ENTREVISTA
Guillermo Weickert, Premio Nacional de Danza: “Cualquier cuerpo puede contar una historia muy bella”
El bailarín y coreógrafo onubense comparte con su equipo la alegría de este reconocimiento por un trabajo que no tiene “ni un método ni un sello reconocible”, porque lo importante es “contar historias humanas que necesitan ser contadas”
“Como autores creo que cuanto más desaparezcamos más libertad creativa tenemos y más le dejamos al espectador reconocerse e identificarse con la obra que tiene delante”, opina
El coreógrafo onubense Guillermo Weickert, Premio Nacional de Danza 2025


Huelva
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Iniciar sesión‘Luz sobre las cosas’ es la obra que ha puesto el foco sobre Guillermo Weickert (Huelva, 1974), bailarín y coreógrafo con una destacada trayectoria rubricada ahora con el Premio Nacional de Danza 2025. Desde una disciplina minoritaria como la danza contemporánea ha creado sin límites, ha expresado el modo en que se siente más vivo, ha contado con los movimientos de su cuerpo y otros intérpretes historias que “necesitaban ser contadas”, siempre con la confianza y el respaldo de un trabajo colectivo. No es un purista de la técnica y prefiere predicar que todos los cuerpos y formas poseen expresiones que deben estar representadas sobre el escenario. Tiene un gran número de proyectos en movimiento y espera que el impuso de este reciente reconocimiento pueda llevar a su Huelva también la obra que le confirma lo que ya sabía: el camino que inició cuando como espectador se apasionaba era el correcto para sus pasos de baile.
-¿Qué significa para su carrera el Premio Nacional de Danza 2025?
-Pues a los 50, en un país como éste en el que la creación, no nos vamos a engañar, es algo muy duro y que hay muchos sinsabores, es motivo de mucha alegría. Me siento muy honrado y parte de la felicidad muy importante es también que se reconozca, además de mi trabajo, el de todo el equipo que trabaja conmigo desde hace años. Yo trabajo con Antonia Hurtado y Lourdes García, que son las dos productoras de El Mandaíto Producciones y todo el equipo que tienen detrás, más el artístico y técnico de todos los espectáculos que hago. Son una base fantástica sin la que yo seguro que no hubiera llegado hasta aquí y hubiera tirado la toalla mucho antes. Así que siento la pasión de compartirlo con ellos. Yo he hecho una carrera desde los circuitos más oficiales, pero también mucho en esa especie de margen cultural donde hay mucha gente que trabaja en las artes escénicas toda su vida y a lo mejor no tienen nunca el reconocimiento ni han disfrutado de un foco de visibilidad. Ellos se alegran mucho del premio y me parece precioso, porque siento que es una manera de reconocer a trabajadores independientes que por no vivir en Madrid o Barcelona, que tenemos que bregar con muchos frentes, nunca no hemos ocupado ese sitio de atención, pero nos sentimos una parte muy importante. Me siento recogiéndolo en su nombre y visibilizando eso. Así que estoy muy orgulloso de la gente que me rodea.

"La obra trata de construir verdaderos mundos, de generar atmósferas que la gente no tuviera que entender con la razón"
-¿Cómo se ha construido ‘Luz sobre las cosas’?
-La obra se estrenó en 2024. Fue eso que digo que al cumplir años es como que la gente te visibiliza y las cosas van siendo algo más fáciles, aunque realmente no lo son. Nos costó mucho encontrar la financiación, pero el Teatro Central de Sevilla ha sido cómplice desde hace muchos años de las creaciones, con Manuel Llanes a la cabeza, y también fue muy importante Angels Margarit, exdirectora del Mercar de les Flors de Barcelona. Con esos dos apoyos y la subvención de la Junta de Andalucía conseguimos arrancar un proyecto en el que para nosotros importa tanto lo que contamos y qué hacemos en el escenario como el cómo lo hacemos. Queríamos reunir unas condiciones buenas para el equipo de trabajo y hemos tenido unas complicidades muy bonita, como con La Térmica en Málaga, un centro de creación que nos apoyó firmemente y nos dio una residencia muy larga y también quiero destacar a Rosa González, del Teatro del Mar de Punta Umbría, que en un momento en el que lo necesitábamos no abrieron el teatro para nosotros con mucho cariño y hay que valorarlo.

