulos. Menos mal que la propia Justicia está poniendo las cosas en su sitio y quien se resbala tanto en el mismo charco es porque no va caminando firme ni por buen camino.
“El sueño de la razón produce monstruos”.