Adiós al Niño Miguel

Ayer nos dijo adiós por última vez el gran guitarrista Niño Miguel, que seguro habrá ido al cielo, porque era como un niño y los niños van al cielo. Se nos va otro de los grandes artistas que ha parido Huelva, dueño y señor de la guitarra a nivel mundial.

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Hijo de Miguel Cortés ’El Tomate’, empezó a tocar la guitarra dejando boquiabiertos a quienes lo escuchábamos cuando sólo contaba con 10 o 12 años y acompañaba a su padre en fiestas y reuniones flamencas. El comentario general era: ”No veas como toca la guitarra el niño del Miguel”, también llamado El Tomate o Miguel el Gitano, por lo que de ahí le vino su nombre, Niño Miguel.

Miguel ha sido la admiración de todos los grandes guitarristas que le han escuchado, que han querido copiar o imitar, si hubiese sido posible, la improvisación de sus toques, su ejecución, la musicalidad que tenía, los ’soníos’ que sacaba a las seis cuerdas, e incluso a las cuatro cuerdas que en muchos casos le acompañaron en sus últimos años. De ellas salían unas notas maravillosas y flamenquísimas, algo genial e imposible de conseguir por ’tocaor’ alguno. Las facultades que atesoraba le hacían ser admirado por propios y extraños, figurando ya entre los artistas mejores y más famosos de todos los tiempos, y eso apenas sin haber salido de Huelva.

Uno de sus más entusiastas admiradores fue Paco de Lucía, que hablaba y no acababa de cómo el Niño Miguel tocaba la guitarra. Sobre los años 70, el querido amigo Paco Robles, mecenas de muchos artistas de Huelva, organizó un festival en la Ciudad de los Niños para recaudar para esta entidad. Entre otros asistió Paco de Lucía, gran amigo de Paco Robles, acompañado de su hermano Ramón de Algeciras, también famoso guitarrista. Cuando estaba tocando Niño Miguel los dos hermanos se quedaron extasiados al escucharlo, diciendo Ramón a su hermano: ”Cómo toca este Miguel, aquí tienes que apretarte”, siendo un servidor testigo de tal comentario.

Paco de Lucía vino a Huelva muchas veces para tratar de convencer a Miguel de que se fuera a Madrid, ofreciéndole actuar en el tablao flamenco de un amigo cobrando 5.000 pesetas diarias más la pensión completa pagada, toda una fortuna en aquellos años. Además, las fiestas que salían tras el cierre del tablao se cobraban aparte, lo que representaba un buen dinero. Pero Miguel siempre decía que no, que no quería salir de Huelva; le imponía mucho respeto marchar a otra tierra y decía que qué iba a hacer él en Madrid. Por aquel entonces Miguel sólo bebía refrescos y Coca Cola, ni cerveza siquiera y fumaba cigarros del estanco.

Ha sido punto y aparte en la guitarra, admirado en toda España y en muchas partes del mundo, especialmente en Japón, donde Miguel es conocidísimo y está considerado como una gran figura. Allí, a pesar de no haber estado nunca, es admirado, escuchado y respetado. Sus discos impactaron a los muchos japoneses que entienden el arte flamenco.

Su gran amigo Chechu García Berlanga tuvo la dicha de realizar tres DVD qe nos dejan una recopilación de actuaciones, datos y vivencias de Miguel para que podamos, aunque dea ’enlatado’, tener un recuerdo de nuestro Miguel.

Miguel estuvo entre los elegidos y no fue escogido. Las circunstancias no fueron favorables por la enfermedad hereditaria que tuvo de pequeño; pero a su forma fue una persona feliz, disfrutando a su manera con algo que tenía de bohemio, complaciente algunas veces a la vez que raro, sobre todo con su familia. No escuchaba a nadie y vivía las batallas a su aire, sin importarle nada de lo que sucedía a su alrededor. Era poco exigente, conformista y bondadoso, lo que unido a una timidez nada problemática le hacía ser querido por todos los que lo trataban.

Cuando en los últimos días lo visitaba en el hospital me parece que presentía su gravedad, pues me cogía las manos y me decía: ”Dame un beso, que yo te quiero mucho. Cómprame una Coca Cola o dame algo”. Y yo le decía: ”¿Qué quieres, Miguel?”, contestándome él que 5 o 10 euros. ”¿Para qué quieres el dinero, si aquí no puedes gastarlo?”, le preguntaba. Y él me contestaba: ”Para guardarlo”.

Descanse en paz, que Dios lo tenga en su seno y la Virgen de la Cinta y del Rocío lo acojan bajo su manto. Aquí, Huelva y sus flamencos nos acordaremos siempre de ese gran guitarrista llamado Miguel Vega Cruz y artísticamente conocido como Niño Miguel.

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