-¿Cómo es la obra?
-Es una obra de madurez y podría hablar infinito sobre ella. Para mí era un planteamiento de qué me emociona a mí de la creación estética en danza y teatro contemporáneo y regalar al público lo que yo siento que me ha apasionado todos estos años y me emociona, que al final es el generar una ilusión, una ficción, donde nos estamos encontrando con nuestra propia realidad. Sobre todo, también es un trabajo muy artesanal, en el que el verdadero logro de la creación es que el trabajo de los intérpretes, su viaje, que para mí es la base, hagan cosas que no son sólo moverse y aprenderse coreografías, sino que van mucho más allá y tienen muchas más capacidades. Pero en este caso, tanto por la música, el diseño de sonido, el cómo viaja por el espacio, como por la iluminación, se trataba de construir verdaderos mundos, de generar atmósferas que la gente no tuviera que entender con la razón, sino como cuando eres pequeño y juegas a cosas y te metes en mundos y universos. Ésa es la propuesta.
-Es una invitación a sentir más que a razonar, ¿no?
-Exacto. Es una invitación a sentir y también a tocar nuestro ser humano. A pesar de vivir en el mundo que vivimos, todos empezamos a verle un poco las orejas al lobo y los peligros de vivir en un mundo tan digitalizado, que se deshumaniza, que el contacto humano cada vez s más difícil, que la soledad es un problema. Creo que los teatro más que nunca tienen esa labor de encuentro y de espíritu humano entre humanos y de eso que ya desde los griegos tanto hablaban tan importante de la catarsis. Además, creo que está muy en la cultura andaluza, en todos los rituales, todas las fiestas y todo lo que tenemos. Es muy importante, más que nunca, que no se pierda porque es de los pocos espacios donde vas a encontrarte con seres humanos.

"Me gusta más hablar de que lo que hago es movimiento y de que es la materia prima de la creación más que la danza"
-¿Qué característica tiene su estilo de danza? ¿Que elementos y significados son fundamentales y recurrentes en su carrera?
-Yo por supuesto que me considero bailarín y considero hago danza, pero no estoy obsesionado con el concepto de danza. En todas las artes y categorías hay como unos fundamentalistas qué se ocupan de decir qué es danza y qué no. Yo últimamente casi que me gusta más hablar de que lo que hago es movimiento y de que es la materia prima de la creación más que la danza. Creo que es muy importante que desde el escenario haya todo tipo de cuerpos y de personas contando esas historias a través del movimiento. Soy un fan total de la técnica de danza y máximo defensor, pero no tiene que ser excluyente. No puede ser un objetivo en si mismo, por virtuosismo, porque para eso está la gimnasia y el circo. Para mí es un tipo de espectáculo que no necesariamente necesita una preparación técnica y que cualquier cuerpo puede contar una historia muy bella. En algunos talleres trabajo con personas mayores y es maravilloso verlos moverse. A lo mejor no tienen que hacer gran cosa porque a medida de que vas cumpliendo años no necesitas tanto de la potencia ni del vigor y la fuerza para deslumbrar, sino que la gestualidad, la expresividad propia, lo dice todo y se convierte en algo fundamental. Otra característica de mi trabajo es que yo no tengo un método ni un sello reconocible. Si ves espectáculos míos, el hilo conductor es más lo que se cuenta más que cómo se cuenta. Me gusta mucho que cada proyecto tenga una estética muy diferente, unos recursos narrativos y expresivos muy diferentes. Entonces echo mano de todo lo que está a mi alcance para conseguir una historia potente. Trato de contar historias humanas que necesitan ser contadas.

