El Recre y la pena
Lo hemos dicho mil veces. Este no es el camino. No hay un proyecto ni un modo de vida. Ahora un entrenador ofensivo, luego uno de amarre, ahora por la derecha, poco después por la izquierda. Así es imposible.

Al Recre, en lo que hace referencia a una forma de vivir, se le fue la idea hace mucho tiempo. Y así le va. El último gatillazo no tiene perdón del cielo. Y no es casualidad. Luego veremos cómo acaba la Liga, pero pensar en estos momentos en un cambio drástico en la dirección, ya es ofensivo porque la ejecución inicial ya no se sostenía.
Verán. Una cosa es fabricar un modelo con los jugadores adecuados a una forma de pensar acoplado a una categoría y otra muy diferente hacer algo de cara a la galería. Si se piensa en nombres para llamar la atención de los aficionados para que se hagan socios y no se repara en el rendimiento ni en el pensamiento del entrenador, entonces el batacazo se anuncia desde el calentamiento. Y eso es una realidad del Recre a día de hoy.
Claudio Barragán se ha distinguido siempre por apostar por jugadores bragados, pierna fuerte y el resultado por encima de cualquier cosa. Y es respetable. Pero, ¿tiene los jugadores para hacer ese tipo de juego? Además, falta hambre, frescura, gente que se quiera comer el Universo. Y no es que los futbolistas no quieran. Es que su cabeza no se lo permite. Tiene el Recre futbolistas más de vuelta que de ida. Y eso es un enorme contratiempo.
Después de la apuesta municipal por invertir dinero público en el club, cosa respetable, lo mínimo que se despacha es que se le exija a los que mandan que le pongan nombre a un proyecto. Algunos apuntan que si el Decano no firma jugadores de renombre no haría socios. Y digo yo. Una afición decana como esta entendería un explicación desde la sinceridad. La afición, a tiempo de hoy, no se identifica con este modelo porque no existe un modelo. Pero claro. Como los incondicionales del Recre solo miran a la historia, a la camiseta y al decanato, pues otros se aprovechan.
El recre precisa revolverlo como un calcetín. Darle la vuelta. Exigencia. Sinceridad. Un proyecto. Una forma de vivir y elegir el camino. Los proyectos consecuentes, hablando de fútbol, no te garantiza nada. Pero al menos te permite la identificación. A día de hoy, nadie sabe a qué quiere jugar el Recre. Es poner a once tíos y que Dios le acompañe. El problema es que Dios ayuda a mucha gente. Pero sobre todo a los que hacen las cosas bien.