Sergi 2.0

El entrenador del Recre es un ganador nato. No hace falta repasar su trayectoria como futbolista, todos la conocen. Quería ganar cuando daba patadas a un balón y lo consiguió, y ahora que ordena desde la banda también va a ganar. Y no quiere ganar dentro de dos, tres o cuatro años en cualquier otro equipo. Quiere en el Decano. Esa idea corre por su foro interno. No lo dice porque le acusarían de soberbio. Tampoco lo debería decir porque la temporada acaba de nacer. 

La evolución conlleva aprendizaje. Unos evolucionan rápidamente porque su aprendizaje es rápido. Otros evolucionan a menor ritmo porque su aprendizaje es ‘menos rápido’. Sergi se abona a la primera opción. 

Poco tiene que ver el Sergi Barjuan que llegó a Huelva con el actual. Cometió errores, muchísimos. No vale la pena citarlos. De eso aprendió, pero además lo reconoce e incluso agradece que las críticas (las constructivas y educadas) que recibió le abrieran los ojos. Sabe que volverá a recibirlas (justas e injustas), pero también sabe como tomarlas. Eso también es evolucionar. Eso también es aprender. 

Pero el Sergi actual dice algo más. Sus entrevistas y sus ruedas de prensa van tomando fuerza, van siendo interesantes y van dejando titulares. Otra evolución. Sabe qué siente, qué piensa y cómo es Huelva. Una evolución más. 

Su rostro también dice más. No son los resultados, no es la clasificación, no es el buen momento del equipo. Va más allá: sabe que el éxito de todos va ligado al trabajo, y está feliz porque ese mensaje ha calado en el vestuario. Ahora tiene que traspasar el hormigón de la Ciudad Deportiva y del Estadio y llegar… 

Y para que llegue es mejor y más fácil con este Sergi, la versión 2.0 de un entrenador que recorre los primeros pasos de un largo trayecto hacia la evolución, no sólo personal, sino de un equipo que necesita volver a ser lo que fue.