Nuevo fracaso eurovisivo

Este sábado se celebró una nueva edición del Festival de Eurovisión y, por supuesto, no me lo perdí. No es que sea especialmente ‘eurofan’ ni nada de eso, pero cada año suelo interesarme por el proceso de selección del representante español y ver la final del Festival.

Huelva24

Huelva

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La canción que mandábamos este año se llamaba ‘Que me quiten lo bailao’ (en inglés lo tradujeron como ‘They can’t take the fun away from me’, ¡agárrate!). Si el título era terrorífico, el tema en cuestión era aún peor: otro engendro de toques latinos de la España de la pandereta más propia de chiringuitos cutres que de un festival europeo, con una letra que no voy a reproducir por aquí porque daba vergüenza ajena. La intérprete de la canción era una cantante gallega, Lucía Pérez, que la verdad, puso muchísimas ganas en su actuación: cantó bien, bailó bien y transmitió entusiasmo. Aún así, no fue suficiente y quedó en vigésimo tercera posición, solo por delante de Estonia, que por cierto presentaba una canción bastante llamativa y pegadiza y una puesta en escena colorista y original, y de Suiza.Tras este nuevo fracaso, espero que los organizadores españoles del Festival se lo tomen un poquito más en serio y sean capaz de buscar un representante y una canción con posibilidades de gustar en Europa. No es que Eurovisión sea un referente en cuanto a calidad musical se refiere, pero este año sí que hemos visto varias propuestas interesantes. Desde aquellas que apostaban por el electropop más divertido y festivo, como las de Irlanda o Suecia; a las más transgresoras, como Alemania, que presentaba una canción oscura a medio camino entre The Cure y Björk interpretada por Lena, la ganadora de la edición anterior del Festival, que volvía a repetir este año; pasando por medios tiempos indies (Dinamarca); jazz (Italia, que volvía a presentarse a Eurovisión tras muchos años sin hacerlo); pop con ciertos aires sixties en la línea de The Pipettes (Serbia); o baladas sugerentes como la que presentaba Azerbaiyán, los inesperados ganadores de la última edición del Festival. Su canción, ‘Running Scared’, del dúo Eldar & Nigar, podría gustar más o menos, pero era pegadiza y contó con una puesta en escena correcta y eficaz.Si por alguna remota casualidad algún organizador del Festival está leyendo este artículo, propongo varios nombres de artistas nacionales que podrían jugar un buen papel el año que viene en Eurovisión.  Por ejemplo, grupos indies como Ellos, Cola Jet Set o La Casa Azul, que estuvo a punto de conseguirlo hace tres años; artistas de música electrónica de imagen potente como Fangoria, Nancys Rubias o La Prohibida; grupos de chicos de pop pegadizo como Zenttric, o de chicas como Venus, capaces de hacer coreografías interesantes y de llevar a cabo buenas puestas en escenas; y divas como Edurne o Soraya, que tras el batacazo que se dio en el Festival hace un par de años merece una nueva oportunidad.Pero, para qué engañarnos, seguramente el próximo año volveremos a caer en los mismos topicazos de siempre y enviaremos otra horterada sin gracia con la que de nuevo daremos la nota, en el peor sentido, en Europa. Como decía Fabio McNamara en una de sus mejores canciones, España es diferent.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia