semana santa
Hoy es Lunes Santo
10.48 h. Un año después, casi sin darnos cuenta, volvemos a amanecer, a pesar de todo, en un precioso Lunes Santo. Y es precioso porque nada ni nadie puede hacernos enturbiar nuestra fe y nuestra ilusión por disfrutar de Dios hecho hombre y de su Bendita Madre entronizados en sus cuidados y artísticos pasos procesionales.
Así, Huelva, los onubenses, tenemos hoy una cita ineludible con nuestra Semana Santa para revitalizar nuestros sentidos en una jornada cofrade rica en contrastes, en devoción, en belleza y en arte.Hoy seremos testigos de cómo la Orden nos trae a su Cristo del Perdón dejando una de las estampas más bonitas de nuestra Semana Mayor al bajar por el Conquero; o de cómo la Hispanidad arropa a su Cristo Cautivo y a su Madre de la Misericordia para llevarlos a Huelva en loor de multitud. También seremos testigos de la elegante sobriedad del Calvario en un corto e intenso recorrido pleno de sabor cofrade en torno a Jesús que toma su Cruz, nuestra Cruz, y de María que es Rocío y Esperanza para todos. Finalmente, Huelva, sin necesidad de que nadie se lo diga ni se lo recuerde, sabe que va a ser testigo de una marea verde y blanca que arrastrará a su corazón todo el arte hecho cofradía, a las Tres Caídas.De nuevo, el portentoso paso del Señor de las Penas, el Dios Moreno del Polvorín, avanzará entre el azahar de los naranjos de la Alameda Sundhein para adentrarse en las entrañas de una ciudad ansiosa del regusto de esta Cofradía; de nuevo Jesús caerá por el peso de las injusticias y se alzará después, al cielo de Huelva para enseñarnos de bondad, dándonos otra vez su mejilla; de nuevo la Banda del Nazareno conjugará perfectamente con una cuadrilla poderosa en fuerza y saber del costal.Tras Él, la Madre de Dios. Al son de un cuidado repertorio, tras el Maestro, vendrá el donaire bajo palio primoroso, el dolor por las Penas de un Hijo, la hermosura de mujer perfecta; la gracia en el andar de su cuadrilla; la sonrisa consoladora; la mirada tierna y auxiliadora; la Reina del Lunes Santo; la flor de la Huerta Mena; la dulzura de Madre buena y Señora del Polvorín... Tras Él, tras el Cristo de las Tres Caídas, vendrá la Madre de Dios, la Virgen del Amor.Así, la más antigua de las cofradías del Lunes Santo, sobre su mar verde de blanca espuma, compartirá jornada para conformar este día grande que es hoy: completo en matices y rincones, en conceptos y sensaciones.Un año después, casi sin darnos cuenta, volvemos a amanecer, a pesar de todo, en un precioso Lunes Santo. Disfrutémoslo, vamos a empaparnos del incienso, de la música, del silencio, del racheo de zapatillas, del aroma de las flores,del sonido de los caireles al acariciar los varales, de la voz de un capataz que llama o de un costalero que alienta, de la belleza de una Imagen o de una buena revirá. Vamos a dejarnos llevar; sólo así seremos testigos de la grandeza de nuestra Semana Santa. Lo demás sobra.Hoy es Lunes Santo.