-Podemos decir que no se pone límites por los aspectos formales.
-No, para nada. Respeto mucho al tipo de creadores que a los cinco segundos ya se ve su manera de hacer. A mi me gusta sorprenderme y que cada creación sea una aventura nueva. Conozco siempre a artistas nuevos y colaboro con gente diferente y formalmente se dan resultados muy dispares.
-La obra queda entonces por encima del sello del autor.
-Para mí sí. Como autor he podido desaprender, aunque nunca desaparecer. Recuerdo la primera coreografía que hice que yo no estaba en el escenario, ‘Lirio entre espinas’, y me sorprendió mucho que había gente que me decía “es como verte en el escenario sin verte” y me pareció muy bonito, aunque no pretendido. Es verdad que una personalidad y una sensibilidad siempre se impregna, pero como autores creo que cuanto más desaparezcamos más libertad creativa tenemos y más le dejamos al espectador reconocerse e identificarse con la obra que tiene delante.
"Seguimos con la gira de ‘Luz sobre las cosas’, que ya tenemos las últimas actuaciones contratadas, y espero que el premio sirva de impulso para que tenga mucha más vida"
-¿Este premio en mitad de qué proyectos le ha llegado y marcándose qué objetivos?
-Yo por gusto, pero también por una realidad económica, sigo desarrollándome mucho como intérprete y trabajo desde 2018 para una compañía francesa que tiene mucho trabajo. Vendremos justo el 12 y 13 de diciembre al Teatro Central de Sevilla con ‘Indisciplina’ y tendremos una gira bastante intensa. Todavía me queda una temporada muy potente. Ahora también estamos empezando a pensar en nuestro siguiente proyecto. A mí los espectáculos me gusta cocinarlos a fuego lento e iremos trabajando durante 2026 para estrenar en 2027. Y mientras también me interesa mucho la labor de docencia, que hago talleres y proyectos pedagógicos, que me gustan muchísimo. Seguimos con la gira de ‘Luz sobre las cosas’, que ya tenemos las últimas actuaciones contratadas, y espero que el premio sirva de impulso para que tenga mucha más vida. Además, estoy acompañando a otras artistas, como por ejemplo a Vanesa Aibar, que es una bailaora flamenca de Jaén, que como Huelva me parece que es una de las grandes olvidadas y desconocidas, pero es una tierra también de talento. Ahora por casualidades me estoy ligando mucho a artistas jiennenses y estaré en el Teatro Central el 31 de enero también con un nuevo espectáculo. En el anterior que colaboré con ella ganó el Premio Max a Mejor Espectáculo de Danza 2023 con ‘La reina del metal’ y ahora estamos creando uno nuevo que se llama ‘Rabia Aibar’ porque su apellido al revés es rabia y ha generado ese palíndromo de título tan interesante y estamos ahí en la creación. Vanesa además veranea en La Antilla y hemos estado haciendo residencia en Lepe y en noviembre haremos otra en el Teatro del Mar de Punta Umbría, así que el espectáculo va a tener relación y se va a tejer en Huelva.



-¿Habrá oportunidad de verle sobre un escenario en Huelva pronto?
-Ojalá, pero no es fácil. Hace poco estuvo una compañera que también es medio onubense, Raquel Madrid, en el Gran Teatro. Pero es complejo. No vamos a negarlo. Las oportunidades de venir a Huelva con danza contemporánea son limitadas. Ojalá que el premio sirva para poder traer el espectáculo.

