El bando de los desafortunados

«Es extraño, parece que siempre ha luchado usted en el bando de los desafortunados», le comenta Laszlo con un leve sarcasmo al hombre con pinta de cínico que tiene delante. «Sí, resulta una afición muy cara», contesta Rick.

En las causas perdidas reside la tranquilidad de la conciencia. Estos tiempos, como todos los tiempos, necesitan peso en el horizonte si queremos que no se rompa el equilibrio. Por eso, a pesar de que pueda a veces salir caro, es importante que existan rincones en los que hablar de los desafortunados en cualquier ámbito.

Hoy abro en Huelva24 este rincón en el que tendrá cabida una visión muy personal de muchos temas, en el que el deporte popular, y sobre todo el rugby, tendrán bastante peso específico. Hay que agarrar la cuerda y soportar los tirones que llegan desde el lado de los poderosos para que el equilibrio no se rompa. La energía que nos mueve está en el placer que sentimos cuando sabemos que el fin es el bien común.

Hace poco, el filósofo onubense Eduardo Infante, autor del best seller  «Filosofía en la calle», lanzaba la siguiente pregunta: « ¿Existe el bien común o tan solo la suma de bienes privados?». No existe una respuesta correcta a esta pregunta, o sí existe, pero es personal. Todo depende de un sentimiento abstracto. De lo que estoy convencido es que para que una persona haga nacer y crecer en su interior ese sentimiento de placer por la consecución del bien común precisa trabajo, cultura, educación y formación. Si con esta columna que se publicará cada dos semanas en Huelva24 ayudamos a alguien a cuidar de ese sentimiento, el objetivo estará cumplido.

Como dijo aquel Rick del bando de los desafortunados, ojalá sea este el comienzo de una bonita amistad.