Fila Cero
El pasado miércoles se disputó un partido amistoso a beneficio de los afectados por el desastre de Lorca entre el Real Madrid y un combinado de la Región de Murcia: noble causa con gran acogida de público y buen resultado en la recaudación. Por añadidura se estableció, como suele ocurrir en estos, una FILA CERO (una cuenta donde quien no acuda al espectáculo puede contribuir como espectador simbólico).
Por la mañana leí un artículo de alguien, de cuyo nombre no quiero acordarme, que decía de forma ignorante: “en Lorca se ha demostrado que las normas sísmicas en España no funcionan”. Pues bien, amigo ignorante, en esta desafortunada ciudad murciana, donde algunos edificios de nueva construcción han sufrido daños graves, lo que ha ocurrido es que hay unos cuantos chorizos que no han cumplido o hecho cumplir dichas obligatorias normas que están a la altura de las rigurosas del mundo (a modo de apunte diré que se basan en la normativa de Estados Unidos y puedo decir que llegan a mejorarla). Espero que para estos golfos que han ganado dinero a costa de las vidas de mucha gente, paguen cara su indecencia.Mientras, sigue esta tediosa campaña electoral que iba a pasar como la más mediocre de todas hasta que ha irrumpido en ella con una fuerza sorprendente el llamado Movimiento 15-M (‘democracia real ya’ o como queramos llamarlo). Un fenómeno ya tachado por algunos como subversivo o no democrático que está ganando adeptos por internet (más de 200.000 seguidores en Facebook), que aglutina fundamentalmente a jóvenes no alineados con grupo político alguno y que se han plantado en las principales plazas de distintas ciudades españolas a golpe de pancarta, cacerola y tweets. Todo ello, a pesar de las prohibiciones de las juntas electorales y la propaganda constante que algunos medios de comunicación liberales (qué pena que el término ‘liberal’ haya acabado así).Y es que ya están (estamos) cansados de ser los paganos de esta crisis, de ser la FILA CERO de este espectáculo, donde algunos han disfrutado y otros se han hecho poderosos; mientras los más han sido manipulados por un sistema falsamente igualitario, utilizados como mano de obra barata para producir y consumir, generando comisiones, réditos y plusvalías. Entretanto, los dos grandes partidos van a gastar más de 20 millones de euros en esta campaña sabiendo que estadísticamente sólo el 3% de los votantes cambian su voto en función de los mensajes electorales.El sistema actual, corrupto e inoperante, al servicio de una minoría que ya no les representa, ha sido puesto en entredicho. No sabemos en qué acabará esto, pero lo que sí se ha logrado ya, es despertar la preocupación de los que están arriba que sienten mover el suelo que creían firme bajos sus pies. Este sistema es francamente mejorable y quizás ha llegado el momento de cambiarlo.