AGRICULTURA

El plan B que inmuniza la fresa ante las peores sequías

DESALADORA SUBMARINA

Parte de un argumento imbatible: convertir el agua del océano, un recurso inagotable, en agua dulce para el riego

Al estar sumergidas, estas plantas aprovechan la presión del agua, lo que reduce la cantidad de energía requerida, principal obstáculo de las terrestres

Desaladora clásica instalada en tierra firme abc

H.C.

El VIII Congreso Internacional de los Frutos Rojos, marcado por el ruido político relacionado con los regadíos de la comarca de Doñana, trajo también a la Casa Colón iniciativas que podrían resultar cruciales a la hora de resolver el problema de la falta de agua para el campo onubense.

Formando parte de las jornadas técnicas del congreso, se puso encima de la mesa un «un plan B» para afrontar esta complicada situación, derivada de la falta de infraestructuras y de un régimen pluviométrico cada vez más severo. Esta solución, al menos sobre el papel, parte de un argumento imbatible: convertir el agua del océano, un recurso inagotable, en agua dulce para el riego de las explotaciones agrícolas.

En una mesa redonda moderada por el gerente de Freshuelva, Rafael Domínguez y en la que intervinieron, entre otros, el gerente de la Comunidad de Regantes de Palos de la Frontera, Fernando Sánchez; y el representante de la Junta Directiva de Freshuelva en la Comisión de Agua, Enrique Molina; se informó de la existencia de una comisión de trabajo que estudia la viabilidad de instalar una desaladora submarina en la costa onubense. El proyecto cuenta con el apoyo de la Autoridad Portuaria de Huelva, que es donde se ubicaría el proyecto debido a que se encuentra cerca del Anillo Hídrico para inyectar el agua resultante al sistema general del Tinto-Odiel-Piedras. Además, la iniciativa cuenta con el apoyo de todas las comunidades de regantes de la provincia.

Su secreto, la eficiencia

No es para menos, ya que se trata de una tecnología revolucionaria que permite sortear el principal obstáculo que presentan las desaladoras terrestres: su importante coste energético. Una desaladora submarina utiliza una serie de membranas y procesos de filtración avanzados para convertir el agua salada del océano en agua dulce apta para el consumo humano. A diferencia de las desaladoras convencionales, que se encuentran en tierra firme, estas plantas están ubicadas debajo del agua, cerca de la costa. El agua del mar entra en la desaladora submarina a través de tuberías sumergidas, y luego se somete a un proceso de filtración que elimina la sal y otras impurezas.

Esta innovadora tecnología presenta varias ventajas definitivas. En primer lugar, operan de manera más eficiente. Al estar sumergidas, estas plantas aprovechan la presión natural del aguadel océano, lo que reduce la cantidad de energía requerida para el proceso de desalinización. Tampoco ocupan espacio en tierra, lo que las convierte en una opción atractiva para las zonas costeras densamente pobladas. Incluso, al estar situadas en el mar, estas plantas pueden aprovechar la energía de las corrientes marinas y las mareas para generar electricidad, lo que reduce su dependencia de fuentes de energía externas y las hace más sostenibles desde el punto de vista ambiental.

Sin embargo, se trata de una tecnología aún en desarrollo y su implementación presenta inconvenientes que, sin ser definitivos, si es necesario tenerlos presentes. Nos referimos, por ejemplo, a los costos de construcción y mantenimiento, ya que las desaladoras submarinas requieren una inversión inicial significativa para su construcción debido a la complejidad de su ubicación y a los sistemas de bombeo necesarios. Además, los costos de mantenimiento pueden ser altos, ya que la exposición al agua de mar acelera la corrosión y el desgaste de los equipos.

En cuanto al impacto ambiental, aunque las desaladoras submarinas presentan ventajas con respecto a las terrestres, también pueden afectar el ecosistema marino. El agua que se deshecha, que contiene altas concentraciones de sal y productos químicos utilizados en el proceso de desalinización, debe ser manejada adecuadamente para evitar efectos negativos en la vida marina.

Por otra parte, encontrar una ubicación apropiada para instalarla podría no ser tan sencillo, ya que se requieren condiciones geográficas y geológicas muy concretas.

A pesar de estos posibles obstáculos, una desaladora submarina, unida a la puesta en marcha de las infraestructuras hidráulicas pendientes en la provincia, podría ser una opción de futuro para contribuir a paliar la escasez de agua en el litoral onubense.

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