Del todo a la nada
La irregularidad solo conduce al dolor de cabeza. A las dudas, a poner en solfa todo un proyecto. Más allá de todos los condicionantes que pone el estado de pandemia, está meridianamente claro que es una liga diferente porque el que pare de respirar un minuto, entra directamente en cuidados paliativos. Coger un resfriado te lleva a la pulmonía, y eso que en Marbella no hizo precisamente una temperatura bajo cero.
Este Recre, capaz de apuntar a las estrellas una tarde y sumirse en la depresión a la siguiente, no alcanza los registros mínimos exigidos a este punto y hora. Este año no ha lugar a segundas oportunidades. Aquí no hay segunda vuelta que valga. Es el presente y solo el presente. Por eso, el partido ante el Marino, que parece presa apetecible y asequible, debe suponer un punto de inflexión.
La plantilla dice que no mira las críticas ni los halagos, al menos los que hablan y dejan su opinión a los periodistas, que luego trasladan a la opinión pública. Permítanme que dude de ello. Pueden hacerse los despistados, pero hay se sabe todo y ellos saben el malestar que hay en la afición aunque la afición no pueda asistir a los partidos.
El Recre tiene una plantilla para mirar arriba, al menos en la conjunción de los nombres. Hay que descubrir si tiene un plan. Porque, por ejemplo en Marbella, sorprendió muchas cosas que dejó al descubierto el resultado y las sensaciones.
Debe ganar al marino y ganar bien. Pero en tanto en cuanto no arme resultados en la regularidad, pase lo que pase este sábado y aunque gane por goleada, habrá que ponerlo en cuarentena. Porque si algo ha dejado claro este equipo hasta el momento es que es capaz de ser luz y sombra de un momento para otro. Y así no se puede vivir.
