La prueba del algodón del PP

La capacidad de los nuevos gobiernos del PP autonómico y nacional tendrán una prueba de fuego en la solución alternativa al problema de los fosfoyesos de Huelva. Las Marismas del Tinto han sido utilizadas durante cuarenta años como vertedero de residuos peligrosos y radioactivos, el Plan oficial de la Junta de Andalucía para dar solución a las sentencias judiciales y las recomendaciones de la unión europea que han llevado a la situación de fin de vertidos y a la obligatoriedad de restauración de la zona, pasa por tapar y olvidar.

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Esta solución no da garantías de estanqueidad y mantendrá un desastre ambiental latente en caso de concurrir riesgos naturales, aderezada con el más absoluto desconocimiento del mosaico de contaminantes en tres dimensiones, elevado al cubo, en unidad de volumen, que allí hay, con hasta 29 metros para sondear.

Durante la campaña electoral de las elecciones municipales, el PP se abanderó en los fosfoyesos y ganó la pugna electoral. Un alcalde que nunca se había interesado por este tema, de pronto, se vuelve ambientalista tras la entrada en juego de la Mesa de la Ría de Huelva, surgida del movimiento ciudadano que lucha por la recuperación de la Ría de Huelva. Esta zona natural ha sido un histórico sumidero de contaminantes y sus orillas sustentan dos polos industriales dedicados a la industria química y petroquímica más básica, pesada y descarnada. Este alcalde ecologista prometió que iba a librar a la ciudad del problema de los fosfoyesos de una vez y por todas, que iba a luchar porque estos residuos no se quedaran abandonados en la marisma.

Ahora, el gobierno municipal de Huelva, ha encargado a una consultora internacional el diseño de un nuevo Plan Director para la recuperación de las Marismas del Tinto. Esto por supuesto ha levantado ampollas y el PSOE y la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía se preguntan, ¿quién es el gobierno municipal para decidir sobre el futuro del territorio de su término municipal? ¿quién es para decidir sobre un problema que no ha generado? ¿quién es para pedir opinión a la ciudadanía sobre su propio futuro? ¿pero qué desobediencia es esta? ¡menuda insolencia! ¿cómo puede oponerse a un Plan oficial impuesto por la administración autonómica?

Pero resulta que la ley del silencio se ha roto en esta ciudad, la veda se ha acabado y un concejal de la Mesa de la Ría de Huelva se sienta en el pleno del Ayuntamiento de Huelva, y dice muchas cosas, alto y claro. Resulta que se ha producido un cambio político en la Moncloa, y es previsible que se produzca un cambio también en San Telmo. Es más que probable que en Huelva nos encontremos gobernados por el mismo partido a nivel municipal, autonómico y nacional, el PP. Y entonces, en ese momento, la coordinación entre administraciones será inevitable e inexcusable, será el momento de que el PP demuestre que no engaña a la ciudadanía cuando se pronuncia, será la hora de que cumpla sus promesas y sus buenas intenciones. 

La solución real y definitiva del problema de los fosfoyesos, mediante una toma de decisiones sobre la base de la participación ciudadana, será la prueba del algodón para el PP. Si no solucionan este problema, nos habrán mentido y se demostrará que no se puede confiar en ellos. Si lo solucionan, será una cura de humildad para la prepotencia con la que el PSOE nos ha dirigido durante tanto tiempo, por lo menos por estas latitudes y sobre todo en estos últimos años.

El plan director oficial de la Junta de Andalucía, el de tapar y olvidar, ha sido estudiado, diseñado, y será proyectado por una consultora ambiental cuyo ámbito de actividad principal es la ejecución de obras. El plan alternativo al oficial será diseñado por una consultora con experiencia en planificación estratégica y gestión de situaciones de crisis, que basará su propuesta en la participación ciudadana. Dos visiones radicalmente diferentes para dos encargos antagónicos. A mi particularmente me gusta más el último encargo, esperemos que nadie se arrugue por el camino y llegue a ejecutarse. La consultora engrosará su dossier de empresa solucionando uno de los problemas más complejos a los que posiblemente se haya enfrentado y el PP afrontará uno de sus mayores retos a los que se enfrente en los próximos años y que nos dará la medida de su capacidad de gobierno.

Ahora, un concejal de Huelva, un concejal del PP, el Sr. Francisco Moro, se va a sentar en el Senado. Este senador, dijo en el pleno municipal de julio de 2011 refiriéndose al problema de los fosfoyesos “si tardaron 40 años en echarlos, también pueden tardar 40 años en llevárselos”, marcándose así un reto en su carrera política, que también dará la medida de su capacidad de gestión y de su honestidad para con la ciudadanía de Huelva. No se olvide usted de nosotros Sr. Moro cuando marche para Madrid.

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