"Durante un tiempo tienes que posibilitar que el público general entre en contacto con la danza contemporánea, porque el roce hace el cariño"
-¿Cree que la danza contemporánea ha sido históricamente un arte que se ha tenido menos en consideración con respecto a otras? Y si lo ve así, ¿por qué?
-Eso sólo pasa en España y especialmente en Andalucía. He trabajado muchísimo en Francia y sigo trabajando allí y la danza contemporánea no sólo es un fenómeno de masas como puede ser el fútbol, y te lo digo sin exagerar, y es que hay una cosa muy bonita: todo tipo de público va a ver danza contemporánea. No es una cosa elitista. Cualquier representación tiene entradas agotadas y lista de espera. Eso es porque todo tipo de arte tienes que conocerlo para valorarlo y lo que ha faltado en España y en Andalucía son políticas de apoyo en las que durante un tiempo tienes que posibilitar que el público general entre en contacto con la danza contemporánea, porque el roce hace el cariño. No es una cosa que necesite ningún tipo de formación esotérica. Además son los creadores de tu tiempo los que te están hablando ahí. No es un ballet o una obra del siglo pasado. Para eso hace falta una decisión política y generar esa red de centros que se pueda mantener en el tiempo y que no cambie con los partidos en el poder. Dándole tiempo calaría igual en España que en Francia, estoy convendidísimo.
-Igual como en Andalucía pesa mucho la tradición y se cuida y se fomenta, ¿eso hace que se preste menos atención a lo demás?
-Siempre he pensado que precisamente porque los andaluces tenemos desarrollada la sensibilidad estética sería mucho más fácil tender el puente a otras disciplinas y no hacerlas competir. También es verdad que hay muchas manifestaciones. Quizás el flamenco ahora no necesita tanto apoyo como otras artes hermanas que están más flaquitas. Es cuestión a lo mejor de hacer un reparto más justo. Pero creo no es cambiar una cosa por la otra, sino tender lazos. Yo me siento muy orgulloso tanto de nuestras tradiciones como de la creación contemporánea.



-¿De dónde viene su pasión por la danza?
-Es algo educacional. En mi familia no hay nadie artista y no me viene heredado, pero siempre ha habido mucha sensibilidad y mucho gusto. Viene del proceso natural de que me llevaron desde niño a ver teatro clásico al Teatro Lope de Vega en Sevilla. Ya viviendo allí en el 92 tuvimos la suerte de que Manolo Llanes, que se jubila, abriera el Teatro Central y fuera la envidia de toda Europa. En apenas seis meses me vi a todas las compañías más punteras del mundo. Entonces ya sentí que quería hacer eso, porque me hace sentir vivo.
-¿Que siente cuando está en movimiento y que pretende o le gustaría hacer sentir?
-Soy un chaval de Huelva sin formación específica y creo que hay obras que son puertas de entrada que son fabulosas y es imposible que lleves a alguien y no salga arrebatado y no esa sensación tan bonita de sentirte más vivo. Hay una historia que te está hablando, como la poesía cuando te toca o una canción que te emociona. Sientes una vibración y un deseo de vivir y de estar en el mundo, no sólo como espectador sino como actuante muy fuerte.
"Se trata de ser inquieto, ver qué te gusta, dónde puedes aprender a hacerlo y coger la maleta"
-¿Qué consejo le daría a alguien joven que quisiera seguir sus pasos?
-Le diría simplemente que apueste por ello. A mi edad tengo muchos alumnos que he conocido de muy pequeñitos. En el primer taller que di en Huelva, invitado por Andrés Jorva que tenía una academia de danza clásica,uno de los alumnos más jovencitos que tenía era Rafael Estévez, que ha sido premio nacional también. He tenido padres de alumnas pequeñitas que me han dicho que estaban preocupados porque no saben si se va a poder ganar la vida. Otro ejemplo es Greta García Jonsson, que es una directora, actriz y bailarina muy considerada y además ha escrito un libro que ha sido un exitazo. No es tan difícil cuando te alimenta la pasión. Es simplemente apostar, que tu círculo te apoye en el momento que lo necesites y encontrar tu propio camino. Hay muchas maneras y no tiene por qué ser en un conservatorio y siguiendo las líneas más tradicionales. Se trata de ser inquieto, ver qué te gusta, dónde puedes aprender a hacerlo y coger la maleta.
-El Ayuntamiento promueve con el proyecto ‘Huelva Distrito H’ que la antigua cárcel se convierta en un Conservatorio Superior de Música y Danza, ¿qué le parece?
-Me parece una excelente noticia que haya un sitio para crear y de apoyo al talento. De Huelva han salido un gran número de actores, cantantes y bailarines y otros tipos de artes que necesitan apoyo. Cualquier iniciativa en ese sentido tiene todo mi respaldo.
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