Tocado y hundido
Mala pinta. La derrota ante el Alavés, en una nueva tarde para olvidar, muestra que el equipo llega a la fase más decisiva de la temporada en su peor momento. No le sale nada, no juega a nada y no tiene nada que sacar para poder evitarlo.
Además, con un nuevo concierto de pitos en la grada. El apego de la afición con Sergi Barjuan es inexistente y este domingo volvió a demostrarse. Sus palabras en rueda de prensa ya no le dicen nada, sino más bien elevan el nivel de crispación. Y no bastaría con volver a ganar partidos, como ya ha ocurrido con anterioridad. No existe fe en el proyecto planteado por el técnico catalán, que podría llevarnos a Primera División desde el buen juego.
A mi particularmente me crean muchas dudas las posibilidades del equipo. Demasiadas oportunidades desaprovechadas ya y la última racha indica que de llegar vivo a los ‘play off’ las posibilidades serán mínimas. Intento dejarme llevar por la pasión, pero la cabeza me hace preguntarme. ¿Cuándo ha ocurrido el ascenso a Primera de un equipo en bajo estado de forma, física y mental, con la afición en contra y con controversias extradeportivas cada poco tiempo? Ojalá seamos la excepción de la regla.