¿Por qué no se puede?

¿Son preocupantes los planes de Podemos? Mucho menos de lo que lo eran al principio y a años luz de lo que serían –o serán-, en la práctica. Como ya he pronosticad, Podemos se convertiría en un partido socialdemócrata al toque de las dificultades del sistema mismo y porque es la última válvula de escape del régimen para mantenerse activo. Incluía la idea también de que el proceso constituyente quedará en una reforma constitucional cuya profundidad dependerá de la ascendencia que la organización de Pablo Iglesias pueda tener en un futuro gobierno de coalición.

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Podemos podría ser la primera fuerza en el parlamento, o la segunda. Quizás podría llegar a acuerdos con el PSOE y seguro con IU y algunos partidos residuales. En  ningún caso mayoría suficiente para reformar la constitución de forma drástica, porque para ello seguiría necesitando al PP. Además, tal como veo la división del voto según el adelanto del barómetro de diciembre, el sufragio a podemos está concentrado en zonas muy concretas, dejando libres prácticamente al conjunto de Andalucía y a buena parte del Estado. Así, es dudoso que se pueda convertir en la primera fuerza política. Pero voy a lo que iba.

En Podemos reconocen que la prima de riesgo, con sus políticas, podrían alcanzar el cielo y que otros indicadores macroeconómicos sufrirían un auténtico maremoto. Pero si se piensa fríamente, no será por culpa de las políticas del partido, sino por la intolerancia de los mercados, del FMI y de la misma UE, auténticos corsés para una política diferenciada en cualquier país de la UE y casi del mundo. El capitalismo es la única fuerza hoy dominante en el planeta, ya que países como China practican también capitalismo de Estado e internacional. Siendo así, no es que las políticas socialdemócratas de Iglesias por sí misma produzcan esos desequilibrios, sino que los poderes fácticos de la economía internacional no permitirían ni un solo cambio en su ordeno y mando sobre la economía internacional. Visto así, no es que los proyectos de Podemos sean deseables o no, sino que en el Estado español no hay libertad para practicar las políticas que se deseen, sino las que nos vienen recetadas del exterior –Alemania, por ejemplo-, y ante las que el presidente Rajoy ha sabido doblegarse tan servilmente.

No sé si Podemos ganará o no las elecciones de noviembre de 2015 ni si lo haría con suficiente mayoría. No sé si en una hipotética coalición se le cortarían aún más las alas de lo que ya lo han hecho ellos y si al final el pragmatismo los llevaría a realizar una política tan frustrante como las habituales en los partidos tradicionales. En cualquier caso –me gusten más o me gusten menos sus propuestas-, lo doloroso es que no se pudiesen llevar a cabo porque fuerzas mayores –el capitalismo darwiniano de los entes internacionales y el mismo capital interior-, se lo impidiesen. Porque eso sería otra demostración más de que nuestro sistema no sirve para nada y que difícilmente pueda llegar a servir a no ser que a la actual política de grupos de presión ejercida por el gobierno Rajoy, pasásemos a otra de pactos bilaterales que nos liberasen de la dependencia de los bloques constituidos. A Aznar, con sus luces y sombras, no le faltaba razón cuando quiso acercarnos tan íntimamente a los EEUU para moderar nuestras necesidades respecto de la UE.

@olbianis

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